El reto del café

Editorial
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 El principal reto del futuro del café es buscar una sostenibilidad enfocada en el aspecto social y económico, explicaron expertos en el marco de la Semana Internacional del café.

El café tiene imagen de ser pionero en agricultura sostenible, pero falla al no crear condiciones necesarias para que la cadena de valor sea viable en lo social.

Según los especialistas es necesario darle más valor al café y al esfuerzo que realizan los pequeños productores, ya que esto no se ve reflejado en el precio que establece la Bolsa de Nueva York.

 A pesar de la evolución en el consumo y de que la forma de producir el café ha cambiado, una taza y su entorno es muy diferente en su concepto en la Bolsa de Nueva York, una herramienta de carácter financiera que sigue sin cambiar en el precio al productor. Este es uno de los grandes desafíos para los países productores.

Detrás de una taza de café, explican, existe todo un proceso de responsabilidad ambiental, protección del suelo, sostenibilidad, bienestar para las familias y protección de la producción para gestionar adecuadamente el cultivo del grano.

Datos del estudio Barómetro del Café indican que si bien el café es cada vez más lucrativo, con un valor de venta de 200.000 millones de dólares en 2015, menos del 10 % de la riqueza agregada permanece en los países productores.

Mientras las compañías de café están ocupadas conquistando mercados, reduciendo costos y aumentando la eficiencia, los productores luchan por obtener su parte justa de valor agregado total en la industria.

Según el Barómetro del Café, la desigualdad económica está aumentando ya que los precios pagados a los agricultores caen cada vez más, mientras que una taza de café tiene precios muy altos que no se reflejan en la cadena de valor.

Actualmente la variedad arábica, que es un café de mayor calidad para mercados más especializados, se cotiza en la Bolsa de Nueva York casi al mismo precio de la variedad robusta, que es de menor calidad y que se produce masivamente en países como Vietnam.

“Estamos sufriendo una crisis de precios muy grande en todos los países productores y la sostenibilidad normalmente se enfoca en el medio ambiente y en aspectos sociales. Pero sin el aspecto humano, y sin cuidar a los productores, es muy difícil cuidar los otros dos aspectos”, afirmó el representante de la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia Guido Fernández.

El objetivo de mejorar los precios del café para los productores, que en su mayoría son pequeñas o medianas familias, es también garantizar la vida del grano, ya que según estimaciones la demanda aumentará en las próximas décadas, en especial en Asia.

Las miradas están en el  mercado que crece mucho en Asia, poniendo mucha presión en los mercados, y los datos explican que si el café no empieza a producirse de forma climáticamente inteligente en todo el mundo la productividad solo va a bajar, y la brecha entre demanda y oferta va a ser más grande.

Datos del estudio Barómetro del Café indican que en el periodo 2012-2017 el consumo y la producción de café aumentaron en un promedio de 2 % por año.

Según los pronósticos, si este ritmo de crecimiento continúa, el sector cafetalero necesitará 300 millones de sacos de café para el 2050, lo que significa duplicar la actual producción mundial anual, y el sistema actual de producción no podrá satisfacer la demanda en las próximas décadas.



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