El éxodo venezolano llegaría a 4 millones

Editorial
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El éxodo de venezolanos al resto de países de América puede llegar a los cuatro millones de personas a fines de este año, estimaciones manejadas en función de los datos recogidos por más de sesenta organizaciones de la sociedad civil que indican que actualmente 3 millones de venezolanos han huido de su país, a diferencia de los 2,3 millones que estima Naciones Unidas.

En el último año salieron de Venezuela 1,5 millones de personas. Esto no tiene precedentes en cualquier parte del mundo. En Siria salieron seis millones de personas en un período de cuatro o cinco años. En Myanmar, un millón de rohingyas abandonaron el país, pero en casi diez años. Las cifras estimadas señalan que actualmente hay dos millones de venezolanos en Colombia, medio millón en Perú, otro medio millón en Ecuador, 120.000 en Argentina y unos 30.000 en República Dominicana. Las autoridades de Colombia señalaron que actualmente reciben a casi un millón de venezolanos, Perú a más de 430.000 y Ecuador a unos 200.000.

Se está hablando también que el 12 % de la población de Venezuela podría estar fuera del país este año. Con las medidas que ha tomado el presidente Nicolás Maduro, se cree que el flujo de emigrantes va a seguir con el ritmo que hemos visto hasta ahora.

El 18 y 19 de septiembre se celebrara en Washington una reunión de la sociedad civil para establecer un plan de acción para los Estados, los organismos internacionales, el sector privado y académico e incluso las familias, desde donde se debe erradicar el problema de la xenofobia; todos deben reconocer que comenzaron a actuar de una manera tardía Desde la sociedad civil se hace un llamado para una coordinación regional que atienda este fenómeno. No se puede esperar a que los organismos y Estados se pongan de acuerdo. Esto es urgente. Hay gente muriendo, gente con hambre. Hay necesidad de ayuda humanitaria y queremos dar respuestas.

En ese sentido, se propone mejorar los canales de cooperación económicos a aquellos países que concentren más inmigrantes venezolanos y reconocer la protección internacional que estas personas merecen.

Ahí está uno de los mayores retos. Perú, Argentina, Chile y Colombia no quieren reconocer la condición de refugiados. La Declaración de Cartagena permitiría reconocer que estas personas tienen una serie de derechos establecidos a nivel internacional, y Acnur podría trabajar de una manera amplia. Si hubiera una voluntad política de todos los Gobiernos de activar esa protección internacional, eso vendría acompañado de un catálogo de garantías que redundaría en una serie de puentes aéreos para mover a las personas a diferentes países y que no sean uno o dos Estados los que asuman toda la responsabilidad.

Sobre el cierre de fronteras, como es el caso de Perú para los venezolanos que no tienen pasaporte, se considera que este tipo de medidas deberían ser erradicadas porque fomenta la inmigración irregular y deja a las personas en una situación de vulnerabilidad extrema y se debe alertar que esta condición puede llevar a un reclutamiento forzado para las guerrillas o ser captadas por organizaciones criminales de trata de personas para explotación laboral o sexual.
Quintana reiteró que las Américas debe aprovechar la oportunidad que la migración venezolana ofrece para posicionar a la región como líder en protección de refugiados y convertirse en un ejemplo de buenas prácticas para Europa, “donde actualmente vemos restricciones brutales para las personas que cruzan el Mediterráneo”.


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