Políticos y empresarios de América se encuentran preocupados por el auge de los cultivos ilícitos y el impacto de la crisis venezolana en la región, siendo la inquietud mayor el aumento de los cultivos ilícitos.
Se debe buscar un acuerdo regional para enfrentar los problemas de inseguridad y de narcotráfico que permita lograr un impacto mayor en esta lucha. Lo que se necesita, es un gran acuerdo, no solamente nacional en cada uno de los países con este flagelo y con crisis, en cuanto al tema de seguridad o narcotráfico; sino, también, un acuerdo regional donde se pueda, de forma coordinada, trabajar en cada piedra del camino.
Por otra parte, el crecimiento de los cultivos ilícitos en Colombia, que según Estados Unidos aumentó un 11 % en 2017, hasta alcanzar la cifra récord de 209.000 hectáreas, s un dolor de cabeza permanente y aun mas con el Acuerdo de Paz de Juan Manuel Santos.
En ese sentido, el error es en la formulación de las políticas públicas, lo que da lugar a incrementos en este tipo de siembras, como el que ocurre actualmente en el país.
En otro lado está la crisis venezolana y sus efectos geopolíticos, siendo necesario adoptar nuevas medidas contra el Gobierno de ese país, liderado por Nicolás Maduro. Los venezolanos están en estándares tan bajos que es probable que no puedan surgir de donde están. La clase media se ha ido o se está erosionando, el cambio tiene que ser catalizado desde la parte externa y para esto se hace necesario una gran coalición democrática internacional para hacer frente a esa crisis.
Esa gran coalición debe actuar sobre varios criterios que deben traducirse en acciones concretas, una acción multilateral real, acción que se fundamente en el principio de corresponsabilidad, en la coordinación como principio fundador y que implica acciones como retirarse de Unasur, un organismos que maneja Maduro a su antojo. También se deben incrementar sanciones que lleven a unas respuestas adecuadas porque al Gobierno de Venezuela no le importa si es suspendido por organismos internacionales.
