El mandato de Duque

Editorial
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El presidente electo de Colombia, Iván Duque, aseguró en su primer discurso que es necesario superar la fractura existente entre amigos y enemigos de la paz porque ese es un anhelo nacional y trabajará para conseguirlo. Duque, en su primer discurso y recién conocidos los resultados de la votaciones, mando un mensaje de seguridad y tranquilidad a los colombianos afirmando que esta por medio la paz porque la paz de Colombia es un anhelo de todos y por eso implica que se pase la página de esa fractura donde se quiso dividir entre amigos y enemigos de la paz.

Un nuevo amanecer vivió Colombia con las palabras de Duque cuando indicó que todos son amigos de construir una paz y debe ser una paz que ante todo preserve ese deseo de permitirle a la base guerrillera su desmovilización, su desarme, su reinserción efectiva; de esta forma desvirtuó los rumores de mala fe de que acabaría con el proceso de paz de Santos.

Duque, que fue elegido con un discurso duro contra el acuerdo de paz con las Farc firmado en noviembre de 2016 y al que ha prometido hacerle modificaciones, reiteró el domingo que su intención de avanzar en esa línea. Esa paz que reclama correcciones, tendrá correcciones para que que las víctimas, de verdad, sean el centro del proceso y se garantice la verdad, justicia, reparación y no repetición.

En su opinión, la paz que añoran los colombianos debe llevar a un sano debate de ideas para responder a muchos desafíos que han surgido en la nueva situación de seguridad y orden del país; por ello, destacó la necesidad de invertir en las zonas golpeadas por la violencia, muchas de las cuales le dieron mayoritariamente su voto en las elecciones de este domingo.

Duque reiteró que no está en sus planes hacer trizas el acuerdo de paz, como sugirió hace unos meses el ex ministro uribista Fernando Londoño, comentario que marcó su campaña y que lo obligó a explicar muchas veces que esa posición era de un miembro del Centro Democrático y no la del partido como un todo ni la suya. Duque lo dijo y fue claro; no va hacer trizas los acuerdos, pero va a garantizar que la paz sea para todos los colombianos, empezando por la seguridad y la justicia, que serán las hermanas indicadas para que brille en todo el territorio nacional la esperanza.

Explicó que no se puede permitir que los cultivos ilícitos sigan creciendo, como han constatado las autoridades nacionales y organismos internacionales, porque con eso se está amenazando la seguridad nacional, ni tampoco tolerar a quienes siguen alzados en armas obstruyendo el curso institucional del país, acallando los ciudadanos.

Con Duque se puede tener la certeza de que obrará como comandante en jefe de todos los colombianos para defender la Constitución en todo el territorio y que se proteja la vida, la honra y los bienes de los colombianos.

Las elecciones de este domingo en Colombia han diseñado un nuevo escenario político en el que la oposición uribista regresa al poder, la izquierda crece y asume el papel fiscalizador y las fuerzas de centro tendrán que empezar a buscar su espacio.

El presidente electo, que asumirá el próximo 7 de agosto, también tendrá que mostrar cintura para gobernar con una bancada legislativa que, si bien le da mayorías en el Congreso, es demasiado amplia en términos ideológicos y de lealtades y debe conciliar con todos los grupos será una prueba de mucho aplomo y mucha grandeza y así se le  medirá como estadista.

En el Capitolio, Duque tendrá, sin embargo, como punta de lanza la bancada de 16 senadores del Centro Democrático, que son la primera fuerza, capitaneados por el ex presidente Álvaro Uribe, otro ganador de estas elecciones, pues pese a estar hace ocho años en la oposición a Juan Manuel Santos, los resultados muestran que sigue siendo el gran barón electoral del país.

El uribismo, sin duda, es el gran triunfador porque hace unos años se le menospreció y se pensó que el país estaba cansado de Uribe, que había pasado la página, pero desde la victoria del ‘no’ no se ha cansado de ganar en las urnas.

En cuanto a Petro, los ocho millones de votos obtenidos son casi un mandato para que se convierta en jefe de la oposición, pero falta ver si logra mantener unidos a los que lo apoyaron, entre quienes está su gente del movimiento Progresistas, un sector del Polo Democrático Alternativo, la Alianza Verde y liberales descontentos con el apoyo a Duque. Falta por ver qué papel jugarán en adelante las fuerzas de centro, como la Alianza Verde, porque no todos apoyaron a Petro, o Compromiso Ciudadano, del excandidato presidencial Sergio Fajardo, que fue tercero en esta contienda con 4,5 millones de votos y que se decantó por el voto en blanco en la segunda vuelta.

Tampoco está claro el futuro del alicaído Partido de la U, del presidente Santos, que sin un liderazgo fuerte, que le llevó a abstenerse de presentar candidato, tampoco encontró su lugar en esta segunda vuelta y puede acabar diluido entre las nuevas fuerzas de la escena política colombiana