Después de Semana Santa el Gobierno nacional hará un censo de ciudadanos venezolanos en el país, registro que habían anunciado se haría hace más de tres meses, de acuerdo con lo anunciado por el mismo Gobierno Nacional.Después de Semana Santa el Gobierno nacional hará un censo de ciudadanos venezolanos en el país, registro que habían anunciado se haría hace más de tres meses, de acuerdo con lo anunciado por el mismo Gobierno Nacional.Santa Marta, a pesar de no ser una ciudad fronteriza, ha recibido una gran cantidad de ciudadanos venezolanos, que han ingresado por el sitio fronterizo de Paraguachón con resultados bastante lamentables en materia de seguridad ciudadana y social. Para nadie es un secreto que algunos venezolanos se ha dedicado al robo y al atraco, hasta llegar a estar incriminados, supuestamente, en un crimen de un ex sacerdote; como tampoco es un secreto el temor de los conductores de vehículos y motos ante el acecho de una gran cantidad de venezolanos haciéndoles limpieza, que de no contar con una responsable retribución, pueden ser amenazados en su integridad física o en la seguridad del vehículo y medio de transporte. Más lamentable es el rumor que corrió por la ciudad la semana pasada, en donde se anunciaba que los residentes de varios barrios samarios han decidido amarse para ser ellos mismos los garantes de su propia seguridad ya que esta situación, la del aumento cada día más de venezolanos a la ciudad, crece y crece son que la autoridad distrital o la Policía garantice, a través de un plan, la tranquilidad y el orden en Santa Marta.El gobierno nacional anunció un registro de todos los venezolanos que están en Colombia, precisamente para poder darles estatus de migrantes y evitar el estatus de refugio porque se quiere que los venezolanos se integren a Colombia; pero debe tener en cuenta que la mayoría de venezolanos en el país son personas que no tenían un trabajo en su país, y aquí se les debe garantizar para no crear un grave problema social, más cuando hay un significativo número de conciudadanos que carecen de empleo y de servicios de salud. La decisión de ser generosos con la migración de los venezolanos, debe ser con mucho cautela para no afectar a los colombianos en situaciones precarias e inestables.Las cifras que maneja del gobierno nacional, 700.000 migrantes venezolanos registrados, es baja, ya que muchos no se registran y siguen sumando a la lista de personas que viven en condiciones muy difíciles y que se suman a la lista de delincuentes, desafortunadamente. No es el momento de recordar el pasado cuando entre tres y cuatro millones de colombianos se fueron a Venezuela, algo que generó una relación funcional familiar de nacionales colombianos y venezolanos. Ahora es el momento de actuar, para ayudar a ciudades fronterizas e intermedias como Santa Marta a afrontar estas dificultades.La afluencia de ciudadanos venezolanos a Colombia ha generado una preocupación entre los colombianos, en relación con la presión por el acceso a servicios de salud y educación y también sobre el deterioro que se puede dar, especialmente como formas de indigencia callejera, en las ciudades. Ante esa situación, los samarios como la mayoría de los colombianos reclaman más acción por parte del Gobierno que solamente actúa a nivel de diplomático que no soluciona la realidad que se vive.Se estima que han llegado a Colombia unos 750 mil venezolanos al país y todo parece indicar que esos ciudadanos desconocen por completo la situación real de Colombia. Esas personas deben entender que en materia económica la situación colombiana no es la mejor y actualmente el desempleo, la inseguridad y la falta de sistemas de salud eficientes, son problemas de todos los días.Colombia enfrenta una crisis laboral enorme, una gran cantidad de personas vive del rebusque diario y no estamos preparados para atender en vivienda, salud y en oportunidades laborales a este enorme pelotón que ha ingresado a diversas ciudades colombianas. Los ciudadanos venezolanos deben y tienen que saber y entender que esta nación no es un paraíso porque Colombia, en esta precisa época, afronta sus propios problemas y las desigualdades económicas y sociales son una realidad.
