“Pies secos/pies mojados”

Editorial
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La eliminación hace un año de la llamada política “pies secos/pies mojados”, que garantizaba a los cubanos que lograsen llegar a tierra estadounidense poder quedarse, trajo en su primer año un descenso en el número de inmigrantes llegados desde Cuba, especialmente notorio en Florida.
El 12 de enero de 2017, ocho días antes de finalizar su mandato, el entonces presidente de Estados Unidos, Barack Obama, que inició un proceso de apertura hacia Cuba desde 2014 y está en vía muerta por decisión del actual mandatario, Donald Trump, acabó con una política que contrariaba a las autoridades cubanas.

“Pies secos/pies mojados” fue durante años el acicate para que miles de cubanos se lanzaran al mar en frágiles embarcaciones o simplemente algo que flotase con la esperanza de cruzar el estrecho de Florida y tocar tierra sin haber sido antes detenido.

La política de «pies secos, pies mojados» fue el nombre dado a una política del gobierno de los Estados Unidos sobre la inmigración cubana en su país, que fue consecuencia de la revisión de 1995 de la Ley de Ajuste Cubano.

En este año transcurrido desde la decisión de Obama, de los medios de Florida han desaparecido prácticamente las habituales noticias de “balseros” llegados a los Cayos o a la misma Miami y, con ellas, las fotos o vídeos de grupos de personas cansadas y con caras tristes por haber sido capturados en el mar o de otras eufóricas celebrando en la playa con bañistas y curiosos.

Según cifras del Departamento de Estado, en el año fiscal 2017, que acabó el pasado octubre, se redujo en un 71 % las llegadas de “balseros” que intentaban tocar tierra en Estados Unidos.

La reducción fue del 64 % en el caso de los cubanos llegados a los puestos fronterizos terrestres, que también podían acogerse a esa política y que aumentaron en los últimos años, después de que en Cuba se relajaran las restricciones para salir del país legalmente.

Esos cubanos viajaban a países donde no se les exigía visa para desde allí emprender el camino hacia EE.UU.

De los 41.523 cubanos que llegaron durante el año fiscal 2016 a EE.UU. a través de los cuatro puestos fronterizos con México se pasó a 15.410 durante el año fiscal 2017, según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés).

Según la Guardia Costera, durante el año fiscal 2017, entre el 1 de octubre de 2016 y el 30 de septiembre pasado, fueron interceptados 1.934 cubanos que trataron de ingresar de forma marítima al país a través del Estrecho de Florida.

Un gran contraste con los 7.411 interceptados durante el año fiscal 2016 y los 4.473 del de 2015, períodos en los que se disparó la llegada de inmigrantes de la isla a este país.

Esa avalancha se debió precisamente a temores de posibles cambios de la política migratoria de EE.UU. hacia Cuba a medida que avanzaban los acercamientos emprendidos por Obama y su homólogo cubano, Raúl Castro, desde diciembre de 2014.

El fin de “pies secos/pies mojados” se ha visto también en un gran retroceso en las solicitudes para servicios sociales del Departamento de Niños y Familias de Florida (DCF, en inglés).
Se prevé que esta caída perdurará teniendo en cuenta que Trump, aunque ha dado marcha atrás a las políticas de Obama, ha dicho que no piensa restablecer “pies secos/pies mojados”.

No obstante, los inmigrantes cubanos que entran de forma legal al país aún gozan de los beneficios de residencia que ofrece la Ley de Ajuste Cubano (CCA, en inglés), de 1966, ya que la única forma de derogarla o modificarla es a través del Congreso.

De igual forma, sigue vigente el Programa de Reunificación de Familias Cubanas, que permite a familiares de ciudadanos estadounidenses ingresar al país mientras esperan su residencia permanente.


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