Cumbre contra reloj

Editorial
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A menos de un mes y medio de las fechas fijadas para la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, Celac, y la Unión Europea, con El Salvador como anfitrión, continua la incertidumbre sobre la celebración del cónclave, en el aire a causa de la crisis en Venezuela.
Es posible que la cumbre se aplace, por la polémica generada por la situación en Venezuela que podría llevar a su suspensión definitiva.

Se atraviesa un momento crítico en Latinoamérica por la fuerte convulsión en Venezuela principalmente, así que no se sabe si se aplaza, se suspende, o qué decisión se va tomar sobre la celebración de la cumbre ya que 12 naciones latinoamericanas solicitaran el aplazamiento de la cumbre debido a que algunos países pidieron el aplazamiento de manera extraoficial.

La Declaración de Lima sobre Venezuela, suscrita el día 8 de agosto del año en curso, recoge que teniendo en cuenta las condiciones actuales, solicitarán a la presidencia pro-tempore de la Celac y a la Unión Europea, la postergación de la cumbre prevista para octubre de 2017. Los países agremiados condenan la ruptura del orden democrático en Venezuela y recogen la decisión de los firmantes de no reconocer a la Asamblea Nacional Constituyente, ni los actos que emanen de ella, por su carácter ilegítimo; así mismo, brinda su pleno respaldo y solidaridad con la Asamblea Nacional, democráticamente electa.

Mientras crecen las dudas sobre la celebración, aplazamiento o cancelación del evento, la agenda de la cumbre y de las reuniones previas habituales se desdibuja ante el silencio de las autoridades salvadoreñas, que remiten a la convocatoria que reunirá el próximo 18 de septiembre a los cancilleres latinoamericanos en Nueva York. Será, en la ciudad norteamericana donde se concrete y defina el futuro del cónclave, cuya primera actividad previa debía haberse celebrado los pasados 7 y 8 de este mes con un foro de la sociedad civil, en el que se reunirían ciudadanos de Latinoamérica y Europa.

La preocupación por la situación de Venezuela afecta también a la voluntad de Europa y a la decisión de participar o no en la aún incierta cumbre, y el primero en manifestarse al respecto fue el presidente del Parlamento Europeo, señalando que no asistirá a la cumbre en una señal contra el régimen de Nicolás Maduro. El presidente de la Eurocámara comunicó su decisión tras reunirse con 10 embajadores de países de América Latina que le hicieron entrega del texto de la Declaración de Lima.

Ellos consideran una decisión valiente a los países latinoamericanos que tomaron la  disposición de aislar diplomáticamente a este régimen dictatorial, lo que sin duda es el camino para contribuir a la restauración de la democracia en Venezuela a través de una salida pacífica y negociada.

Y entretanto, continúan las dudas, que no se resolverán hasta el próximo lunes en la reunión de cancilleres latinoamericanos, que deben decidir in extremis el futuro de una cumbre que va contra reloj en un ambiente tenso, que augura un largo debate.