Gobernación y Alcaldía tienen la palabra

Editorial
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El ‘cipote’ aeropuerto que el presidente  de la república Juan Manuel Santos  prometió  a los magdalenenses en la posesión de la Ministra de Comercio, Industria y Turismo, la samaria Maria Claudia Lacouture, terminó en una promesa rota, como siempre,  con los intereses de desarrollo y progreso  de Santa Marta y el departamento en general.

Desde que los gobiernos nacional, departamental y  distrital se comprometieron a aportar cada uno  los recursos necesarios  para la ampliación de la pista y la remodelación de la infraestructura aeroportuaria, EL INFORMADOR, hizo un llamado de atención  para que el aeropuerto fuera trasladado al  sector de la ‘Y’ de Ciénaga, y hacer uno nuevo polo de desarrollo en nuestra región. Estamos convencidos que ese es  el mejor sitio para hacer un verdadero aeropuerto, y no enterrar, en el lugar actual donde está el ‘Simón Bolívar’, millonarias sumas solo para remodelar una fachada, porque lo más importante lo dejaron por fuera: la ampliación de la pista que nos garantizaría el aterrizaje de aeronaves internacionales.

La verdad nos quedamos con una infraestructura aeroportuaria  cómoda, bonita, agradable y más nada, gracias a la decisión del Gobierno Nacional de no destinar los recursos para la ampliación de la pista del aeropuerto, lo que sigue generando controversia en el departamento, ya que el gobierno nacional comprometió seriamente los intereses de turismo  y de exportación de productores regionales, que se constituyen en la parte más afectada.

Ahora debemos enfrentarnos a la realidad de que no se pudo o no quisieron trasladar el aeropuerto; si al menos,  hubieran ampliado la pista, la situación fuera diferente. Ante este panorama el enemigo del desarrollo de las empresas en el país y sobre todo del salto que quiere dar Santa Marta hacia el turismo internacional, es grande. Nuestra ciudad tiene todas las capacidades para dar ese salto internacional, pero el Gobierno Nacional  ha demostrado que es enemigo de la competitividad, del desarrollo turístico del país, porque ha obstaculizado esos pasos, que pensamos se darían.

En vez de alargar la pista, lo que hacen es  encogerla; los productores locales y regionales que están en la capacidad de exportar café, esas que no solo salen por un barco, sino por un avión, han sido frenados por el Gobierno y su decisión de no aportar los recursos con los que se comprometió, a pesar que el café le ha dado mucho al país y ahora aporta al progreso de nuestra región cafetera en la Sierra Nevada de Santa Marta.

Ya pasaron dos semanas  desde que  el Ministerio de Hacienda se pronunciara sobre la no aprobación de los recursos para la ampliación de la pista; el tema parece muerto ya que la “pelota está en los pies” de las autoridades del departamento y el distrito, para que sean ellas las que aglutinen a la ciudadanía y sus componentes vivos y actuantes y hacer un frente común ante el gobierno nacional y su nefasta decisión.

Y si la Gobernación y la Alcaldía se hace de oídos sordos y vista ciega, entonces, las fuerzas vivas de la ciudad y los parlamentarios magdalenenses deben seguir recordándole a estas autoridades regionales que ellos deben unirse en un frente común para hacer presencia ante el gobierno nacional y reiterarles el  compromiso que ellos hicieron en cabeza del presidente Santos, con el progreso y desarrollo de la ciudad y el departamento.