Hacen lo que quieran

Editorial
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Pasado el incidente fronterizo, no deja de ser inquietante la debilidad del gobierno nacional ante los abusos de los militares venezolanos, que solamente obtienen como respuesta una nota diplomática, que no conduce al respeto de nuestro territorio colombiano, porque lo más seguro es que vuelvan a pasar nuestras fronteras y querer ganarse un pedazo de tierra que no es de ellos.


El presidente Juan Manuel Santos confirmó que había un grupo de militares venezolanos asentados en territorio colombiano —cerca de la población de Arauquita— y que habló sobre el tema con su homólogo Nicolás Maduro, quien le aseguró que retiraría las tropas de la zona. Enseguida los colombianos sintieron esa sensación de que no hacemos respetar nuestro territorio cuando el tema es Venezuela. ¿Por qué será?

No contento con las información dadas por los medios de comunicación el presidente Santos tras una reunión de más de tres horas con su cúpula militar y su canciller, María Ángela Holguín, para dar seguimiento a la situación en la frontera con Venezuela y de acuer4do con lo expresado por el director de soberanía, Ricardo Montenegro, que fue hasta el lugar y comprobó que los militares venezolanos estaban en territorio de su país, fue cuando entonces, se empezaron a mover los canales diplomáticos, que siempre nos dejan con la sensación de que estamos arrodillados ante el gobierno nacional, por la falta de autoridad nacional, que siempre espera a que el país vecino nos invada para pedirles ue salgan de nuestro territorio.

Sobre esto no cabe la menor duda. La línea de frontera en ese sector la determina —según los tratados vigentes— el río Arauca, y los militares venezolanos se encontraban en la ribera colombiana. Santos habló con Maduro, a quien le manifestó que la situación era inaceptable, y según dijo, el mandatario venezolano aseguró que había ordenado el retiro de la tropas del territorio colombiano y acordaron que mantendrán el diálogo en las vías diplomáticas hasta que se normalizara la situación; pero, mientras, tanto los militares venezolanos tuvieron la capacidad de volver a mostrar que pueden hacen en nuestra frontera lo que les de la gana.

Lo que hay que evitar es que esta situación vuelva a suceder; porque nada sacamos dándole instrucciones a las fuerzas militares de la zona para que permanezcan en el área y que continúen ejerciendo plena soberanía sobre nuestro territorio cuando esta ya fue violada y tuvimos que pedir que se retiren.

No podemos seguir dando tanta papaya y después sacar pecho cuando después de pedir un favor para que desalojen, cantar una victoria que no vale y que no viene al caso; más bien hay que sacar pecho cuando tengamos la seguridad que ningún militar o delincuente venezolano, pueda traspasar nuestras fronteras.

Y como siempre los venezolanos dando excusas que nada tiene que ver. Venezuela atribuyó el incidente, sin dar detalles, a un recurrente fenómeno motivado por las alteraciones que sufre el cauce del río Arauca, el cual marca la línea fronteriza y que permanentemente cuenta con patrullaje venezolano para evitar todas las formas de delito transnacional que amenazan el derecho a la paz, al desarrollo y a la integridad territorial de nuestro país. Una excusa traída de los cabellos que nadie les cree.

Sobre la zona ubicada en el río Arauca, susceptible de alteraciones producto de cambios climatológicos, cuando se han presentado discusiones sobre los límites fronterizos, se activan los mecanismos diplomáticos para que funcionarios de ambos países diluciden las coordenadas sobre los límites previamente establecidos, esto aducen las autoridades venezolanas.

Esta área en particular el cauce fluvial se modifica constantemente producto de la crecida del río. Ya en el pasado, debido a las difíciles condiciones del terreno y a las características de este espacio acuático, se han presentado diferencias de interpretación de la línea fronteriza, las cuales han sido atendidas por la vía diplomática, y dando como resultado incidentes como el de la semana pasada.

Pero las versiones no concuerdas, ya que los militares venezolanos estaban allí por orden del gobierno de su país y que de acuerdo a unas coordenadas, para ellos indican que es territorio venezolano, que están haciendo control de territorio y que ellos consideran que donde están es territorio venezolano y no colombiano. Alguien se olvido de corregir esta pequeña pero tremenda versión, que refuerza la teoría de que los militares venezolanos hacen lo que quieran en la frontera con Colombia.