Al fin lo reconoció

Editorial
Tamaño Letra
  • Smaller Small Medium Big Bigger


No hay explicación para lo que sucede en Venezuela, solamente se puede entender que la situación en ese país se debe a una posición de orgullo y ganas de tener el poder, sin importar lo que pueda sufrir el pueblo venezolano; ahora el presidente Nicolás Maduro pidió la ayuda a la Onu para regularizar el suministro de medicinas y enfrentar la escasez que atraviesan, como si esto no lo supiera y fuese alguna novedad en ese país.


Maduro suaviza la situación diciendo que ha pedido apoyo para seguir avanzando en la regularización permanente del tema de los medicamentos para los hospitales, luego de la tremenda guerra que los han metido, según él, personas ajenas al gobierno y muy directamente involucradas con la oposición.

Al respeto de la solicitud no hay más detalles pero la decisión de acudir al organismo se da porque éste tiene los planes más avanzados y completos del mundo para recuperar la capacidad productiva de la industria farmacéutica y orientarla hacia los medicamentos del pueblo.

La crisis económica que enfrenta Venezuela se agudizó tras la caída sostenida de los precios internacionales del petróleo, principal fuente de ingresos del país, lo que dio paso a una inflación de tres dígitos y a la escasez de alimentos, medicinas y otros bienes básicos.

Ahora con este llamado de urgencias, la realidad salió a flote más cuando el mismo mandatario venezolano había descartado que el país enfrentara una crisis en materia de medicamentos y ha acusado a la oposición de promover una guerra económica para derrocar al gobierno.

La administración socialista de Maduro se enorgullece de ser un proveedor de ayuda humanitaria a las naciones pobres de todo el mundo, por lo que el sólo hecho de reconocer que Venezuela necesita ayuda externa es una señal reveladora de hasta qué punto la nación, que posee una de las mayores reservas de petróleo del mundo, ha decaído en años recientes.

La solicitud de apoyo a la Onu se produce el mismo día en que su administración envió a Perú dos aviones cargados con ayuda humanitaria para auxiliar al país andino, que ha visto afectado por los peores aludes e inundaciones de las últimas dos décadas. Sin embargo, los adversarios de Maduro han dicho que esa generosidad debería reservarse para los venezolanos, que han sufrido una escasez generalizada y una inflación de tres dígitos desde que el mandatario fue elegido en 2013 luego de la muerte por cáncer del expresidente Hugo Chávez.

Maduro aprovechó la oportunidad del envío a Perú para agradecer a su homólogo peruano Pedro Pablo Kuczynski —un crítico del gobernante socialista venezolano— por haber autorizado toda la ayuda humanitaria, toda la ayuda solidaria, por encima de las diferencias; la solidaridad entre hermanos de América Latina es muy importante y momentos tan apremiante, aún más.

La carga —dispuesta en una aeronave militar venezolana y un avión DC-10 fletado— contiene alimentos no perecederos, medicinas y otros insumos, lo que suma un total de 80 toneladas de productos, que a pesar de ser para ayudar a los peruanos, seguramente el pueblo venezolano también lo está necesitando, mas cuando la ayuda venezolana incluye el envío de socorristas, entre otros especialistas.

Es loable esta acción de Maduro, pero ¿de qué le vale si a sus gobernados también tienen las mismas necesidades y están esperando desde hace más de 10 años el auxilio y socorro de su gobierno y de los gobiernos del mundo? La situación cada día es peor y más desesperante; pero lo admirable es la resistencia del pueblo venezolano ante tanta escasez y necesidad.