Insistir en el derecho infantil

Editorial
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Suele darse por hecho que los seres humanos somos por naturaleza proclives a proteger a los niños, sin embargo el enorme problema del Abuso Infantil nos demuestra que no es así, que igualmente somos proclives a desprotegerlos.


Lo anterior debe reconocerse sin mayores cortapisas, el abuso infantil existe porque también es un hecho que la naturaleza humana es susceptible de las más bajas acciones, las cifras son apabullantes, de acuerdo a la Unicef a nivel mundial se estimó que cerca de 150 millones de niñas y 73 millones de niños fueron víctimas de abusos.

Pese a que todos los países cuentan con normas y códigos de prevención y de castigo para enfrentar este delito, la prioridad de su cuidado debe mantenerse siempre en alerta. Los Estados deben proteger a los infantes en un marco legal en el que los derechos de los niños sean vigilados y protegidos. Más hoy cuando se sabe descontrolado el fenómeno de redes de trata, pornografía infantil, explotación sexual y laboral, secuestros y otros actos violentos.

Es menester que todo mundo de todas las edades enarbolen que los derechos infantiles son reales más allá de todo paternalismo, igualmente se debe cobrar conciencia de que sus derechos sean protegidos por obligación lo mismo por el gobierno correspondiente, como por padres, madres, maestros o quienquiera esté cerca de ellos.

El abuso infantil comprende una gama de acciones en su contra mayormente serias y con frecuencia aberrantes, un niño abusado es víctima por lo general de uno o una serie de delitos que sin duda le causan severos daños psicológicos y físicos, es preciso ante ello que la conciencia nos lleve además de la protección inmediata a la denuncia del abusador.

Cada situación de maltrato o abuso infantil tiene sus peculiaridades, pero es común que se mantiene oculta una gran mayoría de casos casi siempre porque quien comete el abuso es alguien de la propia familia, propiciando un círculo vicioso de impunidad, desamparo y reincidencia.

Es deseable que sobre el asunto tengan lugar cotidianamente conversaciones, que se comente el tema como medida recurrente y preventiva, que en consecuencia impulsen acciones que permitan proteger a los menores de circunstancias de agresión... acciones protectoras emanadas de toda la sociedad, no esperemos que sea sólo el Estado o los instituciones las responsables de brindar cuidados.

Los derechos de los niños son reales, hagámoslos valer todos juntos.