Desembotellar la ciudad

Editorial
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Por Santa Marta circulan un poco menos de 50 mil vehículos entre particulares y públicos diariamente, todos ellos convergiendo en un caos de movilidad que aumenta en temporada vacacional casi al doble y que congestiona las vías principales que circundan, ya no, el Centro del Distrito, sino también la zona de expansión hacia el oriente. Y es en ese punto en que la opinión pública ha insistido en los últimos meses sobre la necesidad de abrir más vías que agilicen el tráfico automotor.


Pero las perspectivas que muestra la autoridad distrital no es proclive a las reclamaciones que hacen quienes utilizan automóviles, por el contrario, los anuncios desde la Administración de Carlos Caicedo, continuada por la que actualmente lidera Rafael Martínez, se enfatizan en la necesidad de crear más espacios peatonales, sin tener claro si en realidad construir más avenidas.

El trayecto de la Doble Calzada que avanza a paso de tortuga, el también lento proyecto para ampliar la calle 30 en su totalidad, sumado a la prolongación de la avenida del Río y los puentes sobre el río Manzanares, se cuentan como lo que en materia de mejoramiento de movilidad posee Santa Marta, pero ¿Será suficiente?

Desde la Administración de Chico Zúñiga una de las obras más controvertidas fue la decisión de cerrar un carril de la carrera primera, beneficiando a los comerciantes del sector del Camellón, pero dándole duro a los conductores, dejándoles como opción de transitar por la ciudad en el sentido sur norte solamente por la avenida Campo Serrano, hoy convertida en un nudo vehicular, ventas ambulantes y peatones.

Aunque la idea originada por el propio Carlos Caicedo fue la de peatonalizar la Campo Serrano desde la calle 26 hasta la avenida del Ferrocarril en una calzada, dejando solo un carril exclusivo para los buses del Setp, esta no tomará forma hasta tanto no arreglen el tema de los comerciantes informales apostados a lado y lado, un tema que se viene tratando de arreglar desde la época de Juan Pablo Díaz Granados y que sigue aún vigente.

El otro hecho que opaca es la parálisis en una obra como el arreglo del tramo de la avenida del Ferrocarril desde la carrera primera hasta la cuarta, que aunque no representa un significativo aporte a destrabar los terribles trancones que en horas pico se observan en el Centro, sí puede ser una buena alternativa si se decide en un futuro recuperar el carril de la carrera primera o avenida del Fundador, algo que ha vuelto a sonar recientemente, pero que también muestra voces de rechazo, sobre todo, procedentes del gremio de comerciantes y hoteleros, quienes se han beneficiado con las terrazas, extensión de sus negocios.

Lo cierto es que de lo que hay ahora comparado con lo visionado décadas atrás, por ejemplo, donde se hablaba de una verdadera circunvalar que integrara a las avenidas Ferrocarril, Fundador, la del Río y Libertador, es ya utópico, pero opciones de ampliar calles y/o crear avenidas debe ser una máxima de los mandatarios de turno y los que vendrán, de lo contrario seguiremos atascados.


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