No todo es color de rosa

Editorial
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En procesos tan complicados y largo como el de volver a reanudar las relaciones comerciales entre Estados Unidos y Cuba, no todo es color de rosa y el camino es lago, pedregoso y con dificultades que salvar día tras día, más si existe un compromiso fuerte e inquebrantable entre las dos naciones.


Según las autoridades cubanas, aunque se han registrado algunos avances en la nueva relación entre Estados Unidos y Cuba, el bloqueo impuesto por ese país hacia la isla continúa causando grandes daños a los cubanos, porque de acuerdo con ellos las medidas adoptadas por el gobierno de los Estados Unidos aunque positivas resultan insuficientes.

Ante esta situación, ambos países buscan una solución, que este año volverá a presentar una resolución de condena al bloqueo, para bajar la presión sobre el tema para que sea más fácil de manejar.

Cuba reitera su disposición a continuar el diálogo, sabiendo que resta un largo camino por recorrer para avanzar hacia la normalización, lo que significa construir un modelo de relaciones bilaterales nuevo, en su historia común que nunca podrá ser olvidada, planteamiento que sin duda es beneficioso para el proceso de normalización de las relaciones, ya que el mundo entero espera que estos importantes avances que se han dado no caigan en saco roto, al contrario, sean punto de encuentro para seguir adelante hasta llegar a la normalización total.

Cuba y Estados Unidos acordaron en diciembre de 2014 relanzar sus relaciones diplomáticas, luego de más de cinco décadas de alejamiento tras el triunfo de la revolución cubana. Desde entonces, ambos gobiernos han sostenido diálogos para avanzar en la normalización de distintos rubros.

Otra inquietud de los cubanos es que hasta la semana pasada ellos miraban distantes la carrera presidencial en Estados Unidos. Después de todo, y con algunos matices, la demócrata Hillary Clinton y el republicano Donald Trump coincidieron en darle continuidad al deshielo binacional. La situación, sin embargo, comenzó a cambiar; de visita en Miami, Trump se desdijo y amenazó con deshacer el acercamiento entre Washington y La Habana a menos que el presidente Raúl Castro cumpla una serie de demandas, incluida la liberación de presos políticos.

El giro en la posición del republicano generó preocupación, a la par que puso sobre el tapete la fragilidad de la nueva relación que se busca construir entre los dos países, y que por ahora incluye una serie de medidas ejecutivas del presidente Barack Obama, quien no pudo convencer al Congreso de avanzar en el levantamiento de las leyes del embargo.

En Miami, Trump aseguró que dedicará su mandato a luchar contra la opresión comunista y a favor de una apertura política en Cuba, mientras advirtió que revertirían las órdenes ejecutivas de Obama, a menos que el régimen de los Castro escuche nuestras demandas. Por ser medidas ejecutivas, que no necesitan autorización del Congreso, el próximo mandatario puede revertirlas al gusto.

Dos millones de personas de origen cubano residen en Estados Unidos y muchas de las familias tienen miembros en uno y otro lado del Estrecho de La Florida. El restablecimiento de relaciones diplomáticas anunciado el 17 de diciembre de 2014 es apreciado en general por la gente como un adelanto de lo que podría ser un nexo más fluido también entre parientes.

El presidente estadounidense, Barack Obama, ha instado al Congreso a derogar el embargo establecido hace 55e años. Los dos países reabrieron sus embajadas en territorio contrario en el 2015 y Obama ha aliviado las limitaciones sobre el comercio y los viajes a la isla en virtud de sus poderes presidenciales, pero el embargo se mantiene en vigor.