Oír a todos

Editorial
Tamaño Letra
  • Smaller Small Medium Big Bigger


Hacía tiempo que no escuchaban voces de protesta e inconformidad en Ecuador, donde el gobierno de Rafael Correa,
tiene a todos alineados y nadie puede salirse de los parámetros que él ha diseñado, tanto así, que dicen que después de terrible terremoto de hace varios meses en la provincia de Pedernales, Correa prohibió a la gente que se quejara o llorara cuando eran entrevistados para algún medio de comunicación.

Ahora los inconformes son otros; los integrantes de los principales grupos de sindicalistas, indígenas y gremios de profesores y otras organizaciones sociales, realizaron en las principales ciudades del país marchas de protesta, reclamando respeto a los derechos de agremiación y al empleo, entre otros, algo no muy común en este gobierno.

Miles de personas desfilaron pacíficamente por Quito y Guayaquil, entre otras, gritando la salida del presiente Correa y apoyando al gremio de profesores llegando incluso un grupo a quemar banderas del partido de gobierno Alianza País y carteles con la imagen del presidente Rafael Correa.

En esta capital desfilaron al menos unas cinco mil personas, mientras que unas 2.000, afines a Correa se concentraron frente al Palacio de Gobierno en apoyo al mandatario, que termina su gestión en mayo del 2017 y que al paso que vamos, a pesar de haber anunciado en reiteradas ocasiones de sus intenciones de no luchar por la reelección, parece que va a ser lo contrario, ya que no si vislumbra un sucesor de la misma corriente de Correa, apadrinado por él o por su grupo político.

Las protestas, a pesar de no buscar desestabilizar al gobierno, sino que es para reclamar por empleo, salud, respeto al derecho de agremiación, crea un ambiente de inconformidad y descontento en el gobierno de Correa, que lleva más de 8 años en el poder.

La convocatoria se produjo luego de que la semana pasada el Ministerio de Educación decidió disolver el principal gremio de profesores dependientes del Estado, la Unión Nacional de Educadores, acusándola de no cumplir requisitos para mantener su existencia legal. Ese gremio, afín a grupos de izquierda radical, se ha mostrado en oposición al Gobierno y constante crítico a las políticas educativas y económicas del régimen y al que critica le aplican la ley y en forma severa, Aunque el Gobierno diga que hay fundamentos jurídicos para todas las decisiones que se tomen. Con o sin fundamento jurídico, este es una represalia por estar en orillas diferentes al partido de gobierno y contra el mismo Presidente.

El Gobierno y los sindicalistas y gremios han tenido constantes diferencias poco después de la llegada al poder de Correa, en enero del 2007. El mandatario, en declaraciones a periodistas al comentar las marchas había expresado que no se les hace el más mínimo caso, ya que ese es su medio, su modus vivendi; primero convocan a la marcha y después piensan. Si es así o no, ¿por qué cuando los sindicalistas y gremios lo apoyaron en sus campañas presidenciales, por qué no les dijo que no?

Aunque estas manifestaciones hacen daño al Gobierno, por que manda un mensaje que puede tener varias interpretaciones, para Correa solo llegaron a bloquear las calles; sin embargo, estos puntos de opinión de los ciudadanos ecuatorianos disconformes deben ser tenidos en cuenta porque se pueden constituir en punto de partida para que otros sectores inconformes alcen sus voces y así crear un malestar general que puede llegar a desestabilizar el país.