La histórica entrega de las riendas demócratas a Hillary Clinton llegó con el afecto de un expresidente y el respaldo de un mandatario saliente. Pero también con una advertencia: ese techo de cristal no se ha roto aún y el candidato republicano Donald Trump es un rival considerable.
Clinton se llevó formalmente la nominación demócrata el martes y declaró que la barrera que ha dejado a las mujeres fuera de la Presidencia en Estados Unidos está casi rota. Su esposo Bill Clinton cerró una noche histórica con un extenso y apasionado discurso que ofreció una visión muy personal —aunque aséptica— de su relación. Fue una oda a la mejor hacedora de cambios que ha conocido jamás, con la política como hilo conductor.
El presidente Barack Obama presentó al cierre de esta página editorial, sus argumentos en favor de la exprimera dama, exsenadora y exsecretaria de Estado como la primera mujer a ocupar la oficina presidencial en la Casa Blanca; pero también pidió a los demócratas que tomen la contienda en serio.
Todo es posible, y por esto la cautela del mandatario, para que demócratas no deben dar nada por sentado, ya que todo el que llega a una campaña sin ningún temor puede terminar perdiendo.
Clinton fue confirmada como nominada presidencial del partido el martes por la noche en la convención que pareció estar encontrando su paso al concentrarse en atraer la coalición que va a necesitar para ganar —negros, hispanos, mujeres y jóvenes— y dejar atrás el drama de derrotar formalmente a su rival liberal, Bernie Sanders.
Esa estrategia de fortalecimiento de bases tiene a algunos demócratas temiendo que Clinton esté cediendo demasiado terreno a su oponente. La convención ha hecho poca mención a la inseguridad económica y las ansiedades que han alimentado en parte el ascenso de Trump entre votantes blancos de clase trabajadora. Trump se ha presentado a sí mismo como el candidato de la ley y el orden y promete ser duro contra los terroristas. Los demócratas apenas han mencionado el terrorismo.
Por su parte, el vicepresidente Biden llamó la atención ya que el partido no ha hablado lo suficiente sobre las preocupaciones de los votantes blancos de clase trabajadora, a pesar que ha hecho lo apropiado por esos votantes, pero no les ha hablado.
Los demócratas celebraron el logro histórico de Hilary Clinton. La ritual votación por estados que consolidó la nominación procedió sin problemas dentro del recinto, y el propio Sanders se alzó en nombre de la unidad para pedir que el nombramiento se aprobara por aclamación.
