La audiencia de apelación del encarcelado dirigente de oposición Leopoldo López culminó en Venezuela sin que se emitiera ninguna sentencia, y pasarán al menos diez días hábiles hasta saber si se ratifica o no la condena de casi 14 años de cárcel que enfrenta el político venezolano.
En una maratónica audiencia en la Corte de Apelaciones que se extendió por más de doce horas, López volvió a comparecer ante la justicia para exigir la anulación de su sentencia. Un tribunal capitalino condenó a López a casi 14 años de prisión en septiembre del año pasado por unas violentas protestas contra el Gobierno en febrero del 2014, que dejaron tres muertos y decenas de heridos.
El dirigente opositor busca ahora su libertad después de los diferentes cambios políticos que ha sufrido Venezuela, en donde la oposición tiene el manejo del Congreso y se está planteado la posibilidad de diálogos para hacer una transición de poderes en paz, algo que el pueblo de Venezuela está pidiendo y exigiendo desde hace mucho tiempo.
Mientras Leopoldo López no ceda en su lucha de ser libre y sigue los caminos de las leyes venezolanas; en diez días hábiles debe esperar para que la Corte de Apelaciones emita la sentencia del caso. Aquí el problema radica en que los tiempos no coinciden con la realidad del pueblo venezolano y esos diez días podrían convertirse en meses y hasta en años.
Cada vez que López sale a defender su inocencia se convierte en foco de atracción; las sesiones se dan en medio de un gran despliegue de efectivos militares en torno al Palacio de Justicia; a pesar de ser motivo de atención mundial, las apelaciones del dirigente del partido opositor Voluntad Popular han sido pospuesta en dos oportunidades entre junio e inicios de este mes, seguramente cumpliendo órdenes presidenciales para alargar el sufrimiento del dirigente opositor que ha convocado el pronunciamiento de dirigentes de naciones de todas partes del mundo.
En cada aparición de López, encarcelado y reducido en su espacio carcelario, se oyen gritos de liberación para Leopoldo y se pueden observar carteles en los cuales se leen frases como “dos años de injusticia, liberen a Leopoldo”, quien desde hace 29 meses permanece recluido en la cárcel militar de Ramo Verde, en Caracas.
El encarcelamiento de Leopoldo López no es consecuencia de un procedimiento judicial sino a un procedimiento político creado para perseguir a quien piensa distinto. Tanto así que se negocia su liberación dentro de un diálogo político.
Por otro lado, la coalición de la Mesa de la Unidad Democrática, MUD, reiteró que estaría dispuesta a iniciar un diálogo con el Gobierno si las autoridades electorales fijan la fecha para la recolección de las casi cuatro millones de firmas que se requieren para activar un eventual referendo revocatorio contra el presidente, Nicolás Maduro, y se libera a los llamados presos políticos, entre los que se incluye López; es así que la oposición anunció recientemente la validación de unas 407.000 firmas, lo que permitiría activar la última fase del proceso para el referendo.
Mientras la incertidumbre sigue, la inflación continúa galopante; la escasez de alimentos también y la falta de garantías para hacer el ejercicio de la democracia, poco se respeta por el gobierno dictatorial de Nicolás Maduro.
