Sigue el horror

Editorial
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Cada días es más preocupante la situación de seguridad; si no es el Estado Islámico y sus terroristas, son entonces personas con problemas emocionales quienes deciden antes de acabar con su vida, acabar con la de otros inocentes dejando dolor e inconformidad entre los familiares de esos hechos, más cuando no se tiene relación alguna con ellos.

Ayer fue día de luto por las víctimas del tiroteo ocurrido el viernes en un centro comercial del norte de Múnich que dejó nueve personas muertas y al menos 21 heridos, algunos de ellos de suma gravedad. El autor de este acto repudiable y criminal, un

alemán-iraní de 18 años residente en la capital bávara, según la Policía, no tenía antecedentes y las motivaciones siguen estando totalmente no instruidas, dejando aún más preocupación porque este tipo de actos deben quedar totalmente esclarecidos.

Estas son horas difíciles para Múnich y para la gente del común que ya no podrá salir a pasear, comprar o a disfrutar cualquier evento al aire libre, porque abra siempre un criminal pendiente de crear muerte y destrucción, como también sucedió hace unos días en Wurzburgo y Niza, en Francia. Siete de las víctimas mortales eran adolescentes y los otros dos un hombre de 20 años y una mujer de 45 y todos residentes en Múnich, fallecidos a consecuencias de un agresor de 18 años que abrió fuego en un abarrotado centro comercial y un restaurante de comida rápida de Múnich y que al parecer estaba obsesionado con los tiroteos masivos.

Hasta ahora las autoridades solo han relacionado al agresor, quien posterior al acto de terror y horror se suicidó, encontrando indicios de que el sospechoso, nacido en Múnich, había sufrido problemas psicológicos y recibió tratamiento.

Los terroristas están al acecho; buscan jóvenes con problemas familiares y sicológicos; los adoctrinan y los forman en el odio y el terror aprovechando las grandes multitudes para crear mayor impacto en sus hechos demenciales, para que después se suiciden sin dejar ningún rastro que los pueda asociar con las bandas de terroristas; es por esto que se hace necesario reforzar el trabajo de valores en el hogar en torno a la familia y a las amistades que tienen los jóvenes de hoy día.