Cada año mueren alrededor de 6,5 millones de personas en todo el mundo por problemas relacionados con la contaminación del aire, cifra que aumentará a menos que el sector de producción de energía intensifique sus esfuerzos para reducir las emisiones.
Ahora se prevé que la cifra de muertes prematuras por contaminación del aire en exteriores se eleve a 4,5 millones para 2040, 50% más que los 3 millones actuales, mientras que las muertes prematuras en interiores se reducirá a 3 millones en comparación con la cifra actual, de 3,5 millones.
Sin embargo, podría haber mejoras agudas en la salud gracias a un aumento del 7% en compras de cocinas de combustión limpia, combustibles menos contaminantes y otras medidas para el año 2040.
La contaminación del aire proviene principalmente de centrales eléctricas, fábricas y automóviles, mientras que la del aire en interiores es causada por cocinas de combustión sucia, principalmente en los países en desarrollo.
Colombia no tiene un buen comportamiento en este sentido. La contaminación atmosférica en nuestro país ha sido uno de los factores de mayor preocupación en los últimos años, por los impactos generados tanto en la salud como en el medio ambiente, debido más que todo a la falta de unas políticas claras y al cumplimiento de las mismas, debido en gran proporción a las presiones que ejercen los propietarios y dueños de grandes industrias y fábricas.
La problemática atmosférica actual es la que genera los mayores costos sociales y ambientales después de los concebidos por la contaminación del agua y los desastres naturales, que aún no se han aprendido a manejar en nuestro país. En nuestra Constitución Política de 1991 se estableció una serie de derechos y obligaciones relacionados con el medio ambiente, en donde todas las personas tienen derecho a gozar de un ambiente sano y la ley garantizará la participación de la comunidad en las decisiones que puedan afectarlo y además deberá prevenir y controlar los factores de deterioro ambiental, imponer las sanciones legales y exigir la reparación de los daños causados.
La conservación de nuestros recursos naturales, el uso de los mismos y la educación pedagógica hacia este tema deben ser motivo de principal preocupación de las autoridades responsables del tema, que a la vez deben asegurar el bienestar de los ciudadanos, tal cual se los exige la ley, evitando que se presenten muertes por la contaminación del aire, previo cumplimiento de las normas legales con sus respectivas sanciones, que dicho sea de paso, deben ser ejemplares.
