Por fin alguien le dijo al Presidente de Colombia que no siempre se puede complacer a los terroristas de las Farc. Estados Unidos calificó como prematuro e inapropiado plantearse excluir a estos subversivos de la lista de organizaciones terroristas una vez que la insurgencia izquierdista más antigua del continente firme la paz.
El presidente Santos, antes de iniciar su visita a Washington, que el Departamento de Estado debería dejar de considerar terrorista al grupo insurgente en un breve plazo y sacarlo de la lista de la que forma parte desde 1997.
Y la respuesta fue contundente. Es completamente prematuro e imposible comenzar a responder esa pregunta, e inapropiado plantearse ese interrogante porque no hay paz. Las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Farc, que como parte del diálogo de paz ya renunciaron a practicar secuestros y declararon una tregua unilateral, reclaman desde hace tiempo salir de la lista de grupos signados como terroristas.
Y como a ellos en la mesa de negociación en La Habana se les ha complacido en todo, seguramente la declaración del Departamento de Estado de los Estados Unidos, les cayó como un balde de agua fría.
Por el momento en Estados Unidos no se está pensando en eso. Si y cuando la paz se alcance hay razón para rectificar, seguramente rectificar apropiadamente como lo hace siempre el gobierno norteamericano; pero este no es el momento.
Hay que tener en cuenta que si bien las perspectivas de éxito para el proceso de paz lucen optimistas, no se dan por hecho; ya que nadie está en un modo celebratorio. Resta trabajo por hacer.
El gobierno norteamericano expresó su expectativa de que el proceso de justicia transicional acordado con las Farc desde que el proceso de paz arrancara en 2012 en La Habana tome en cuenta no solo las violaciones de derechos humanos perpetradas no solo por la guerrilla, sino también por el gobierno y los grupos paramilitares. Algo que el pueblo colombiano pedía a gritos que se tuviera en cuenta y que solamente lo han tenido ahora con la visita de Santos a Estados Unidos. Debemos tener en cuenta que aun cuando el día para un potencial acuerdo de paz pueda estar cerca, no se puede ser complaciente como quiere el presidente Santos.
Barack Obama anunció que solicitará al Congreso elevar a 450 millones de dólares la cooperación a Colombia para apoyar el proceso de paz que la nación sudamericana persigue con las Farc. La solicitud de ayuda para el año fiscal 2017 representa un aumento respecto a los 310 millones de dólares asignados para nuestro país durante el período fiscal de octubre de 2015 a septiembre de 2016.
Los fondos estarían destinados a la reintegración de las Farc a la sociedad, a expandir la presencia del estado en previas zonas de conflicto y a servicios esenciales para las víctimas. Además, Obama comprometerá 33 millones de dólares para ayudar a Colombia a alcanzar su meta de eliminar las minas antipersonales antes de 2021.
