Urgen rutas hacia la paz

Editorial
Tamaño Letra
  • Smaller Small Medium Big Bigger


El ser humano, cuyos cimientos históricos están basados en constantes guerras y enfrentamientos injustos, debe impulsar las condiciones bajo las cuales puedan mantenerse la paz, la justicia y el respeto a las obligaciones emanadas de los tratados y de otras fuentes del derecho internacional.

 

Esto supone reafirmar la fe en los derechos fundamentales del ser humano, en la dignidad y el valor de la persona humana, en la igualdad de derechos de hombres y mujeres así como de las naciones grandes y pequeñas.

No obstante, la guerra ha sido el método principal por el cual las naciones han resuelto sus diferencias a través de la historia. La guerra ha sido considerada como un estado natural de equilibrio, mientras que la paz como un periodo de recuperación.

 Está claro que el conflicto es una condición para la paz. La paz nunca es completa ni perpetua, y que para algunos sería la absoluta paralización. Por eso es que no hay suficientes esfuerzos en inversión que justifiquen y pavimenten el camino hacia el cumplimiento de los objetivos de la paz mundial.

 Sin duda alguna el desconocimiento y el menosprecio de los principios básicos de la paz y los derechos humanos han originado actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad, y que se ha proclamado, como la aspiración más elevada del ser humano, el advenimiento de un mundo en que los seres humanos, liberados del temor y de la miseria, disfruten de la libertad de palabra y de creencias.

 Los seres humanos debemos unir nuestras fuerzas para el mantenimiento de la paz y la seguridad internacional y asegurar mediante la aceptación de principios y la adopción de métodos, que no se usará la fuerza armada sino en servicio del justo interés común.

 Tenemos que tomar decisiones colectivas para realizar mediante la cooperación internacional la búsqueda de la solución y su posible remediación de los problemas internacionales de carácter económico, social, cultural y humanitario.

 Adicionalmente hay que impulsar el desarrollo y estímulo del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales de todos, sin hacer distinción por motivos de raza, sexo, idioma o religión, que puedan alterar el equilibrio de una paz duradera. El concepto de paz es muy abstracto y aparentemente entendida de diferentes formas en el mundo por eso debemos intentar limar las asperezas, odios y rencores producidos por enfrentamientos pasados o actuales, tanto sean internos o externos, bélicas, religiosas, ideológicas, étnicas, etc,  intentando ponerle con justicia, un manto de olvido y perdón, con miras a un futuro común, próspero y armonizado.

 Por último, si bien una "paz eterna" no constituye ninguna posibilidad real, después de la Segunda Guerra Mundial, la paz comenzó a ser considerada como un objeto de estudio científico teórico-intelectual, en vez de una expresión de valor necesario para vivir en sociedad.