Un peligro para la salud mundial

Editorial
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Hace pocos días, una de las noticias más relevantes fue que se ha descubierto un aumento en la resistencia a los antibióticos, lo que representa "un inmenso peligro para la salud mundial", porque estos medicamentos son la principal herramienta de la humanidad para defenderse ante bacterias y virus, muchos de ellos letales.

 

La resistencia a los antibióticos, también llamada antibiorresistencia, aparece cuando una bacteria evoluciona y se vuelve capaz de soportar los medicamentos de este tipo que se utilizan para tratar infecciones, según detalla la alarma dada a conocer por la Organización Mundial de la Salud.

Dicha resistencia surge precisamente por el excesivo consumo y el mal uso de los antibóticos. "En realidad cualquier persona en cualquier momento y en cualquier país puede verse afectada por una infección resistente a los antibióticos", subraya el organismo internacional que celebra su primera Semana Mundial del Buen Uso de los Antibióticos.

El tema de esta celebración ha hecho hincapié en alertar a los servicios de sanidad del mundo para que analicen la forma en que se manejan los antibióticos y que prevengan la antibiorresistencia como sus graves consecuencias.

Así, el mundo se encuentra ante uno de los desafíos sanitarios más grandes del siglo XXI, pues resulta urgente un cambio a nivel global del comportamiento tanto de los individuos como de las sociedades.

De este modo, el primer objetivo es luchar contra los ideas falsas. Más del 75 % de los encuestados por la Organización Mundial de la Salud piensa, por ejemplo, que la resistencia a los antibióticos se produce cuando el organismo se convierte en resistente a los antibióticos.

Pero en realidad se trata de bacterias -y no de seres humanos o animales- que se tornan capaces de soportar dichos medicamentos. Su propagación es la causa de infecciones difíciles de tratar.

Para resolver el problema, se deben tomar antibióticos solo si los receta el médico, seguir todo el tratamiento hasta el final (incluso si el paciente ya se siente mejor), nunca utilizar antibióticos que hayan sobrado de un tratamiento y nunca compartirlos con otras personas.

Al lanzar la campaña "Antibióticos: manéjalos con cuidado", la OMS anunció los resultados de una encuesta efectuada recientemente en varios países. La encuesta muestra varios malentendidos entre el público sobre esta amenaza para la salud y sobre cómo prevenir que siga aumentando.

En la encuesta se señala que casi dos de cada tres personas entrevistadas piensan que los antibióticos pueden usarse para tratar los resfriados y la gripe, pese a que no tienen ningún efecto en los virus de la gripe.

Cerca de una tercera parte (32 %) de las personas entrevistadas creen que deben dejar de tomar los antibióticos cuando se sienten mejor, en lugar de terminar el tratamiento recetado, lo que se vuelve esencial para prevenir la aparición de la resistencia.

Asimismo, dos terceras partes (66 %) de los entrevistados creen que las personas no están en riesgo de contraer una infección farmacorresistente si ellos personalmente toman sus antibióticos como se los ha recetado el médico.

Casi la mitad (44 %) de las personas entrevistadas piensa que la resistencia a los antibióticos es un problema solamente para quienes toman antibióticos con regularidad.

Pero, en realidad, cualquier persona, sea cual fuere su edad, en cualquier país del mundo, puede contraer una infección resistente a los antibióticos.

Más de la mitad (57 %) de los entrevistados piensan que no es mucho lo que pueden hacer para detener la resistencia a los antibióticos, mientras que casi dos terceras partes (64 %) aducen que los expertos en medicina resolverán el problema antes de que pase a ser demasiado grave.

Otro resultado clave de la encuesta consistió en que casi tres cuartas partes (73 %) de los entrevistados afirman que los agricultores deberían dar menos antibióticos a los animales utilizados para producir alimentos.

Una vez más, la oportuna y eficiente comunicación se vuelve clave para que uno de los avances más destacados, los antibióticos, continúen cumpliendo con el propósito para el cual fueron creados: procurar la salud de la humanidad.