Lo difícil de erradicar la pobreza

Editorial
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La semana anterior, unos 193 representantes de los estados miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) dijeron presente en la Septuagésima Asamblea General.

De ellos, unos 150 jefes de Estado, incluidas figuras, como el Papa Francisco, se hicieron presentes en la ciudad de Nueva York.

En sí fueron dos eventos los que convocaron a estos representantes. Además de la Asamblea General, también se llevó a cabo la Cumbre de Desarrollo Sostenible, que planteó unos 17 objetivos, que los países deben cumplir.

Quizá el que más llamó la atención fue la erradicación de la pobreza, la cual es, si no, una de las propuestas que más ha llamado la atención, no en esta época, sino en otras, la que más difícil resulta de combatir.

Y es que no solo en la ONU, grandes líderes han acordado erradicarla. Decenas de pensadores incluso reconocidos fuertemente a nivel internacional han debatido sobre el tema.

Tal es el caso del premio Nobel de la Paz, Muhammad Yunus, quien habló de sus aparatosas ideas -para algunos- y de sus brillantes escenarios -para otros, sobre la economía social y los mecanismos para traer la pobreza a cero.

Por ejemplo, Yunus habla del empoderamiento de los más pobres por medio del emprendimiento, dándoles así la oportunidad de que muchos tengan herramientas para valerse por sí mismos.

Pero no solo eso, el emprendimiento generará encadenamientos que luego son aprovechados para que otros salgan de este difícil estatus social.

A nuestro entender, no es ayuda económica lo que se necesita para sacar a tantos de la pobreza, sino la educación, un pilar que ha tendido a enlodarse desde siempre.

También lo es el empleo. No basta con salarios, ayudas sociales y demás cuentos, se necesita trabajo, por lo que la satisfacción de obtener activos a partir de esto, puede generar una actitud para que otros problemas, como la inseguridad, se acaben.

Sin embargo, y aunque suene pesimista y tosco, lo cierto es que la política también ha visto un negocio en esto.

Los pobres se han vuelto tan necesarios para ganar una contienda electoral, como la luz solar para el desarrollo de cualquier ser vivo.

Es un gran reto lo que en la ONU se plantea, uno tan grande que ya estamos cansados de escucharlo.

Bien lo indicaba el conocido escritor Gabriel García Márquez: "El día que la mierda tenga algún valor, los pobres nacerán sin culo".



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