Consulados en Santa Marta

Acuarela del puerto de Santa Marta elaborada por el vicecónsul inglés en esta ciudad. Los nuevos contactos comerciales posterior a la independencia de España, revolucionaron la actividad portuaria con los Estados Unidos de América y países europeos por tres décadas.

Santa Marta 498 años
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Una evidencia del retroceso histórico, diplomático y comercial de este puerto.


Por: Álvaro Ospino Valiente
Presidente de la Academia de Historia del Magdalena

La independencia del Virreinato de la Nueva Granada de la monarquía española y la instauración del gobierno republicano llevó a la organización administrativa del nuevo país nombrado como la República de la Gran Colombia.


El 7 de octubre de 1821, un día después de la sanción de la Constitución Política en la Villa del Rosario de Cúcuta, se promulgó el primer decreto del poder ejecutivo creando cuatro secretarías con sus respectivas designaciones: Secretaría del Interior a cargo de José María Restrepo; Secretaría de Guerra y Marina, nombrado Pedro Briceño; Secretaría de Hacienda, designado José María del Castillo y Secretaría de Relaciones Exteriores bajo la dirección de Pedro Gual.

La Secretaría de Relaciones Exteriores tendría la responsabilidad de administrar los asuntos diplomáticos que servirían para la consolidación del proyecto de los generales Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander, con el propósito de la unir las antiguas provincias de la Nueva Granada, Venezuela y Ecuador, bajo un solo país; también se le encargaron todos los negocios de la nación, la promoción de integridad y la libertad de los territorios pertenecientes a los estados americanos. Por otra parte, se buscaba el reconocimiento de la independencia de España y la soberanía de las provincias anexas al nuevo gobierno republicano por parte de las potencias europeas, los Estados Unidos de América y los demás países latinoamericanos, que al momento de la instalación de las juntas de gobierno una década atrás, pretendían establecer nuevos derechos de comercio, navegación, tráfico interior y exterior.

Facsímil de la Gaceta de Santa Marta de mayo de 1824, donde se anuncia el nombramiento de Harris Fudger fue designado cónsul el 11 de junio de 1823, bajo el gobierno del presidente Francisco de Paula Santander. 

De hecho, la figura de los consulados como representación de la administración pública de un país en otro que colabora con sus ciudadanos para trámites administrativos, civiles, comerciales y políticos, no era novedad en estos territorios. La Corona española lo había establecido entre las diversas reformas emprendidas por los Borbones. Una de ellas fue la transformación del sistema comercial entre España y América con el régimen monopólico dominados por los “consulados de comercio” durante el siglo XVIII; eran agrupaciones de comerciantes, navieros y cambistas que se constituían en gremios y favorecían a sus miembros en todo lo relativo a los seguros, fletamentos marítimos y pago de diezmo de mar. En diciembre de 1811, Santa Marta solicita al gobierno de Cádiz, independizarla del Consulado de Comercio de Cartagena de Indias para crear uno; después de un año en plena lucha por la independencia, el Consejo de Regencia negó la petición.

Es la esquina de la calle de la Acequia (17) con el callejón del Correo (3) funcionó el consulado americano durante unos años.


Los Estados Unidos de América fue el primero en reconocer a la Gran Colombia como país independiente y soberano, estableciendo relaciones diplomáticas, cuando el presidente de Estados Unidos, James Monroe, recibió a Manuel Torres en marzo de 1822, personaje que fungía como encargado de negocios de Colombia. Luego los estadounidenses enviaron una misión diplomática a Bogotá el 3 de octubre de 1824, para firmar el tratado Anderson-Gual, considerado nuestro primer tratado bilateral. Previamente, Mr. Richard Anderson de Kentucky había sido nombrado Ministro de los Estados Unidos para Colombia el 27 de enero de 1823 y presentó sus credenciales al gobierno colombiano el 16 de diciembre del mismo año, estableciendo así la Misión de los Estados Unidos en Colombia. Ésta fue elevada al rango de Embajada en 1939 siendo Spruille Braden el primer embajador. Pero, los primeros consulados estadounidenses en el actual territorio colombiano fueron establecidos en las ciudades portuarias de Cartagena y Santa Marta en 1823. En Cartagena, donde un agente comercial había sido designado en 1821 y un agente consular en 1822, más tarde, James Macpherson fue nombrado cónsul el 3 de marzo de 1823.

En Santa Marta, Harris Fudger fue designado cónsul el 11 de junio de 1823. Lamentablemente la noche del 13 de julio de 1826, fue vilmente asesinado en Bogotá; el primer y, tal vez, único diplomático americano de primer rango muerto violentamente en nuestro país. Fue degollado con un sable y de este atroz crimen fueron inculpados el capitán, con grado 1º de Comandante de Caballería, Pedro Grant, de nacionalidad escocesa, de 33 años y con residencia en el país desde 1817; y el sargento 2º del Escuadrón Albión, Rey Luis, natural de Londres y de 28 años. El primero, según información del London Chronicle, había sido condecorado ocho años atrás por acciones audaces contra los españoles bajo el mando del general José Antonio Páez. De acuerdo con el expediente, ambos arribaron al país con la Legión Extranjera y permanecieron en él en condición de militares. En reemplazo de Fudger fue nombrado un diplomático de apellido Severs en atención a los lazos comerciales entre Boston y esta ciudad. Luego de los problemas laborales afrontados por la empresa estadounidense United Fruit Company que lideraba la industria bananera en este departamento y que concluyeron con la conocida “Masacre de las Bananeras” en 1928, el gobierno estadounidense decidió cerrar el consulado cinco años después.

El Reino Unido es el segundo gobierno que reconoció nuestra soberanía hacia 1825 a través de George Caning, primer ministro de Inglaterra, que estableció los primeros contactos diplomáticos.

En el amanecer de la república, los ingleses pasaron a ser grandes proveedores de mercancías de la Gran Colombia desede las islas del Caribe como Jamaica y Saint Thomas. Finalizando la década de los 20’s del siglo XIX, hubo un gran movimiento comercial de importaciones inglesas. Los De Mier con mercancías desde Francia y las exportaciones de palo de Brasil que motivó a mover el consulado francés de Cartagena a Santa Marta en 1845. De los representantes diplomáticos franceses recordados del siglo XIX, tenemos al médico francés Alexander Prosper Reverand que asistió al Libertador en sus últimos días en esta ciudad, nombrado vicecónsul de aquel país en esta ciudad en 1838; también Sr. Achilles du Courthial, un vicecónsul que contrajo matrimonio con la señorita Dolores Locarno en 1855.

En ese desfile de diplomáticos ingleses pasó por Santa Marta ejerciendo su actividad como vicecónsul en 1842, Edward Mark, recordado por el importante registro pictórico que dejó sobre la ciudad y sus alrededores, dibujando costumbres, paisajes y retratos. Luego, él fue remplazado por J. C. Buchanan en 1849, que fallece el mismo año, sustituido por Pedro Fergusson, consignatario y agente comercial en este puerto. En el siglo XX, tuvieron representación diplomática, con Stanley George Adams, nombrado vicecónsul inglés en 1956.

Esfumada cualquier posibilidad de enfrentamiento bélico con la Madre Patria, el propósito de estas nuevas repúblicas fue actualizarse al mundo político-cultural europeo; consecuente a ellos se genera una avalancha de intereses de diversos tópicos por parte de las naciones europeas que estuvieron al margen del dominio de estos territorios por más de tres siglos. Las viejas restricciones comerciales del gobierno monárquico fueron remplazadas por una apertura comercial a nuevos mercados. Se abre un nuevo capítulo en nuestra historia con el posterior ingreso por este puerto de comerciantes, científicos y viajeros con el bagaje de la Europa cultural y científica, ansioso propósito por descubrir la mítica “América Equinoccial”, valioso interés heredado de la Ilustración, movimiento cultural e intelectual de segunda mitad del siglo XVIII.

Santa Marta tuvo su renacimiento comercial entre los años de 1840 a 1870, tres décadas que la convirtieron en el primer puerto importador del país a raíz del decaimiento de los puertos de Cartagena y Sabanilla; además de exportador durante un corto tiempo. Este apogeo económico lo registra el primer medio de comunicación escrito de esta ciudad con perfil comercial, La Gaceta Mercantil de Manuel Murillo Toro, que da cuenta la procedencia de estas embarcaciones con mercancías consignadas a los principales comerciantes samarios, los nombres de los pasajeros más notables y los puertos de contactos: Londres y Liverpool (Inglaterra), Havre y Marsella (Francia), Génova y Cerdeña (Italia), Bremen (Alemania), Málaga (España), Nueva York y Boston (EE UU), Veracruz (México), Chagres (Panamá), La Guaira (Venezuela), Kingston (Jamaica), Puerto Príncipe (Haití), La Habana (Cuba), Berbice (Guyana), Saint Thomas y Curazao (Antillas) y Cartagena, Sabanilla y Riohacha (Colombia).

Un documento que reposa en el Archivo Histórico del Magdalena da cuenta que en 1861, existían en Santa Marta representaciones consulares de Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Holanda, Italia y Dinamarca, gracias a su ubicación geográfica que la convertía en uno de los primeros contactos comerciales con Europa y Estados Unidos. A diferencia de hoy que solo cuenta con los consulados de Francia, España, Panamá, Finlandia e Italia, demostrando el retroceso histórico, comercial diplomático de este puerto.