Entre maleza, basura y abandono carcomen lo que queda del edificio Space. A cuatro años de la tragedia, solo están en pie el esqueleto del ascensor de la colapsada torre 6 y la portería del vigilante, con vidrios rotos, papeles viejos y cobijas sucias que sugieren la presencia de habitantes de calle.
Nadie ha querido comprar el lote avaluado en 10 mil millones de pesos, con el que repararían a damnificados.
El colapso del Space develó fallas estructurales en otros conjuntos residenciales : Punta Luna, Colores de Calasania, Continental Towers y Asensi, donde Andrea Echeverry estaba pagando su apartamento. Desde entonces, no ha encontrado tranquilidad en ninguna casa.