“Mi hijo fue tan rebelde que el día que nació no quería salir”: madre del hombre asesinado por su hermano

Judiciales - Nacional
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“Yo crié a mis hijos con mucho amor y siempre les busqué nanas, pero este niño fue muy rebelde, tan rebelde que el día que nació no quería salir, pero como siempre fui más fuerte que él, me apreté con un paño y pujé con fuerza y por fin salió”, de esa manera, la señora Josefina Olivo, madre de Jeison Pérez Olivo, el hombre asesinado por su propio hermano identificado como Marlon Pérez, comenzó a contarle a EL INFORMADOR la vida de su hijo muerto.


“Yo siempre estuve pendiente de él y procuré que nunca estuviera en malos pasos ni que fuera a la cárcel y mucho menos que lo reseñaran. Por eso ni cuando maltrataba a su mujer ni cuando me privó un día con un puñetazo, permití que lo denunciaran. A mi hija mayor también le pegó un día y le sacó los dientes de un puñetazo y ella lo iba a demandar y la convencí para que no lo hiciera”, siguió relatando la señora Josefina Olivo.

En el día de los hechos, cuando fue ultimado por su hermano, viernes 21 de julio en Cristo Rey, contó la señora Josefina: “Él llegó gritando que bajaran el volumen a la música porque no quería bulla y me dijo que yo no tenía en la casa un hombre que lo enfrentara a él y fue entonces cuando su hermano mayor Marlon se le enfrentó”.

De la misma manera relató que una vez los correteó a todos con dos cuchillos, a ella y a su padre y a los hermanos y le juró a su madre matárselos algún día. “Fue una persona muy rebelde”, recalcó la señora Olivo muy resignada ante el sufrimiento que está padeciendo por la tragedia en su familia.

La mujer estaba ayer frente a la URI de la Fiscalía a la espera de que trasladaran a su hijo Marlon, a quien un juez de control de garantías le otorgó la casa por cárcel tras el crimen.

Jeison Pérez Olivo, de 34 años de edad, fue muerto por su hermano Marlon y su cuerpo quedó tendido frente a la Iglesia de Cristo Rey, el pasado 21 de julio, en un hecho lamentable que estremeció a todo el sector y a la gente que leyó la noticia, pues aún no salen del asombro de que todavía sucedan estas tragedias miles de años después del primer fratricidio que registra la Biblia.