La condena de ocho años de prisión por intentar alterar la escena del crimen en la que murió Diego Felipe Becerra, se conoce tras la firma de un preacuerdo entre el subintendente de la Policía, Nelson Giovanny Tovar y la Fiscalía, en el que se comprometió a ser testigo contra los uniformados implicados en el crimen del grafitero Diego Felipe Becerra ocurrido en 2011.
La condena establecida es de ocho años de prisión, él aceptó el 27 de marzo, que fue el policía que colocó un arma en la escena del crimen con el fin de desviar la investigación y hacer parecer al menor de edad como un delincuente.
A cambio de ser testigo y de aceptar los cargos Nelson Giovanny Tovar pidió protección de la Fiscalía por ser víctima de amenazas en su contra y contra su familia.
