Tradición de "rasguñaos" revive en Colombia con fiesta dulce en Semana Santa

El Festival del Dulce llena durante estos días las calles deBarranquilla, con el tradicional "rasguñao".

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Tras la jornada de creación gastronómica, en las calles de Barranquilla se pueden ver mesas rebosantes de golosinas hechas de frutas como mango, piña o papaya; de granos como fríjoles o garbanzos, o elaboradas con leche de vaca y de cabra.

Barranquilla (Colombia),  (EFE).- El Festival del Dulce llena durante estos días las calles de la caribeña Barranquilla, en el norte de Colombia, donde cada Semana Santa centenares de personas venden a turistas y locales sus golosinas de frutas, granos o cereales con lo que reviven la tradición de los "rasguñaos".

En varios lugares de la ciudad los postres son vendidos por mujeres que tienen en esta actividad un medio de sustento y, de paso, continúan una tradición casi perdida que tenían las familias de intercambiar dulces caseros en los días de recogimiento espiritual de la Semana Santa.

"Para Semana Santa, las mujeres, especialmente las abuelas, tenían que dejar listos desde el miércoles en la noche todos los dulces porque Jueves y Viernes Santo solamente eran para ir a misa o a las procesiones", rememoró a Efe Alberto Escorcia, quien a sus 83 años narra los episodios de su infancia.

Otros guardianes de la cocina tradicional local prefieren usar ingredientes como arroz, maíz o ajonjolí, e incluso algunos más exóticos optan por tubérculos como yuca, ñame o papa para deleitar paladares.

El sociólogo Edimer Latorre, especialista en interculturalidad, opina por su parte que el origen de la tradición barranquillera de los dulces en Semana Santa se encuentra en las tribus precolombinas.

"Cuando dos indígenas se encuentran lo primero que hacen es intercambiar hojas de coca y es una forma de decirse que hay una conexión con el mundo natural", explicó Latorre a Efe.

El experto precisa que esta tradición se fundió con las de los esclavos negros, quienes en medio de las difíciles condiciones de vida intercambiaban alimentos, especialmente frutas con las que hacían dulces.

Con el paso del tiempo lo que era la tradición familiar de compartir los "rasguñaos" se fue perdiendo, pero en los últimos años este placer gastronómico ha revivido con el festival del dulce.

Entre las mujeres que buscan preservar la tradición está Antonia Casiani, quien con 25 años ha dedicado más de la mitad de su vida a preparar estos dulces en la Semana Mayor y otras fechas especiales.

"Nosotras estamos en este negocio desde un mes antes de la Semana Santa y así como hay días buenos hay otros en los que no nos va tan bien", explica Casiani, quien detalla que puede vender entre 400.000 y 600.000 pesos (entre 126 y 190 dólares) en el céntrico parque Suri Salcedo, de Barranquilla.EFE