Un 6 de noviembre de 1985, hace 33 años, se produjo un hecho oscuro y doloroso que quedó marcado en la historia de Colombia.
A las 11:30 de la mañana de ese día, un comando del movimiento 19 de abril, M-19, llevó a cabo la toma del Palacio de Justicia. La operación la llamaron “Antonio Nariño por los derechos del hombre”. 28 guerrilleros del Comando 'Iván Marino Ospina', bajo el mando de Luis Otero y Andrés Almarales entraron a las instalaciones del edificio ubicado en el costado norte de la Plaza de Bolívar en Bogotá y retuvieron a varias personas que en ese momento se encontraban al interior del lugar. El saldo final fue de 98 personas asesinadas y 11 personas desaparecidas.
Dispararon contra dos vigilantes e hirieron a un policía que se encontraba cerca, así rápidamente lograron el control del primer piso. Pasadas apenas unas horas ya había tanques de la Policía estacionados en los costados del edificio. Primero intentaron ingresar al sótano, donde se libraron los primeros enfrentamientos. Después se dio la orden de que los tanques entraran por el frente del edificio, lo que obligó a los guerrilleros a trasladarse a los pisos superiores junto con los rehenes. La comunicación entre los rehenes, entre quienes estaban varios magistrados y el presidente de la corte Reyes Echandía, y el gobierno no fue posible.
Los combates continuaron hasta entrada la noche. Los bomberos intentaron apagar el fuego pero su labor no dio frutos. Una de las teorías sobre la toma afirma que el incendio fue producido por narcotraficantes para quemar los expedientes de los extraditables, sin embargo, esta versión ha sido desmentida.
Desde adentro del edificio los rehenes intentaban apagar el incendio. Al final de la madrugada algunos retenidos fueron rescatados y conducidos a instalaciones militares, como la Casa del Florero, lugar donde se ubicó el comando del ejército, o al hospital militar.
Hasta el momento permanecen 5 personas desaparecidas, mientras algunas otras han sido plenamente identificadas.
