¿Cómo enfrentar la pobreza en tiempos de migración?

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Cuatro de cada diez migrantes venezolanos en Colombia enfrentan la pobreza. Erradicarla constituye uno de los desafíos que el Gobierno nacional tendrá para impulsar su integración a la dinámica económica del país.

Migración Venezuela Revista Semana

 Como cada año, el Departamento Administrativo Nacional de Estadística, Dane, entregó las cifras de pobreza en el país. Por primera vez, la entidad presentó un balance de la participación de los migrantes en el total de personas en esa situación. Los datos revelaron que su condición sí afecta la tasa nacional. El Dane emplea dos metodologías para entregar esta cifra. La primera tiene que ver con la pobreza monetaria, medida a través de los ingresos de los hogares.

La segunda es el índice de pobreza multidimensional, IPM, que evalúa las privaciones en cinco aspectos: condiciones educativas, condiciones de la niñez y juventud, trabajo, salud, y servicios públicos,

y condiciones de la vivienda. En ambos casos los indicadores se deterioraron.

Impacto de la migración

Las cifras revelaron que, en 2018, más de 13 millones de personas estuvieron en situación de pobreza, lo que equivale al 27 por ciento del total nacional, un aumento de 0,1 puntos porcentuales frente a 2017. De ellas, 306.000 llegaron de Venezuela durante los últimos 12 meses, y representaron 2,4 por ciento del total.

En 2017, Colombia tuvo 12.833.000 personas en condición de pobreza, de las cuales 132.000 provenían del país vecino.

La entrada de esa población venezolana a la situación de escasez explica, en gran parte, el aumento de los índices en el ámbito nacional. Esta relación refleja muchas de las restricciones que tienen para acceder a sus derechos básicos al llegar a Colombia.

Los datos de 2018 muestran un estancamiento de la pobreza en Colombia, después de varios años de disminuir. Además, llama la atención el aumento de la presencia de los migrantes en esta tasa nacional.

“El impacto del fenómeno migratorio en la pobreza en Colombia es mucho más evidente cuando revisamos la multidimensional”, dijo a Semana Carlos Sepúlveda, decano de la Facultad de Economía de la Universidad del Rosario y secretario técnico de la comisión de expertos en pobreza. Esto se debe a que solo una minoría de los venezolanos está afiliada al sistema general de seguridad social en salud, y eso se refleja en el aumento de este indicador.

El Dane calcula que 85 por ciento de los 723.000 migrantes que llegaron al país hasta marzo de 2019 no puede acceder a un médico. Esta cifra coincide con los datos obtenidos por la encuesta realizada por el Observatorio del Proyecto Migración Venezuela, según los cuales 89 por ciento de los migrantes venezolanos encuestados no está afiliado a salud. Sepúlveda también explicó que, “en cuanto a la situación de la pobreza monetaria, se trata de una mezcla entre un rezago del lento crecimiento de los años anteriores y el impacto de los migrantes en la tasa de desempleo”.

En 2017, Colombia tuvo 12.833.000 personas en condición de pobreza, de las cuales 132.000 provenían del país vecino.
En 2017, Colombia tuvo 12.833.000 personas en condición de pobreza, de las cuales 132.000 provenían del país vecino.

El mercado laboral absorbe más rápido a la población venezolana que a la nacional porque trabajan más horas y les pagan menos, pero esa situación aumenta la tasa de desempleo.

La relación entre la desocupación y la pobreza afecta el ingreso de los hogares y, por tanto, sus condiciones de pobreza.

Entre abril de 2018 y marzo de 2019 los migrantes venezolanos tuvieron una tasa de desempleo de 18,8 por ciento. Por eso, el experto concluyó que “hay que tener en cuenta el fenómeno de la migración venezolana para entender la dinámica de la economía actual, ya que quizás sea el principal reto en materia de coyuntura económica para el Gobierno”.

Informalidad, el desafío

Para el director del Dane, Juan Daniel Oviedo, no solo los migrantes desempleados enfrentan una difícil coyuntura en su proceso de integración. El funcionario le dijo a Semana que las cifras obtenidas por la entidad revelan que la informalidad afecta al 80 por ciento de aquellos provenientes de Venezuela. Aunque este fenómeno afecta a los ingresos de esos ciudadanos y la cifra resulta alarmante, la situación no obedece a un fenómeno exclusivo de los venezolanos, sino a una realidad del país y del mercado laboral en general.

De los 341.000 migrantes ocupados en Colombia entre abril de 2018 y marzo de 2019, 59 por ciento recibió menos de un salario mínimo mensual. Entre los colombianos empleados, 47 por ciento está en ese mismo rango salarial. Para Oviedo, esos datos muestran que “hay una brecha de desigualdad muy grande para los venezolanos, porque buena parte de ellos está concentrada en los quintiles más bajos de la distribución de ingresos, y eso nos afecta en la pobreza monetaria”.

Integrarlos, la única opción

A medida de que aumenta el flujo migratorio, los venezolanos que huyen de su país lo hacen con recursos limitados o sin ellos, sin documentación para regularizar su permanencia en Colombia y obligados a aceptar condiciones laborales informales en el país. Esto debería llamar la atención del Estado, ya que cuando llegan quedan expuestos a nuevas condiciones de vulnerabilidad que, como explican los expertos, también inciden en las tasas nacionales.

Adicionalmente, al llegar al país, muchos migrantes no tienen otra alternativa que ubicarse en hogares de familiares o personas cercanas que los reciben. Esto aumenta las cifras de hacinamiento y los indicadores de vivienda que mide la pobreza multidimensional.

Aspectos como la formación educativa de los migrantes resultan atractivos para la economía nacional, ya que el 75 por ciento de los venezolanos que llegaron al país en el último año tienen un nivel entre educación básica secundaria, media, técnica profesional y tecnológica, educación superior y posgrado.

La integración económica de los venezolanos puede servir para aumentar la fuerza de trabajo calificada en Colombia y la mano de obra disponible en zonas rurales.

Una de las respuestas para enfrentar la pobreza de la población venezolana está en regularizar su situación migratoria. Avanzar en este aspecto no solo les facilitaría acceder a sus derechos en materia de salud, educación, empleo y vivienda. También podría dinamizar la economía al permitir que el mercado laboral los integre, como ya lo hace, pero de manera formal para hacerlos partícipes del sistema de seguridad social.

Para el director del Dane, no hay que leer las cifras de pobreza y su relación con el fenómeno migratorio como una estrategia para matizar el deterioro de los indicadores económicos o buscar un culpable de esas variaciones. Más bien como una oportunidad para ver que “integrar a los venezolanos implica conocer efectivamente el rol de esa migración en el deterioro de las condiciones socioeconómicas, para poder dar un mensaje mucho más optimista, porque tenemos que incluirlos y el Estado debe buscar cómo garantizar un régimen de protección para los migrantes; porque para el país es más costoso tenerlos vulnerables”.