Al mejor postor

Siguiendo una tradición histórica, que explica en parte la profunda crisis de credibilidad en la política, en época electoral senadores, representantes, concejales y diputados dejan de un lado la ideología y se mueven hacia el sol que más caliente.

Alianza El Informador - Semana
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Hay que buscar quien representa mejor la ideología del partido”, “será una decisión de consenso”, “estamos pendientes de decidir quién representa mejor nuestros intereses”. Esas frases se oyen por estos días entre los congresistas conservadores, de La U y parte de los liberales, que están mirando cómo se acomodan a la realidad política que se configuró el 11 de marzo.

Por el lado del Partido Conservador, las decisiones no han sido fáciles. Al inicio de esta campaña hubo dos precandidatos que nunca despegaron ni entre las bases ni entre los parlamentarios: la del exgobernador Ubeimar Delgado y la del exministro Rubén Darío Lizarralde. Además, los azules se enfrentaron a una división temprana que comenzó con la salida de Marta Lucía Ramírez y el expresidente Andrés Pastrana. Los dos decidieron acercarse al uribismo con el argumento de que el gobierno de Juan Manuel Santos había ‘enmermelado’ a buena parte de la bancada.
Para la mayoría de los azules habría sido práctico apoyar desde un comienzo a Ramírez, quien los representó en 2014.Sin embargo, con esas acusaciones, la mayoría de ellos se sintieron maltradados. A eso se suma que hasta último momento chuparon rueda de la burocracia gubernamental, lo cual los demoró aún más en tomar una decisión. Su cambio de agenda frente a algunos temas de la implementación de la paz, después de haber acompañado el proceso, fue entendido como un aumento de la presión para obtener nueva representación burocrática cerca de las elecciones, por un lado, y como un acercamiento estratégico a la derecha, por el otro.
Desde enero, los conservadores vienen deshojando la margarita. Consideraron como candidatos a Alejandro Ordóñez y a Luis Alfredo Ramos, pero esa idea tampoco cuajó, pues los dos también se fueron con Uribe. Y postergaron su convención, que aún no tiene fecha, para después de las elecciones parlamentarias.
Hoy están divididos en dos sectores. Algunos, como Efraín Cepeda, acompañan desde hace rato a Germán Vargas. A otros, como los senadores Hernán Andrade y David Barguil –el principal elector azul–, también los ubican de ese lado. En la orilla de Duque estarían el senador Juan Diego Gómez. Y algunos como Sammy Merheg o Aída Merlano –acusada por la Fiscalía de comprar votos– no se han decidido. La propia Marta Lucía Ramírez, después de la consulta, les pidió a los azules apoyar su fórmula con el candidato de Uribe.
Andrade, quien preside el partido, pondrá el próximo 4 de abril esa decisión en manos de su bancada. “Dejar al partido en libertad es una opción no contemplada”, dice el representante Heriberto Sanabria, mientras sus colegas insisten en que con cualquiera que salga elegido habrá que hacer un ‘acuerdo de gobernabilidad’. Más allá de lo que se decida, varios parlamentarios consultados por SEMANA aseguraron que desde hace dos semanas, cuando Duque ganó la consulta, este tiene mayores posibilidades de conquistar a la mayoría de la bancada.
En La U el escenario también está agitado. A su cabeza, Aurelio Iragorri, le ha tocado capotear presiones de todas partes. Por un lado, están quienes ya anunciaron su apoyo a Germán Vargas, acogiendo la que sería la voluntad del presidente Santos. El primero en respaldar a Vargas fue el senador Mauricio Lizcano, seguido de su colega Maritza Martínez.
Si bien no ha habido conversaciones formales con Iván Duque, desde ya se habla de un grupo de parlamentarios que lo preferirían como próximo presidente. Ellos son Manuel Enríquez Rosero, Miguel Amín, Eduardo Pulgar y José David Name. Se especula también sobre la posibilidad de que John Besaile, hermano de Musa, se exprese a favor de Duque, pues –según dijeron varios representantes de Córdoba a SEMANA– no ve con buenos ojos la candidatura de Vargas por su presunta cercanía con el fiscal Néstor Humberto Martínez, quien imputó a su hermano en el escándalo de la toga.
En una posición minoritaria están los senadores Armando Benedetti y Roy Barreras, que insisten en apoyar a Humberto de la Calle con el argumento de que durante ocho años La U acompañó incondicionalmente el proceso de paz.
Del partido de La U es predecible que existan varios sectores. En últimas, más que un conglomerado ideológico, esta colectividad representa la unión de varios caciques regionales agrupados en 2005 para defender la reelección de Álvaro Uribe. Con ese argumento, varios de ellos justifican hoy su regreso a la derecha.
También hay oportunismo en el Partido Liberal, a pesar de que, a diferencia de los conservadores y La U, tiene candidato: Humberto de la Calle. Por cuenta de que De la Calle no ha despegado en las encuestas, varios están barajando irse con Duque o con Vargas. Así lo reconoció el representante Édgar Gómez a SEMANA: “Primero el país que el mismo partido. De la Calle no logró calar”, aseguró. Al mismo tiempo, insiste en que un eventual apoyo a Duque no le parece una voltereta a él ni a algunos de sus colegas. “No creo que ningún candidato ni ningún presidente estén en las condiciones de hacer trizas el acuerdo de paz; el acuerdo es un hecho, es una realidad jurídica entonces esa no es razón para descartar a Iván”, dice.
Con Gómez estarían al menos cinco representantes a la Cámara. A esa posible desbandada se suman las especulaciones sobre una eventual reunión que habrían buscado personas cercanas a César Gaviria con Iván Duque la semana pasada, para ratificarle el apoyo de este grupo de representantes.



Pero también, en la Cámara sobre todo, algunos liberales ya estarían haciendo sus apuestas por Vargas Lleras. Entre ellos estarían Miguel Ángel Pinto, Fabio Amín, y Mauricio Gómez, este último cabeza de lista al Senado en las elecciones del 11 de marzo.
Paradójicamente, se mantiene fiel a De la Calle el grupo que lidera Juan Fernando Cristo, quien compitió con él en la consulta liberal. Son al menos 20 parlamentarios entre los que están Guillermo García Realpe, Andrés Cristo y Horacio José Serpa, entre otros. A ellos se suma el senador Luis Fernando Velasco, quien ha sido una dura voz contra el transfuguismo de los liberales. Este grupo mantiene su apoyo a De la Calle, pero está en rebeldía contra la jefatura de César Gaviria y pide su relevo.
Por el lado de la Alianza Verde y el Polo Democrático, semanas antes de la consulta se especuló sobre la posibilidad de que varios parlamentarios y candidatos al Congreso estuvieran apoyando a Gustavo Petro en lugar de Sergio Fajardo. A diferencia de lo que ocurre en el liberalismo, dos días después de las parlamentarias la jefatura de los verdes convocó una reunión en la que reafirmaron el aval a Fajardo. Y en el Polo, la bancada entera ha respaldado a Fajardo o –al menos– no ha buscado a Petro, a pesar de la cercanía histórica de este partido con él.
En Colombia hay múltiples leyes para evitar el transfuguismo y la doble militancia. Sin embargo, las normas para impulsar las bancadas poco funcionan. Siguiendo una tradición histórica, que explica en parte la profunda crisis de credibilidad en la política, en época electoral senadores, representantes, concejales y diputados dejan de un lado la ideología y se mueven hacia el sol que más caliente.


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