El cacao colombiano, de los mejores del mundo

Agropecuaria
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A propósito del día internacional del chocolate, recordamos porque el chocolate colombiano es tan especial.

Por: Alejandra Sandoval

Redacción EL INFORMADOR

El cacao que se produce en Colombia ha sido calificado como uno de los más finos por su aroma y el sabor que este tiene, por lo cual es muy importante para este país producir un buen producto y así producir más comercialización; este trabajo crece año tras año sabiendo que se debe el honor a familias campesinas.

“Cacao de oro en Colombia” es un evento que se fomentó con el fin de producir y exportar este producto con buena calidad, este promueve e incentiva a las personas a tener amor, sensibilidad y valor  por lo que hay en su país.

Hay muchos eventos en nuestra nación que le dan fuerza a los cacaoteros y ellos han sido los encargados de ganar muchos premios como:

  • En el 2010 ya había sido ganador con un cacao procedente de Arauca
  • En el 2013 cuatro muestras de diversas regiones figuraron
  • Colombia obtuvo en el 2015 un primer premio con un cacao de Tumaco

Todo lo anterior merece una reflexión; la producción y la comercialización del cacao en Colombia apoyando los fundamentos mercantiles específicos, sabiendo que es muy importante y no perdiendo la oportunidad en la parte económica que esta da.

El cacao se debe convertir en la ventaja comparativa y competitiva del país entendiendo que esta ventaja debe orientarse y construir una sociedad dedicadamente al desarrollo sostenible e incluso debe ser competencia en ámbito mundial.

La economía cacaotera Colombia deberá desarrollar una política que contenga algunos elementos:

  • Liderazgo en costos basados en la eficiencia productiva
  • Cualificación del talento humano
  • Alta segmentación diversificada
  • Agroindustrialización del cacao en Colombia

Patricia ingeniera industrial de Los Andes, con maestría en Sociología de Nanterre en París y periodista del Ceper expresa lo siguiente: “nunca imaginé que terminaría como chocolatera experimentada”, y también expresa el amor que tiene por su labor mostrando su arduo compromiso, “En total trabajamos, a mucho honor, con cinco orígenes colombianos: Tumaco, Santander, Sierra Nevada, Córdoba y Huila”.

Más de 300 minerales, nutrientes y componentes bioactivos en estructuras que se descomponen  en la fermentación y la torrefacción con cambios fisioquímicos, microbiológicos y organolépticos; controlando el pH, temperaturas, condiciones ambientales locales y otros factores.

La misión “con el cacao y los cacaocultores colombianos en el corazón, vino el amor para mí, importado por una misión internacional de chocolateros, compradores de cacao fino para chocolatería, organizada por Swisscontact y Procolombia. Encontré en Thibaut Legast, además de su pasión por este cultivo, que yo ya tenía, muchas más cualidades”, dijo Patricia.

 Desde hace 15 años Thibaut Legast es maitre chocolatier, se responsabiliza de la carta gráfica  y el diseño y las piezas de imágenes. Nos apasionamos por el satisfecho, capricho de las personas hacia el cacao. El encanto del cacao se ha logrado algunos excelentes por su artesanía y se están desarrollando otros muy buenos.

El año pasado Santander quedo como finalista en uno de los concursos más importantes mundialmente llamado “International Chocolate Awards Europa”, mientras se ganó el concurso de la mejor barra de Bélgica con un caco peruano; entusiasmada nos cuenta Patricia, y agrega: “Este año, nos presentamos con una variedad de Tumaco y con un cacao mejorado de la misma familia de Santander. Los resultados se conocerán en el próximo mes de agosto”.

Elkin Suárez Hernández, representante legal de la Cortipaz, “soy cacotero desde que nací, tengo 35 años y desde comienzos del 2000 logramos desterrar guerrilla, ‘paras’ y demás malandros de la zona, vendemos en el mercado interno 8.000 toneladas de cacao y estamos desde hace unos diez años tratando de exportar. Patricia siempre ha aportado desde nuestros inicios y nos ayudó cuando trabajamos con los suizos”.

El chocolate mejora el estado de ánimo, que mucha falta hace por estas tierras.

A propósito del día internacional del chocolate, recordamos porque el chocolate colombiano es tan especial.

Por: Alejandra Sandoval

Redacción EL INFORMADOR

El cacao que se produce en Colombia ha sido calificado como uno de los más finos por su aroma y el sabor que este tiene, por lo cual es muy importante para este país producir un buen producto y así producir más comercialización; este trabajo crece año tras año sabiendo que se debe el honor a familias campesinas.

“Cacao de oro en Colombia” es un evento que se fomentó con el fin de producir y exportar este producto con buena calidad, este promueve e incentiva a las personas a tener amor, sensibilidad y valor  por lo que hay en su país.

Hay muchos eventos en nuestra nación que le dan fuerza a los cacaoteros y ellos han sido los encargados de ganar muchos premios como:

  • En el 2010 ya había sido ganador con un cacao procedente de Arauca
  • En el 2013 cuatro muestras de diversas regiones figuraron
  • Colombia obtuvo en el 2015 un primer premio con un cacao de Tumaco

Todo lo anterior merece una reflexión; la producción y la comercialización del cacao en Colombia apoyando los fundamentos mercantiles específicos, sabiendo que es muy importante y no perdiendo la oportunidad en la parte económica que esta da.

El cacao se debe convertir en la ventaja comparativa y competitiva del país entendiendo que esta ventaja debe orientarse y construir una sociedad dedicadamente al desarrollo sostenible e incluso debe ser competencia en ámbito mundial.

La economía cacaotera Colombia deberá desarrollar una política que contenga algunos elementos:

  • Liderazgo en costos basados en la eficiencia productiva
  • Cualificación del talento humano
  • Alta segmentación diversificada
  • Agroindustrialización del cacao en Colombia

Patricia ingeniera industrial de Los Andes, con maestría en Sociología de Nanterre en París y periodista del Ceper expresa lo siguiente: “nunca imaginé que terminaría como chocolatera experimentada”, y también expresa el amor que tiene por su labor mostrando su arduo compromiso, “En total trabajamos, a mucho honor, con cinco orígenes colombianos: Tumaco, Santander, Sierra Nevada, Córdoba y Huila”.

Más de 300 minerales, nutrientes y componentes bioactivos en estructuras que se descomponen  en la fermentación y la torrefacción con cambios fisioquímicos, microbiológicos y organolépticos; controlando el pH, temperaturas, condiciones ambientales locales y otros factores.

La misión “con el cacao y los cacaocultores colombianos en el corazón, vino el amor para mí, importado por una misión internacional de chocolateros, compradores de cacao fino para chocolatería, organizada por Swisscontact y Procolombia. Encontré en Thibaut Legast, además de su pasión por este cultivo, que yo ya tenía, muchas más cualidades”, dijo Patricia.

 Desde hace 15 años Thibaut Legast es maitre chocolatier, se responsabiliza de la carta gráfica  y el diseño y las piezas de imágenes. Nos apasionamos por el satisfecho, capricho de las personas hacia el cacao. El encanto del cacao se ha logrado algunos excelentes por su artesanía y se están desarrollando otros muy buenos.

El año pasado Santander quedo como finalista en uno de los concursos más importantes mundialmente llamado “International Chocolate Awards Europa”, mientras se ganó el concurso de la mejor barra de Bélgica con un caco peruano; entusiasmada nos cuenta Patricia, y agrega: “Este año, nos presentamos con una variedad de Tumaco y con un cacao mejorado de la misma familia de Santander. Los resultados se conocerán en el próximo mes de agosto”.

Elkin Suárez Hernández, representante legal de la Cortipaz, “soy cacotero desde que nací, tengo 35 años y desde comienzos del 2000 logramos desterrar guerrilla, ‘paras’ y demás malandros de la zona, vendemos en el mercado interno 8.000 toneladas de cacao y estamos desde hace unos diez años tratando de exportar. Patricia siempre ha aportado desde nuestros inicios y nos ayudó cuando trabajamos con los suizos”.

El chocolate mejora el estado de ánimo, que mucha falta hace por estas tierras.