Aprovechando la gran cantidad de fruta que se desperdicia en las fincas del corregimiento de Bonda, debido a la gran demanda por la temporada de cosecha, un emprendimiento se encarga de convertirla en productos para ser comercializados.
En la vereda de Matogiro del corregimiento de Bonda, una empresaria observó cómo gran parte de la producción de mangos era desechada por las fincas de la región y que no eran utilizados para su consumo.
Para Silvia Porto, una de las líderes de la microempresa Mango´s Green, creada desde el año pasado, afirmó que “viendo esa situación, que se repite en infinidad de fincas en la región y la vulnerabilidad de sus habitantes, tuve la idea de generar una idea de negocio para estas personas (…), empecé a preguntar qué se hacía con esa fruta”, recordó Porto en diálogo con EL INFORMADOR.
Con esa preocupación y buscando respuestas al interrogante, la empresaria se dio a la tarea de investigar otras formas de comercializar la fruta.
“Empecé a tocar puertas para buscar apoyo y el Sena nos asignó un profesor para formar a esta población vulnerable en la manipulación adecuada y la realización de aproximadamente 60 productos a base del mango”. Entonces fue cuando emprendieron el manejo de la fruta.
Más de 30 familias de esta vereda del corregimiento en mención, forman parte de esta idea de negocio para mejorar sus ingresos.
Hay que mencionar que Mango´s Green es un proyecto impulsado por la fundación Servir y tiene como fin beneficiar a las personas de bajos recursos por medio del rescate del mango. Con el apoyo del Sena ha brindado capacitaciones para formar a esta población vulnerable.
Hasta el momento en el proyecto están involucrados 60 habitantes de Bonda y del barrio Galicia, entre los cuales se encuentran personas en condición de calle que están siendo resocializadas, un proyecto con un gran impacto social.
Porto, comentó que conformar una empresa, además de convertirse en un posible ingreso económico, ayudaría a los cultivadores de la región con una nueva forma de comercialización de sus cultivos, aprovechando los excedentes que no eran utilizados y hacerles abandonar la idea de dejar el campo por irse a la ciudad.
Ahí es cuando empezaron a aprovechar la abundancia del mango y durante el procesamiento de la fruta nada se desperdicia, hasta la semilla es utilizada para convertirla en aceites y alimento para animales de criadero, por su alto poder nutricional.
“Sin ser ingenieros de alimentos empezamos a hacer pruebas y a utilizar la fruta y con tres licuadoras caseras iniciamos con el proceso de crear la pulpa y el néctar, pero como no eran industriales, se quemaron”, explicó Silvia.
Ante la necesidad de adquirir la dotación, Con rifas pudieron conseguir la licuadora industrial, la balanza y elementos de cocina para la producción.
Por el momento los que hacen parte de esta microempresa se encuentran aplicando al Plan Semilla del Sena, pero para ello tienen que cumplir unos requerimientos, como tener una infraestructura con todos los servicios. “Hablando con un empresario que tiene su criadero de cerdos en la región nos cedieron un espacio para que pudiéramos empezar esa parte de producción y cumplir con ese requisito que nos piden”.
Mientras tanto, se encuentran en una propiedad de un Policía retirado que reside en el sector y les presta la finca para trabajen y creen sus productos como: vinos, néctares, mermeladas, entre otros.
Ahora mismo necesitamos la despulpadora y la empacadora para poder procesar los bocadillos y mermeladas, unas maquinarias que les saldrían a 36 millones de pesos.
En la actualidad han asistido a ferias empresariales y de emprendimiento y, a pesar que aún no han generado ganancias, estas personas buscan cumplir un sueño según Silvia Porto y su principal reto es establecerse como negocio y por ello, el objetivo es ampliar su planta de producción, de manera que pueda atender, de forma efectiva, la demanda con la que espera contar.
