Para esa noche, propietarios de los locales en llamas veían con impotencia cómo las llamas consumían el esfuerzo de toda una vida de trabajo con la que buscaban un mejor futuro para sus familias.
Mauris González Fajardo
Periodista EL INFORMADOR
Fotos Orlando Marchena
El 20 de septiembre de 2016 quedará por siempre en el recuerdo de la comunidad samaria y en especial, en los comerciantes afectados del Mercado Público de Santa Marta tras el hecho ocurrido esa madrugada en el que las llamas acabaron con sus sueños de prosperidad.
Hoy, cuando se cumplen dos años de la tragedia que les dejó pérdidas millonarias, a base de esfuerzo y dedicación han podido poco a poco superar la grave situación económica que los embarga como resultado de ese incendio, del que aún desconocen los motivos.
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Recuperarse del ‘golpe’ moral y económico, para ellos, no ha sido nada fácil, pero sin embargo, aseguran que siguen adelante, eso sí, solo con el empuje de comerciantes que siempre los caracteriza, a pesar de sentir que el gobierno Distrital los dejó solos y con el incumplimiento de muchas promesas que nacieron al ‘calor de las llamas’.
Han pasado 730 días en el que plásticos, metales y cartones quedarán hechos cenizas, algunos mercaderes manifiestan que esto les ha permitido entrarse más en los gustos de la comunidad samaria, la misma que no les dio la espalda, y que los ubica en cada época del año como destino para poder acceder a sus compras.Para Julio Martínez, comerciante de verduras de la calle 12, lo ocurrido hace dos años, es una muestra de que “uno se acuesta siendo rico y que en cuestiones de minutos se levanta siendo pobre”. Esto para traer a colación de que la vida al ser humano le cambia en un santiamén.
“Lo vivido esa madrugada y el resto del día fue impresionante. Solo se veían los propietarios de los almacenes con las manos en la cabeza y mirando fijamente cómo perdían el fruto de toda una vida de trabajo.
Opinión similar tiene Ricardo Galvis, conocido como ‘El Mundo’, quien dijo que esta gente, refiriéndose a los comerciantes afectados, que están hechos de ‘verraquera’, porque no todo mundo se levanta de cero de la forma que ellos lo han hecho.
“Son personas digas de admirar. Ellos se aferraron a Dios y hoy, es él, que les ha permitido levantarse de entre las cenizas prácticamente y poder recuperar sus negocios”, anotó Galvis.
LA TRAGEDIASiendo la 1:15 de la madrugada de ese 20 de septiembre, por hechos que aún son materia de investigación, se inició el incendio en el ‘corazón’ de Almacén Estrella de La Moda, y que por la fuerte brisa que azotaba a la capital del Magdalena en cuestiones de segundos, se extendió hasta la Cacharrería La 11, la Salsamentaria Chalos, Remates El Hueco y Bodegas Súper Rey, dejando pérdidas millonarias.
Tras el llamado de alerta de varios vendedores ambulantes que a esa hora llegaban a la central de abastos, al sitio hicieron presencia varias unidades el Cuerpo de Bomberos de Santa Marta quienes en las maniobras trataron de sofocar las llamas que se acercaban con peligrosidad a otros locales comerciales incluyendo Supertienda Olímpica.
Ante la magnitud de la conflagración se hizo necesario el apoyo de otras unidades bomberiles de varios municipios del Magdalena y otras partes de la región Caribe, las cuales después de sortear la falta de agua, muchas horas más tardes lograron sofocar las llamas.
LO QUE DIJO EL DISTRITOAnte las denuncias hechas por algunos comerciantes afectados por el incendio quienes argumentaron que el Distrito les incumplió en algunos compromisos, EL INFORMADOR hizo contacto con Adolfo Bula, secretario de Gobierno del Distrito, quien aceptó entregar declaraciones pero que se tenía que empapar sobre el tema porque para la fecha no oficiaba en el cargo.
Sin embargo, en un dialogo aseguró que la Administración no podía responder por hechos ocurridos por culpa de los propietarios por no tener las medidas de seguridad exigidas.
