Los más ruidosos

Fuente: Santa Marta cómo vamos / Dadsa

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Santa Marta es una ciudad por tradición rumbera y amante de la música, sin embargo, hay zonas en las que estas características se notan con más énfasis. Conozca cuáles son los barrios más estridentes de la capital del Magdalena.

Por: Daniela A. García G.
Redacción EL INFORMADOR

Santa Marta, por tradición, es una ciudad alegre, rumbera y amante de la música. Eso se nota en la cantidad de bares y estaderos en los diferentes sectores, en la cultura del picó y en las fiestas en los frentes de las casas.  

Estas características se evidencian más en algunos barrios que en otros, esto a juzgar por la zonificación de las quejas que reciben las autoridades debido a la música a alto volumen en la capital del Magdalena.  

Un informe sobre calidad de vida presentado por el observatorio Santa Marta cómo vamos, reveló el ‘mapa de ruido’ de la ciudad, en el que se evidencian cuáles son las 13 zonas en las cuales se registra la mayor contaminación sonora.  

Barrios ruidosos 

Los barrios del corregimiento de Gaira, en la localidad 3, son los que ocupan el primer lugar en materia de ruido, de acuerdo con la información revelada por el informe correspondiente al año 2017. 

Los sectores La Paz y Cristo Rey, ambos también pertenecientes a la localidad Turística Perla del Caribe, ocupan el segundo y tercer escalón en la lista, respectivamente. 

En el cuarto lugar de los barrios más ruidosos se encuentra El Cundí, en la localidad 1 Rodrigo de Bastidas, que se ha caracterizado por el gran número de establecimientos de ventas de bebidas alcohólicas a pesar de tratarse de una zona residencial. 

El barrio El Cundí está entre los mas ruidosos de Santa Marta.

Contaminación sonora 

El ‘mapa de ruido’ revelado por Santa Marta cómo vamos fue elaborado a partir de los reportes del Departamento Administrativo Distrital de Sostenibilidad Ambiental, Dadsa. 

Patricia Caicedo, directora del Dadsa, aseguró que la información se desprende de las denuncias realizadas por la comunidad y los operativos realizados por la entidad en diferentes sectores de la ciudad. 

“Periódicamente hacemos recorridos por los sitios en los que hay establecimientos como bares y estaderos, en los operativos hacemos mediciones con sonómetros para verificar los niveles de ruido”, explicó Caicedo.  

La tarea del Dadsa en este sentido es combatir la contaminación sonora, según lo establecido en la Resolución 627 de 2006, emitida por el Ministerio del Ambiente, que establece los estándares máximos permitidos de niveles de emisión de ruidos por zonas, los cuales van desde los 50 hasta los 80 decibeles. 

Para tener una idea del volumen óptimo, 50 decibeles es el equivalente al sonido de una conversación relajada, mientras que 80 al ruido de una fábrica a una distancia de seis metros; por lo tanto, la música de un equipo de sonido puede fácilmente alterar el quilibrio. 

Efectos del  ruido 

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, OMS, la exposición al ruido puede ser la causa de cefaleas –dolores de cabeza-, estrés, pérdida de sueño, irritabilidad, entre otros efectos. 

Además, la contaminación sonora también ocasiona perjuicios en el medio ambiente, pues en el caso de las ciudades aleja a la fauna urbana, como ardillas e iguanas, de acuerdo con el Dadsa. 

Otro de los inconvenientes es que factores como la música a alto volumen pueden incidir en el aumento de los casos de intolerancia, riñas y lesiones personales. 

Fuente: Resolución 627 de 2006.

Motivo de multas

El Código de Policía y Convivencia, en su artículo 33, establece que la Policía está autorizada para desactivar la fuente de ruido de fiestas, reuniones o eventos similares que generen molestias de impacto auditivo en el vecindario. 

Además, los uniformados podrán sellar temporalmente y definitivamente los establecimientos que excedan niveles de ruido. 

Esto no solo aplica para los bienes inmuebles, también aplica para los vehículos, pues en muchas ocasiones los ciudadanos ponen a alto volumen los radios del carro y en esos casos se puede incautar la fuente sonora, el frontal del radio o un bafle que se transporte en el vehículo. 

La multa para este tipo de contravención es tipo 3, que corresponde a $393.449 pesos. Si la persona reincide,  la sanción económica se podrá incrementar en 50%.