Darío Castrillón, el obispo que se disfrazó de lechero para visitar a Pablo Escobar

Darío Castrillón Hoyos (1929, Medellín — 2018 El Vaticano)

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El cardenal destacó por alcanzar numerosos logros durante su vida. Desde su estancia en Colombia como Obispo de Pereira y Arzobispo de Bucaramanga, hasta su puesto como Prefecto de la Congregación para el Clero o Presidente de la Comisión Pontificia Ecclesia Dei. Esta es su apasionante vida.


El 21 de febrero de 1998 fue creado Cardenal Diácono de la Santa Iglesia Católica por parte del papa Juan Pablo II.
El 21 de febrero de 1998 fue creado Cardenal Diácono de la Santa Iglesia Católica por parte del papa Juan Pablo II.

El 17 de mayo de 2018, la Conferencia Episcopal de Colombia informaba del fallecimiento de uno de los cardenales más relevantes en las últimas décadas: Darío Castrillón Hoyos. El que fuera Presidente Emérito de la Pontificia Comisión Ecclesia Dei expiró su último aliento de madrugada en Roma.

Nacido en el seno de una familia humilde

Castrillón nació en el seno de una familia humilde en Medellín, Antioquia, un 4 de julio de 1929. Su madre fue maestra y su padre trabajaba en la construcción de ferrocarriles, calles y tareas agrícolas. Posteriormente conseguiría convertirse en juez local, puesto que perdió por las persecuciones políticas. Fue hijo único y se mantuvo al cuidado de sus progenitores hasta que éstos fallecieron.

Con veintitrés años fue ordenado sacerdote en la Diócesis de Santa Rosa de Osos, después de cursar los estudios de Filosofía y Teología en el Seminario Mayor. Probablemente por aquel entonces no se podría imaginar que, en 2005, su nombre sonaría como candidato a la sede de Pedro en el cónclave posterior a la muerte del Papa San Juan Pablo II.

Reprendió a guerrilleros, narcotraficantes y políticos

Destacó por su lucha insaciable por los más pobres y su intolerancia con la corrupción. Desde su púlpito reprendió a guerrilleros, narcotraficantes y políticos que manchaban la imagen de su país. Pasó gran parte de su tiempo en una ciudad llamada Pereira, donde el café es uno de los comercios más potentes. Allí se dedicaba a recorrer las calles de noche para alimentar a los pobres y enfermos sin techo.

Cuando, en 1976, fue elegido Obispo de dicha ciudad, consiguió con su acusación a la policía que se dejaran de asesinar a prostitutas, niños de la calle y mendigos. Su paisano y Premio Nóbel de Literatura, Gabriel García Márquez, comentó que desde su ordenación “entendió su sacerdocio como una milicia de justicia social”. Castrillón era un reputado intelectual. Fue graduado en derecho canónico por la Universidad Pontifica de Roma y gozaba la posibilidad de hablar entre ocho y nueve idiomas. De hecho, cuentan que aprendió el Chami, un habla de una tribu indígena cercana a Pereira, para poder predicar.

Intentó convencer a Escobar para que se entregara

Popularmente conocida es la acción que desarrolló en la escena política colombiana, ya que emprendía largas caminatas por la montaña para visitar a líderes guerrilleros con el fin de explicarles las bondades de paz. Se dice que incluso tuvo que disfrazarse de lechero para poder reunirse con Pablo Escobar, uno de los narcotraficantes más famosos de la historia. El entonces Obispo quería convencerle de que se entregara a la justicia.

En Colombia ejerció, entre otros, los cargos de: Vicario cooperador en Yarumal, Director de los Cursillos de Cristiandad, Director del Curso Nacional de Pastoral, Representante de Acción Cultural Popular ante el Episcopado, Oficial de la Curia Diocesana, Delegado Diocesano de Acción Católica, Asistente Eclesiástico de la J.O.C., Director de la Legión de María, Director Diocesano de Catequesis, Profesor de Derecho Canónico en la Universidad Libre de Bogotá o Secretario General del Episcopado.

Su labor en la publicación del Summorum Pontificum

También hay que destacar que bajo su administración en la Pontificia Comisión Ecclesia Dei se promulgó, en forma de Motu Proprio, el Summorum Pontificum, la carta apostólica publicada en 2009 que daba la libertad del uso del misal editado bajo el beato Juan XXIII.

Un año antes, coincidiendo con el 20 aniversario de la excomunión a Marcel Lefebvre, había intentado un acercamiento entre la Fraternidad Sacerdotal San Pío X y la Santa Sede.

Tomado de infovaticana.com