Movilidad en Santa Marta, ensayo y error de alto costo

En un verdadero pantano se convirtió el carril abandonado de la avenida Ferrocarril entre carreras cuarta y primera, uno de los lunares de la infraestructura vial del Distrito.

Especiales
Tamaño Letra
  • Smaller Small Medium Big Bigger


Aumento de la accidentalidad, calles colapsadas por sobreoferta de taxis, sistema de buses deficiente, el mototaxismo como una alternativa obligada y obras en trayectos de importantes avenidas abandonadas como la Santa Rita y la Ferrocarril, marcan el grave estado de la movilidad en el Distrito que no avisora solución a la vista.



Después de seis años de gobierno en la Alcaldía de Santa Marta en cabeza de una misma corriente política que representan el exalcalde Carlos Caicedo y su sucesor Rafael Martínez, los problemas de movilidad siguen sin ser resueltos y por tanto afectando la calidad de vida de los samarios; el caos está presente en todas las esquinas de la ciudad y se manifiesta a través de la accidentalidad, los interminables trancones, que no solo afectan a los conductores de vehículos particulares sino también a los usuarios de transporte público, quienes por la necesidad de mejorar sus tiempos de traslado ven en el mototaxi una alternativa eficaz, esto sin considerar los riesgos de esta modalidad de transporte.

Han pasado seis años de ensayo y error, onerosos por cierto además de ineficaces, prueba de esto es la ampliación de la semaforización, que lejos de contribuir al control de la movilidad, lo que ha hecho es confundir a los usuarios de las vías, debido a las fallas de su operación e inconvenientes localizaciones. Otra de las medidas fallidas ha sido la restricción de motos, que finalmente fue eliminada en días pasados por el alcalde Martínez en medio de los afanes electorales.

Si bien esta medida influye en la movilidad y también en la seguridad de la ciudad, lo cierto es que a falta de un sistema de transporte urbano público masivo, los efectos de esta medida se materializan con el colapso de la movilidad de los ciudadanos en los días sin moto, quienes quedaban atrapados en las calles hasta altas horas de la noche por culpa del insuficiente número de buses disponibles y ni hablar de los taxis, que en esos días se apreciaban de cobrar lo que les parecía y de ir donde les convenía.

Acompañando estas restricciones vienen siendo implementadas las temidas foto multas, las cuales han resultado ser un negocio redondo para las concesiones y no una herramienta de control como debe ser su objetivo. La falta de garantías de los procesos sancionatorios son permanentemente denunciadas por la ciudadanía, y el desgaste por cuenta de los trámites para librarse de ellas, siendo o no responsables, se suma a la inconformidad general.

Medida confusa
El pico y placa, una medida restrictiva para los vehículos particulares y taxis, que fue suspendida el pasado 18 de febrero por vencimiento de sus términos de tiempo y que ha sido reactivada desde el pasado 05 de marzo. Ésta se ha constituido en la medida de mayor relevancia entre todas las mencionadas, pues contiene un coctel de restricciones y de variaciones de discrecionalidad de la administración, las cuales terminan confundiendo a los conductores y dejándolos a merced de las autoridades y de sus costosas e insufribles sanciones.


Luego de enunciar este rosario de medidas, queda como corolario, que los samarios vienen siendo presa de la improvisación y de los paños de agua tibia de estos dos últimos gobiernos. Seguimos sin soluciones de fondo, como la ampliación eficiente de la malla vial, y cuando se habla de eficiente, quiere decir que ésta sea funcional para la movilidad y no que su mayor servicio lo presten como plaza de discursos y/o de realización de eventos proselitistas de los candidatos. Después de todo este tiempo todo parece ser igual: cuatro avenidas de siempre, eso sí, intervenidas indefinidamente, como le ocurren a la calle Santa Rita, a la avenida del Ferrocarril, la calle 30, entre otras. Y ni hablar del sistema de transporte público urbano, colapsado por el déficit, teniendo como consecuencia el aumento del parque automotor de vehículos particulares, como estrategia de algunos ciudadanos para eludir las medidas implementadas.

Finalmente, queda claro también que el costo de estas medidas improvisadas no solo los sufren los samarios en términos de calidad de vida, sino también en el detrimento de los recursos públicos que de los impuestos derivan, los cuales vienen siendo puestos al servicio de esos contratos ineficientes, que en nada contribuyen a la seguridad vial ni a la cultura ciudadana.





La novela de la Santa Rita y la Ferrocarril

Algunos capítulos tristes han tenido las obras de la calle 22 y la avenida del Ferrocarril; en los primeros meses del 2017 fue suspendida de la prórroga del contrato con el consorcio Setp 2015, debido a los incumplimientos con el cronograma pactado para la entrega de la obra que debió ser en abril de ese año.
En marzo de 2017 el Sistema Estratégico de Transporte Público de Santa Marta, sancionó con multa al consorcio Setp 2015 por incumplimiento al contrato de la obra por un valor de $424.893.000 y otra por $26.147.278. Por esa fecha se conoció un nuevo proceso la apertura de la licitación la cual estaba adelantada con BID y el Ministerio de Transporte.
En abril fue recuperado el proyecto por el Setp, pero que debían esperarse cuatro meses más para ser liquidado, el cual la fecha a vencer fue el 27 de agosto, de acuerdo a lo establecido por el marco jurídico de contratación.
Sobre el contrato de las obras y sus costos
Un total de $13 mil 73 millones de pesos fueron adjudicados el 5 de febrero del año 2015 al Consorcio Setp 2015. El contrato que tenía por objetivo “la construcción de las obras civiles, arquitectónicas, hidráulicas y todas aquellas actividades necesarias para la rehabilitación y adecuación de los corredores viales urbanos, de la avenida El Ferrocarril.
Imputado contratista por caso de la calle 22 de Santa Marta
El pasado 26 de noviembre se conoció que por cargos de peculado por apropiación y falsedad en documento privado fue imputado Ómar Enrique Álvarez Escorcia, dentro de la investigación que la Fiscalía adelantó por la obra sin terminar de la Avenida Santa Rita de Santa Marta.
La investigación, según la Fiscalía Seccional Magdalena, señaló que en febrero de 2015 se destinaron 13.000 millones de pesos, a través de un contrato suscrito entre el Setp y el consorcio Sept 2015, cuyo representante era Álvarez Escorcia.





Frentes de obras sin terminar
Calle 22 lado norte entre carreras 7 y 8, este frente debió concliurse el 23 de febrero de 2017 y solo se avanzó en el relleno base para el pavimento en una longitud aproximada de 30 metros.
Avenida Ferrocarril desde la carrera 5 hasta 2, se encuentra abandonado.
En la avenida El Ferrocarril, un tramo que se conecta con la carrera 1 se encuentra en construcción.

EL INFORMADOR quiso saber más detalles sobre el estado actual de estas obras pero informaron que en los próximos días el alcalde Martínez dará a conocer avances sobre la calle 22.