“Moreno es protagonista de su libro ‘El falso testimonio’”

Gustavo Malo, magistrado de la Corte Suprema de Justicia, habla sobre el mayor escándalo de la cúpula del poder judicial.

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Gustavo Malo, magistrado de la Corte Suprema de Justicia salpicado en el llamado cartel de la toga, e investigado por la Comisión de Acusación, habla con SEMANA sobre el mayor escándalo de la cúpula del poder judicial.

SEMANA: ¿Cómo logró llegar a la Corte Suprema?

GUSTAVO MALO: Comencé a ejercer la función judicial en 1979, como juez penal municipal, ocupando luego los cargos de juez de instrucción criminal, juez superior y magistrado de la Sala Penal del Tribunal Superior de Cartagena, este último por el lapso de 23 años. Es decir que antes de que la Corte Suprema de Justicia en pleno me eligiera magistrado de la Sala de Casación Penal, me había desempeñado por el término de 38 años como juez sin que cursara en mí contra investigación penal o disciplinaria alguna. Por lo tanto, el ejercicio de mi labor administrando justicia por ese tiempo se cumplió en forma absolutamente transparente.

Llegué a la Corte Suprema de Justicia después de acreditar el cumplimiento de los requisitos constitucionales y legales para aspirar al cargo de magistrado de la Sala de Casación Penal, de presentar la correspondiente solicitud ante la Sala Administrativa del Consejo Superior de la Judicatura, y de someterme a las entrevistas programadas para la selección de los candidatos que, una vez conformada la lista de aspirantes, fue remitida a aquella corporación, que me eligió en Sala Plena. Vale la pena aclarar, teniendo en cuenta lo que se ha dicho en los medios de comunicación, que el doctor Francisco Ricaurte Gómez no participó en mi elección como magistrado, puesto que ya había terminado su periodo constitucional.

SEMANA: ¿Durante su periodo como magistrado, cuáles han sido algunas de las ponencias de sus fallos?

G.M.: Varias han sido las ponencias de fallos que he presentado, aprobadas por la Sala sobre temas de interés y que había diferencia de criterios o que varió la línea de la jurisprudencia que se venía sosteniendo; para citar sucintamente algunos ejemplos, la procedencia de la medida de comiso en un proceso penal respecto de la cual existía disparidad de opiniones; sobre el delito de estafa en juegos de suerte y azar, en que se unifica la doctrina de la corte respecto de la cuantía, para considerar que la misma no será el valor del premio prometido, ni lo pagado por la persona por la apuesta o por el derecho a participar en el juego, sino el monto total de lo recaudado; y aquella que se refiere a que no resulta vinculante para el juez de conocimiento la petición de absolución formulada por la Fiscalía, gozando aquel de plena autonomía para decidir el objeto del proceso penal, atendiendo la prueba aportada al mismo, entre otras decisiones.

SEMANA: ¿Cuál es su relación con Francisco Ricaurte?

G.M.: Conozco al doctor Francisco Javier Ricaurte Gómez desde hace muchos años, somos oriundos de la ciudad de Cartagena, tenemos una relación de amistad y hemos compartido espacios comunes, aunque trasegado por áreas del derecho distintas, él por la laboral y yo por la penal. Vale la pena aclarar que por el respeto que mutuamente nos profesamos, el doctor Ricaurte jamás ha interferido en los asuntos que he tenido bajo mi conocimiento como magistrado de la corte.

SEMANA: Se ha dicho mucho sobre la salida de dos magistrados auxiliares que estuvieron en su despacho. ¿Qué pasó realmente con José Reyes Rodríguez y Camilo Andrés Ruiz?

G.M.: Cada magistrado conforma su planta de personal según su criterio y atendiendo las condiciones que le permitan tener un equipo de colaboradores que respondan a las exigencias del cargo. En el caso del magistrado auxiliar José Reyes Rodríguez, hay que dejar bien en claro que su salida nada tuvo que ver con la actuación penal adelantada contra Musa Besaile Fayad, sino que las razones fueron otras, una suma de hechos que incidieron en la pérdida de confianza a este funcionario, como que dirigió un operativo para la captura de un parlamentario andino, propiciando el ingreso de los policías a la sede del organismo internacional, procedimiento que me dejó hondamente preocupado; su comportamiento desleal, descomedido y falto de ponderación, amén de las frecuentes correcciones de forma y fondo en la argumentación de sus proyectos, suficientes para prescindir de sus servicios. En lo que respecta a Camilo Andrés Ruiz, empleado que gozaba de mi confianza, bastó que escuchara comentarios sobre un posible encuentro o reunión que tuviera con algunas personas que eran investigadas por el despacho, en un restaurante de la ciudad de Bogotá, sin que se me hiciera claridad por el nombre de ellas, para solicitarle la renuncia, hecho del cual informé a la Sala Penal.

SEMANA: ¿Usted conoció a Gustavo Moreno?

G.M.: Al doctor Luis Gustavo Moreno lo vi en dos o tres actos sociales, de los cuales recuerdo un cumpleaños en el apartamento del doctor Francisco Ricaurte Gómez, y otro en el municipio de Garagoa, en una finca de su propiedad, con la concurrencia de muchas personas por él invitadas, varios de ellos magistrados de la corte, sin que haya tenido con aquel ningún tipo de trato, relación o amistad, como tampoco reunión de carácter privado para tratar alguna clase de asunto.

SEMANA: Ante su negativa a abandonar el cargo, la corte está estudiando variar el reglamento para lograr apartarlo. ¿Usted insiste en concluir su periodo?

G.M.: He tomado la decisión de apartarme temporalmente del cargo de magistrado de la corte para destinar el tiempo necesario a la defensa de mis intereses, desconozco que la corporación se encuentre estudiando la reforma del reglamento para tales efectos.

SEMANA: ¿Cuál ha sido su relación con el exmagistrado Leonidas Bustos?

G.M.: Mi relación con el exmagistrado José Leonidas Bustos Martínez ha sido la de compañero de Sala, con quien no he tenido más comunicación después de haber concluido su periodo como magistrado.

SEMANA: Se dice que usted tiene influencia en Fonade y en ese sentido se menciona a quien fuera su judicante, Carlos Andrés Bula Dumar, hermano del director de esa entidad. ¿Cuál es su relación con Fonade y su director, Alfredo Bula Dumar?

G.M.: No he tenido ningún tipo de influencia en Fonade, y mal puede inferirse ella del hecho de haber nombrado como judicante del despacho a Carlos Andrés Bula Dumar en el año 2013, que es un cargo ad honorem, mientras que su hermano Alfredo Bula Dumar fue designado por el presidente de la república como director de aquella entidad en el año 2015. Conozco a sus padres desde hace 20 años, con quien nos une una amistad familiar, con motivo de tener desde entonces residencia en la Urbanización Camino Real de la ciudad de Cartagena. Por la razón anotada, mi relación con Alfredo Bula es de amistad, sin que haya interferido o sugerido el nombramiento de persona alguna antes, durante o después de su elección al frente de la entidad mencionada.

SEMANA: La Sala Plena le quitó los procesos de parapolítica y el respaldo públicamente. ¿Cómo puede seguir desempeñando su magistratura en esas condiciones?

G.M.: Nada de lo que aquí se afirma ocurrió; por el contrario, yo me aparté del conocimiento en dos de los procesos por parapolítica, los seguidos contra Musa Besaile y Julio Manzur, a raíz de los acontecimientos que en los últimos días han desembocado en señalamientos de diversa índole que no solo ponen en tela de juicio la imparcialidad de la corte, sino mi tranquilidad de ánimo para abordar esos asuntos, de cara a decisiones obligadas a tomar en los mismos.

SEMANA: ¿Cómo le fue en la Comisión de Acusación que le abrió investigación preliminar por varios cargos?

G.M.: Me presenté a la Comisión de Investigación y Acusación para responder por los cargos formulados, dando las explicaciones convenientes en relación con cada uno de ellos y solicitando las pruebas necesarias para demostrar mi total ajenidad a tales hechos.

SEMANA: Si usted es inocente como lo dijo en su comunicado, ¿por qué hay tantos señalamientos desde todos los flancos?

G.M.: Es decepcionante que la Justicia esté mediatizada, pues a la par que se adelanta un juicio en el escenario natural ante el juez competente, se sigue otro en los medios de comunicación que tiende a desplazar el espacio principal, dentro del cual se hacen afirmaciones desconociendo las pruebas que se practican y utilizando un lenguaje desbordante y afrentoso que dice mucho de la poca vocación al periodismo investigativo y de verificación. Es el momento para que en este caso de suma importancia, y otros de mucho interés, la prensa informe con la mayor objetividad y responsabilidad, en resguardo de la dignidad de las personas. Para mí resulta indignante lo que está ocurriendo. Si a un alto funcionario lo tratan así los medios, vilipendiando su honra, no quiero imaginarme lo que harían con una persona de a pie, resultando muy preocupante que por esta mediatización se sacrifiquen valores tan importantes como los inherentes a la persona humana.

SEMANA: La Fiscalía afirmó que bajo la dirección de Bustos y Ricaurte se creó una organización criminal y lo ubicó a usted como parte de la misma. ¿Qué opina de ello, cómo se defenderá?

 G.M.: Lo que afirma la Fiscalía respecto de mi persona se aparta totalmente de la verdad, es irresponsable de su parte hacer aseveraciones en ese sentido, en una investigación que no se sigue en contra mía y en la que apenas se ha iniciado. Siempre he actuado con rectitud y transparencia, y aportaré al proceso todos los elementos de juicio que sean indispensables en orden al esclarecimiento de los hechos y a la comprobación de mi inocencia en este caso.

SEMANA: En una declaración Gustavo Moreno afirma que usted entregaba toda la información de procesos a Ricaurte para que él a su vez la pasara y le cobrara a los investigados. ¿Qué tiene que decir al respecto?

G.M.: Que es completamente falso lo dicho por este señor Moreno, quien tiene el interés de construir una historia a espaldas de la realidad y en beneficio propio. Jamás he entregado información alguna al doctor Ricaurte, con quien precisamente por el grado de amistad que hemos tenido nos guardamos un respeto mutuo, que por lo mismo no puede trascender al plano de la ilegalidad, a sabiendas de cuál ha sido su comportamiento y el mío a lo largo de estos años en la relación sostenida, como tampoco él me ha solicitado informe de actuación penal a cargo de mi despacho. Es por eso que afirmo sin ninguna hesitación que el abogado Luis Gustavo Moreno es el propio protagonista de su libro El falso testimonio.

SEMANA: ¿Qué opina de lo que está ocurriendo con este escándalo en la corte?

G.M.: Soy el más interesado en que se aclaren los hechos, en que la corte salga fortalecida al término de estas investigaciones. Esta crisis es una magnífica oportunidad para saber lo que realmente está pasando, conocer los intereses oscuros que hay detrás de todo esto para que finalmente podamos conocer la verdad. Así mismo identificar el papel que juegan los “depuradores” de la Justicia que en su afán de protagonismo le hace más daño a esta, sacrificando sus genuinos intereses y principios.  


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