Peregrinos por la fe

Lugares visitados en el Santuario de Fátima

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Viajar miles de kilómetros, atravesar un océano entero, solo para orar y agradecer. EL INFORMADOR le lleva historias de creyentes samarios que emprendieron un viaje al epicentro de un milagro: el Santuario de Nuestra Señora de  Fátima en Portugal.


1. Basílica de Nuestra Señora del Rosario de Fátima
Es el templo construido en honor a Nuestra Señora. Está junto a la Capilla de las Apariciones. Comenzó a ser edificada en 1928, pero no se culminó sino hasta 1953.

2. Capilla de las Apariciones
Es el “corazón” del Santuario. De las seis apariciones de la Virgen, cinco sucedieron en este lugar. Se construyó por indicación y en honor de María entre el 28 de abril y el 15 de junio de 1919.

3. Valinhos
Es el lugar donde sucedió la cuarta aparición de Nuestra Señora, el 19 de agosto de 1917.

4. Loca do Cabeço
Loca do Cabeço es el lugar donde, según fuentes de Fátima, sucedieron la primera y la tercera aparición de un ángel a los videntes, previas a las apariciones de la “Señora del Cielo”.

5. Pozo de Arneiro
Situado al fondo del patio de la casa de Lucía dos Santos, una de los tres videntes, se encuentra el pozo donde ocurrió la segunda aparición de un ángel.


Si hay un motor que mueve a los seres humanos, sin duda alguna, es la fe, la fiel creencia en algo o alguien, y más cuando está de por medio el convencimiento sobre un milagro.

Hoy, cuando se cumplen  100 años de uno de los milagros más famosos de los últimos tiempos, EL INFORMADOR cuenta las historias de personas que estuvieron dispuestas a viajar miles de kilómetros motivadas por su fe.

Este 13 de mayo se conmemora el centenario de la aparición de la Virgen María en Fátima, Portugal, y desde hace meses se preparó la celebración que se lleva a cabo en el Santuario que se construyó en honor a Nuestra Señora en el mismo lugar en el que  Ella se manifestó.

Cada año unas 700 mil personas acuden a la capilla erigida por petición de la mismísima  Madre de Dios en Cova de Iría, en Fátima, Portugal, de acuerdo con datos del Servicio de Peregrinos del Santuario.

Este año en particular, en el marco de la celebración del centenario de su aparición, el obispado de Leiría, organizador de las actividades, estima que superarán el millón de visitas solo hoy.

De acuerdo con datos oficiales, anualmente 6,7 millones de personas participan en las casi 10 mil celebraciones que se llevan a cabo en el lugar.

Amor sin límites

Orlando e Inés Zabaraín son una pareja de esposos cienagueros que profesan amor sin límites hacia Nuestra Señora en cualquiera de sus advocaciones.

Su fe los ha movido hacia los principales santuarios marianos: Fátima, en Portugal; Lourdes, en Francia; Montichiari, en Italia; Medjugorje, en Bosnia –Herzegovina; entre otros.

Su paso por el Santuario de Nuestra Señora de Fátima ocurrió en 1988, pero lo recuerdan como si hubiese sido ayer.

“Lo habíamos planeado muchas veces, pero al final no se nos daba; hasta que un 13 de julio lo hicimos, sin planearlo y resulta que llegamos en una fecha especial, un día de la Virgen en un año jubilar mariano”, cuenta Orlando.

La descripción más especial del sitio la hace Inés, quien por su imposibilidad de ver, sin duda alguna, vivió su visita de una forma diferente.

“En el Santuario se siente la gracia de Dios y el amor de la Virgen. No hay palabras para explicarlo. Es una emoción tan grande”.

Sobre su experiencia agrega: “Uno lo que siente es paz, pero a la vez gozo. Yo no veo, pero sentí aquel lugar tan abierto,  tan grande”.

“No es sino llegar para sentir una inmensa paz. El lugar más especial es la capilla, donde se apareció Ella. Ese día recibimos un gran regalo, porque la sacaron de su cajuela de cristal para salir en procesión y nosotros estuvimos en un lugar  privilegiado, muy cerca”.

Ambos aseguran que la visita al Santuario reforzó aún más su fe. Pidieron por su conversión diaria y su intercesión para llegar al Padre.

“Ella nos pidió sacrificio y oración hace 100 años y hoy esos mensajes siguen estando vigentes, pero lamentablemente no los escuchamos”, agrega Inés.



Orlando Zabaraín e Inés de Zabaraín con la imagen de Nuestra Señora de Fátima qu adquirieron en el Santuario en Portugal.



Movida por la devoción


Luisa Vives, samaria, fue una de las miles de personas que asistieron el año pasado al Santuario de Nuestra Señora.

Su fe y las ganas de orar en el lugar dónde se manifestó la Madre de Dios, la motivaron a viajar miles de kilómetros hacia el país luso.“Siempre tuve la intención de ir Fátima”, confiesa.

De todas las apariciones y mensajes de María, la manifestación que tuvo lugar en la Península Ibérica fue la que más la conmovió.

A esta advocación de la Virgen le confía lo más importante para ella: Su familia. También le agradece su intercesión y protección. “Ella me ha concedido paz y tranquilidad, ¡Qué gran favor!”.

La madre de familia cuenta con emoción el momento en el que se paseó por el mismo lugar donde hace 100 años una multitud se concentró a esperar la manifestación  de la “Señora del Cielo”.

“El lugar es majestuoso, en él se vive un ambiente de tranquilidad, uno se siente rodeado de una paz que alimenta el alma. La cantidad de peregrinos que acuden llenos de fe es impresionante, llegan constantemente a la Basílica desde todos los países”,

Luisa Vives, samaria, junto a su hija, durante su visita al Santuario de Fátima.


UBICACIÓN DEL SANTUARIO

Agradecimiento por su intercesión

Carlos Alfredo Méndez, también samario, fue al propio santuario de Fátima para agradecer por su salud y la de su familia. “A la Virgen le agradezco su intercesión por todas las bendiciones y las cosas buenas en nuestras vidas”.  Y el cruzar el océano Atlántico por su fe generó una recompensa, ya que pudo conocer de cerca la historia de las apariciones de la Virgen y de  aquellos quienes tuvieron la oportunidad de verla.

“Conocimos a Jacinta Martos, sobrina de dos de los tres pastores videntes de Nuestra Señora –Francisco  y Jacinta Marto-, quien nos contó cómo sucedieron los hechos“.

De todas las apariciones marianas, la de Fátima es una de las que más tocó a su familia. Incluso por encima de la de Guadalupe, que es más cercana, aunque confiesa que  también ha visitado la Basílica en México.

Cuenta, como cada hora, cientos de peregrinos  ingresan a la Basílica y la capilla del Santuario a participar en las homilías. “Hay una devoción inmensa, sin duda mundial”.



Carlos Alfredo Méndez, samario, junto a su familia y Jacinta Marto –centro-, sobrina de dos de los tres videntes de la Virgen de Fátima.








 


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