TRUMP 100 días sin rebasar el muro de sus promesas

Al cumplirse sus primeros 100 días como presidente de Estados Unidos, Trump prometió continuar con su promesa electoral de levantar un muro en la frontera con México. Pese a un extendido escepticismo y al rechazo de México a financiar el proyecto, como exige Trump, el magnate ha solicitado ofertas de constructores y en pocos meses podrían levantarse tramos de muro como prototipo.

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Los primeros 100 días de la presidencia de Donald Trump se caracterizan por la cantidad de osadas promesas que no pudo cumplir. Algunas las dejó totalmente de lado, otras no la pudo hacer realidad dentro de los plazos que él mismo había fijado.
Los ciudadanos le dan apenas 40 por ciento de aprobación, la peor cifra desde que se realiza este tipo de sondeo. Una mala percepción que para expertos denota la incapacidad de Trump de sacar adelante sus promesas electorales.

Donald Trump firmó 26 órdenes ejecutivas.
Donald Trump firmó 26 órdenes ejecutivas.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump se ha quedado hasta ahora en agresivas y audaces promesas.

Ya se trate de las prácticas comerciales de China, del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Tlcan), que ha calificado de “desastre”, o las acciones desestabilizadoras de Irán, Trump ha mantenido gran parte de su agresiva retórica de campaña.

Pero cuando se trata de ponerla en práctica, al menos en sus primeros 100 días de gobierno, Trump se ha quedado corto, e incluso a veces cambió bruscamente su posición cuando tuvo la oportunidad de cumplir lo prometido.

Después de meses criticando el Tlcan, Trump habría optado por  que EE.UU. se retirara del  acuerdo por completo Horas después, él mismo habló con los líderes de Canadá y México y acordaron renegociar el pacto.
Nombró a su hija como asesora.
Nombró a su hija como asesora.


Realidades

La realidad de gobernar golpeó a Trump más duro que a la mayoría de los presidentes.

Trump no solo es el primer presidente que nunca ha servido en el gobierno o en el Ejército, sino que llegó a la Casa Blanca con promesas que incluso muchos en su propio partido descartaron por poco realistas.

La tarea de hacer esas promesas realidad, unida a su falta de experiencia en Washington, ha dejado a Trump con pocas opciones de ir más allá de la retórica, mientras lucha entre bastidores en las maneras de convertir esas ideas en política.

Trump ha continuado manifestándose en contra de Irán, denunciando el acuerdo nuclear negociado durante el gobierno anterior como uno de los “peores acuerdos”, tal como lo hizo durante la campaña, y argumentando más recientemente que Irán “no estaba a la altura del espíritu del acuerdo”.

Sin embargo, a pesar de que la administración Trump puso a Irán “sobre aviso” en las primeras semanas de la presidencia, ha habido poco seguimiento.

En ausencia de cualquier evidencia de lo contrario, el Departamento de Estado se vio obligado a afirmar la semana pasada que Irán está cumpliendo con los términos del acuerdo nuclear. La administración Trump no ha mostrado señales hasta ahora de ningún plan para renegociar el acuerdo como prometió durante la campaña.

Y si bien no ha dejado de condenar el déficit comercial de Estados Unidos con China, Trump se ha enfrentado a la realidad de la complicada y delicada relación de EE.UU. con el gigante asiático en el último mes, mientras trata de lograr que Beijing domestique a una Corea del Norte cada vez más beligerante.

Más allá de las implicaciones diplomáticas, Trump también ha tenido que enfrentar la realidad de que China hace mucho tiempo que dejó de devaluar su moneda artificialmente, y, en su lugar, ha trabajado para apuntalarla, lo que beneficia a las exportaciones estadounidenses.

Aumentaron sus contradictores.
Aumentaron sus contradictores.

Doloroso inicio

Pero Trump y su Casa Blanca no llegaron a conocer las limitaciones de su mandato y las realidades de gobernar hasta las magulladuras de las primeras semanas de su presidencia, hasta  cuando ávidamente buscaron implementar otra de las grandes promesas de campaña de Trump: el veto de entrada a EE.UU. a algunos países de mayoría musulmana, considerados “propensos al terrorismo”.

La salva inicial sobre esta prohibición se produjo a pocos días de la toma de posesión, y con poca consulta a los organismos gubernamentales que normalmente eran consultados. El resultado fue el caos en los aeropuertos de todo el mundo y la detención de musulmanes poseedores de visas válidas y green cards -incluso para permanecer en EE.UU.- en los aeropuertos estadounidenses.

Trump también ha experimentado otra gran derrota en su intento de cumplir su central promesa de campaña de derogar y sustituir el Obamacare, el plan de salud del gobierno anterior.

En medio de desacuerdos entre las facciones enfrentadas del Partido Republicano. En medio de su búsqueda de un nuevo proyecto de ley, Trump no pudo contribuir a salvar las diferencias de las distintas facciones de los republicanos y se vio obligado a aceptar la derrota, cancelando una votación prevista en el pleno de la Cámara.

Trump ha tratado de eludir sus dificultades en el frente legislativo con una serie de decretos presidenciales, pero una persona cercana a la Casa Blanca reconoció el miércoles que estos no pueden sustituir a la legislación.
 Enfila su interés en la intervención militar.
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Gran parte de la prensa lo detesta.
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