Si bien existe un interés para utilizar los terrenos que ocupa la empresa petrolera en Santa Marta, en especial para infraestructura turística, no será tan fácil sacarlo de una zona que ocupa por más de 50 años.
Es interesante observar como el Concejo de la ciudad de Santa Marta y la Administración Distrital, argumentan al unísono la necesidad de dar traslado a las instalaciones actuales de Ecopetrol, que a pesar de no ser el único que se ha planteado, pues además de este han sido señalados el del Batallón Córdova, la Cárcel Rodrigo de Bastidas, entre otros, éste es sin duda uno de los de mayor impactos en el ámbito territorial de la ciudad.
Entre los argumentos que con mayor fuerza se escuchan están el que esta infraestructura genera serias restricciones para el desarrollo territorial de la ciudad; que el terreno ocupado por Ecopetrol es estratégico para la industria turística, la vocación más importante en ese sector.
Si bien estas razones se escuchan muy sólidas y respetables, lo cierto es que surgen algunos interrogantes al respecto:
¿Cuál es el criterio técnico que ha tenido en cuenta el Distrito para promover esta iniciativa? ¿Cuál es el costo de oportunidad para la ciudad de que Ecopetrol se mantenga en su actual localización? ¿Hasta dónde la ciudad tiene la capacidad para incidir en una decisión como esta?
Las respuestas
¿Cuál fue el criterio técnico que da lugar a esta iniciativa? Este interrogante surge sobre la base del argumento de que el lote ocupado por Ecopetrol es estratégico para el desarrollo turístico de la ciudad, lo cual no queda claro, si se tiene en cuenta que de acuerdo con investigaciones la Dirección Marítima (Dimar), parte importante del área del lote Ecopetrol se encuentra situada en zona de bajamar (Ver imagen)
En lo que respecta al segundo interrogante, ¿cuál es el costo de oportunidad para la ciudad de que Ecopetrol se mantenga en su actual localización?, muchos samarios se preguntan: ¿Cuál es el beneficio para la ciudad para que Ecopetrol continúe allí?, pues está en juego un amplio terreno que si bien en su totalidad no es aprovechable, una buena parte de este puede aportar para la expansión urbana de la ciudad.
En los últimos 10 años, Ecopetrol ha invertido en proyectos de interés local, como forma de compensación, aproximadamente 23 mil millones de pesos. Ciertamente una cifra que para muchos no compensa la estratégica localización que mantiene.
Frente a lo anterior, y pese al descontento de parte de la ciudadanía por las negociaciones para mantener la infraestructura de Ecopetrol por parte de anteriores administraciones, lo cierto es que este acuerdo se pactó formalmente por medio de una concesión y en este mismo sentido debe ser manejado, porque lo que no se puede perder de vista el mensaje que está dejando últimamente la institucionalidad local para la inversión privada. En Santa Marta no se garantiza la estabilidad jurídica para las inversiones, cosa que resulta de alto riesgo para la competitividad económica de nuestra ciudad.
Conflicto con la Nación
Por otro lado está el último interrogante, no menos importante ¿Hasta dónde la ciudad tiene la capacidad para incidir en una decisión como ésta? La razón obviamente es que los intereses que rodean a Ecopetrol, son de orden nacional y frente a este hecho aplastante, nos hemos venido enfrentando en el Magdalena y especialmente en Santa Marta, debido al conflicto que se ha puesto de manifiesto entre los sectores turístico y carbonero, específicamente en lo concerniente a las concesiones portuarias.
Cabe resaltar, que como bien lo señalaron las directivas regionales de Ecopetrol, la infraestructura de dicha empresa no es cualquier cosa, por tanto una decisión de traslado no es cosa menor y requerirá entonces estudios y financiación aprobados por la empresa y hasta del Gobierno Nacional, que es parte de la misma.
Un interrogante más, que no se puede pasar por alto, ¿Por qué, los argumentos que dan lugar a la iniciativa de pedir el traslado de Ecopetrol, no fueron tenidos en cuentas para apoyar la solicitud de traslado del Aeropuerto Simón Bolívar realizada por algunos sectores de la ciudad?, siendo que la localización del aeropuerto es mucho más estratégica para el desarrollo turístico de la ciudad. Con el agravante de las serias limitaciones para la expansión del aeropuerto y sus actividades logísticas, así como las restricciones que su localización y operación generan el desarrollo turístico de la zona costera, la cual es la de mayor valorización inmobiliaria de Santa Marta y adicionalmente es una de las áreas que más dinamismo tiene en el proceso de expansión urbana de la ciudad.
El desarrollo territorial de la ciudad debe ser visto con mucha integralidad, que si bien los intereses son muchos y distintos niveles, en últimas lo que está en juego es el bienestar de nuestra gente, pero que este depende no solo de discursos populistas para fundamentar la toma de decisiones, pues se hace necesario contar con elementos sólidos de carácter técnico y jurídico que permitan evitar situaciones riesgosas desde lo jurídico y competitivo para la ciudad. Por ninguna razón nuestras instituciones deben hacer en la miopía a la hora de definir el desarrollo territorial de la ciudad.
