“Seguiré hasta el último día”

El caso de Luis Andrés Colmenares ganó relevancia meses después de su fallecimiento en Bogotá la noche del 31 de octubre del 2010.

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Más allá de su reconocida trayectoria profesional que lo ha llevado a ocupar altos cargos públicos en el Gobierno Nacional, Luis Alonso Colmenares pasará a la historia como el padre de familia que no claudicará hasta que se esclarezcan las causas de la muerte de su hijo, ocurrida la noche de Halloween del 2010.



En aulas universitarias, oficinas y auditorios de todo el país, vive su día a día Luis Alonso Colmenares Rodríguez. Pasa desapercibido en medio de la multitud de estudiantes, salvo por un gran botón que carga en el lomo de su morral con la foto de su hijo Luis Andrés y que acompaña una frase: “Sólo pido justicia”.

Este contador público nacido en Villanueva, La Guajira, quien gran parte de su vida profesional ha transcurrido en Bogotá ocupando altos cargos públicos, no deja ni por un instante de librar la batalla dentro y fuera de los estrados judiciales, en búsqueda de lo que considera es la verdad frente a la muerte del joven universitario hace un poco más de seis años.

Siempre saca tiempo para tomarse una foto o dialogar por tan solo unos minutos con quienes admiran su incansable lucha, recibiendo apoyo moral en todo momento. No es para menos,  el caso de Luis Andrés Colmenares sigue siendo el misterio más renombrado en la historia de las investigaciones penales reciente en el país.

Pero ¿qué hace tan especial la muerte de Luis Andrés Colmenares para los colombianos?, le preguntamos a don Luis Alonso, antes de dictar una clase de posgrado en la Universidad Cooperativa de Colombia, donde es catedrático.
Luis Alonso Colmenares tiene claro que lo de su hijo fue un crimen, pero que no sabe quiénes fueron los responsables.
Luis Alonso Colmenares tiene claro que lo de su hijo fue un crimen, pero que no sabe quiénes fueron los responsables.

“Debe ser por la misma realidad del crimen, de cómo sucedió. De la forma como a nosotros también han querido aplastarnos y atropellarnos el poder económico de los demás. La gente se solidariza con  el más débil”.

Sentado en una oficina y aguardando los minutos para iniciar su charla a profesionales de carreras contables, Luis Alonso, aferrado a su maletín explicó lo que para él  es la reacción de la opinión pública a donde va cuando trata el tema: “Siempre hemos recibido el apoyo y la solidaridad de toda la gente. Ellos (la sociedad) entienden de acuerdo a los elementos que se han mostrado que en efecto lo que se dio fue un crimen y que no hubo un accidente”.

Luego que el mes de febrero  la juez 11 de conocimiento de Bogotá, absolviera a Laura Moreno y Jessy Quintero (a quienes se les investigó por ser parte de un supuesto crimen contra Luis Andrés), la novela de Colmenares sigue tan vigente como desde aquel 31 de octubre del 2010. La semana anterior la Corte Suprema de Justicia apartó a tres de los magistrados del Tribunal Superior de Bogotá, donde corrió curso la apelación hecha por la Fiscalía.

Según la Alta Corte, los juristas no pueden hablar del caso de Moreno y Quintero,  pues ya tienen una opinión previa sobre lo sucedido con Luis Andrés Colmenares, ya que en un fallo del 7 de octubre de 2014, dijeron que la muerte del joven estudiante de la Universidad de Los Andes fue un homicidio y no un accidente.

¿Estamos en la fase final de este traumático proceso judicial?

“No, por el contrario, el proceso sigue abierto y apenas empieza. Carlos Cárdenas se le acusó por su participación, al final con algunas pruebas el Tribunal en segunda instancia lo absolvió. En el caso de Laura y Jessy, ellas tampoco mataron a Luis. Se les está acusando de coautoría por haber tenido una participación omisiva en el desarrollo de los hechos.

Al final, independientemente de lo que se haya avanzado, todavía no se ha empezado a resolver lo que tiene que ver propiamente con el crimen de mi hijo, determinando las responsabilidades de quienes de manera material e intelectual, incidieron en la causa de su muerte”.

Con tono pausado, y con las respuestas precisas debido a que lleva escrudiñando los vericuetos de la muerte de su hijo día y noche durante los últimos seis años, Luis Alonso Colmenares cuestiona el proceso de investigación llevado a cabo por las autoridades judiciales, lo que dificulta conocer cuál es el sospechoso principal en el presunto crimen. “Después de todo este tiempo hubo mucha deficiencia en las investigaciones.  Yo estimo que al final derive en alguna responsabilidad en cualquier momento”.

¿Qué simboliza la muerte de Luis Andrés Colmenares para el país?

“Como proceso penal es el símbolo de lo que no se debe hacer en una investigación, por la cantidad de errores cometidos. Todo fue un absurdo”.

¿El abogado quien lleva el caso cree va hasta el final?

“El doctor Jaime Lombana no nos cobra un solo peso; su participación ha sido solidaria, no ha perdido en ningún momento su rigor. Distinto a lo que se piensa no es mi familia ni yo, los que tenemos plata, los que tienen la plata son los asesinos de mi hijo”.

Pero usted insiste en el tema del dinero, ¿es determinante la posición económica en este caso?

“Lo que se ha visto es que en todo momento ha habido atropellos contra nosotros, impidiendo expresar en muchas ocasiones nuestra incomodidad. Ellos tienen su derecho, pero traer testigos, técnicos, peritos, expertos de diferentes partes del mundo, eso no se hace  sin plata”.

¿Cree que existen influencias desde el gobierno y la misma rama judicial para ponerles talanqueras al proceso?

“No tengo como probarlo, lo que sí sé es que muchas veces hay cuestiones que no corresponden con la objetividad”.
A donde vaya, siempre carga consigo un recuerdo de su hijo Luis Andrés.
                                           A donde vaya, siempre carga consigo un recuerdo de su hijo Luis Andrés.


Colmenares Rodríguez se refiere a hechos como el primer fiscal que tuvo a cargo la investigación  al que tilda de ‘sinvergüenza’, quien para el desde el primer momento se ‘casó’ con la tesis del accidente, sin investigar su naturaleza para llegar a esa conclusión.

También toca el dictamen de Medicina Legal el cual concluyó que su muerte estuvo relacionada con violencia, pero no se tuvo en cuenta, así como las prendas que uso por última vez el joven de 20 años, las cuales desaparecieron.

“¿Cómo uno puede llegar a estar tranquilo, cuando lo que ha habido son formas de evitar que esto no prospere?”, afirma el padre de Luis Andrés.

El día del fallo de la jueza 11 de conocimiento, un Luis Alonso indignado expresó a la prensa: “Yo no soy abogado, pero no soy estúpido”. Quizás esta afirmación tenga validez en medio de la impotencia que dice haber sentido porque el proceso siga sin esclarecer. Pero las fuerzas de las circunstancias lo obliga a ser un empírico del derecho penal.

“En medio de esta situación nos ha tocado a todos en la familia aprender de esto también. Desafortunadamente sobre la base de nuestra propia desgracia, es que hemos ido comprendiendo cómo es el sistema de justicia y el sistema penal en Colombia, el cual causa mucha tristeza de ver estos casos que nunca terminan de resolverse”.

El caso cuando se resuelva sentará un precedente por lo que se espera una seguidilla de otros procesos similares se esclarezcan más pronto  ¿Cree que esto sucederá?

“Lo que pasa es que hay mucha gente también que desiste, precisamente porque no ve de parte de los mismos operadores judiciales una eficiencia en el desarrollo de las investigaciones, entonces terminan cansándose y prefieren que las cosas queden sin resolverse. Eso no sucederá en el caso mío”.

Por Mario Ibarra Monroy

Jefe de Redacción ELINFORMADOR