¿Llegaron para quedarse?

26 veredas están construyendo las Farc en el país.

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La mayoría de los casi 7.000 guerrilleros de las Farc concentrados en las zonas veredales no irán a ningún lado luego de dejar las armas. ¿Por qué y qué van a hacer?


Son pequeñas ciudadelas, no campamentos. Al entrar a los sitios que están construyendo las Farc en 26 veredas del país se siente que no serán temporales. Sobre terraplenes de cemento se levantan postes de madera, techos de eternit y habitaciones individuales de 24 metros cuadrados para los guerrilleros, cuya construcción en serie se asemeja a un barrio. Hay aulas, tanques de agua, plantas de energía, sanitarios y duchas móviles. Todo ello en medio de la selva, como en Putumayo, en la cima de las montañas, como en Miravalle, Caquetá, o en medio de la llanura, como en Guarras en el Guaviare.

Jean Arnault, jefe de la misión política de la ONU, dijo en entrevista reciente que nadie debería poner el grito en el cielo si las Farc se quedan en estos campamentos unos meses más. Meses que pueden ser realmente dos o tres años. Esa es la temporalidad que revela la infraestructura de las instalaciones. La teja, la madera, el terraplén. Ya un grupo de generales en retiro alzó la voz para señalar que esto sería un riesgo de seguridad nacional y evocaron de nuevo el ‘coco’ de las repúblicas independientes que originaron, de alguna manera, esta guerra.

Pero esa figura no tiene lugar hoy en día. Una vez las Farc dejen las armas, lo que ocurrirá a finales de mayo, desaparecerán las zonas veredales y la fuerza pública podrá ejercer su labor sin limitación en todas ellas. Los excombatientes de las Farc serán como los demás campesinos de la región. Ni más, ni menos. Y el verdadero problema de seguridad nacional sería expulsarlos a una sociedad sin estar preparados a vivir en ella.

Sin embargo, los militares hacen eco de un temor que han expresado algunos sectores en estas mismas regiones. Muchos de estos campamentos están en zonas en las que en los próximos años se pondrán en marcha los 16 Programas de Desarrollo Rural con Enfoque Territorial, que deben atraer una gran inversión social. Estas zonas coinciden con las 16 circunscripciones especiales para la Cámara de Representantes pactadas en La Habana, y que si bien no son para las Farc ni para su partido, si lo son para las organizaciones y movimientos sociales locales, muchos de los cuales son de influencia fariana.

Al mismo tiempo la dinámica de la reincorporación de las Farc, que seguramente también conllevará inversiones y aportes tanto del gobierno como de la cooperación internacional y el sector privado, genera un contexto político favorable para su movimiento político. Esa coincidencia más que una gabela es un incentivo construido en La Habana para que una guerrilla antigua y terca pasara de las armas a los votos.

El gobierno ha entendido paulatinamente que muchos guerrilleros se quedarán a vivir por un tiempo en estas ciudadelas. Y eso requiere de una planeación.