EL PRADO, herencia ‘gringa’

Varias de las casas de este sector han sido adecuadas para el funcionamiento de institutos de formación, sin embargo, aún conservan estructura y materiales originales.

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Nunca antes Santa Marta tuvo un contacto tan cercano con la cultura norteamericana como lo fue en la época de la bonanza bananera y la permanencia por casi medio siglo de la poderosa multinacional frutera UFC.



Algo más de 100 años podría tener lo que ahora conocemos como el barrio El Prado, un sector de casas amplias, encerradas como un búnker y en las que pocos samarios conocieron en sus comienzos.

Lo que a lo mejor se desconoce también es toda la historia que encierra cada una de esas casas, las cuales aún conservan una misma estructura, incluso, algunas de ellas se mantienen intactas con una que otra mejora por mantenimiento.

El Prado Santa Marta, como solía llamarse, fue uno de los sectores más prósperos de la ciudad, arrancando el siglo XX, este sector parecía una pequeña villa de Estados Unidos en una por entonces, próspera ciudad de Bastidas.

Al sur de la ciudad se ubicó una de las compañías fruteras más influyentes de ese entonces y que aún muchos recuerdan como una gran fuente de empleo para la mayoría de coterráneos.

La United Fruit Company construyó en Santa Marta todo un complejo urbanístico en el centro-sur de la ciudad, no le faltaba nada, los gringos levantaron sus muros y allí hicieron su comarca.

Ubicados estratégicamente: cerca al mar, a una fuente de agua dulce como el río Manzanares y a los puntos comerciales que administraban, altos ejecutivos de la multinacional norteamericana crearon lo que podría considerarse como el primer conjunto cerrado de Santa Marta.

Edificios administrativos, club, hospital, acueducto, canchas de tenis, golf, béisbol, fútbol, servicios públicos, morgue, telégrafo inalámbrico, grandes viviendas al estilo de quintas o haciendas, exclusiva para sus trabajadores.

En ese entonces los apellidos Newcomt, Drenar, Yager, Sonnor, Drenner Waker, entre otros se volvieron algo familiar entre los samarios.

El territorio de la United Fruit Company se extendió hasta lo que hoy conocemos como avenida Santa Rita (antes avenida Colón), sector donde ubicaron la zona industrial; gerencia, subgerencia, departamento jurídico, contabilidad y pagaduría, hoy es lo que conocemos como el almacén Éxito.

En otra zona se ubicó el comisariato y bodega donde se vendía toda clase de mercancías que importaba la compañía es lo que hoy en día se conoce como el centro comercial Plazuela 23, que aún en su estructura conserva la misma forma en la parte del techo, inclusive el material.

En la antigua central de Transporte de Santa Marta se ubicó lo que para en ese entonces fuera la línea férrea, los talleres de mantenimiento y garajes a los que tenían acceso solos los trabajadores de la UFC.

Claramente la arquitectura de las casas del barrio El Prado son muy diferentes al estilo colonial de las casas del Centro Histórico y es que estas (las de El Prado) son un ejemplo de las diferencias de tipo cultural, social y económico que se vivía en esa época, sin embargo, le dieron un revestimiento arquitectónico y urbano.

La madera tratada e importada de Estados Unidos como principal material de construcción, se utilizó para la estructura y el cerramiento. La altura interna de las viviendas promediaba los 4 metros, y las cubiertas compuestas de láminas onduladas de zinc y artesonado en madera, se solucionaban de 2 a 6 aguas.

Ventanas rectangulares, sumideros de calor funcionan para la ventilación, es predominante el uso de celosías y mosquiteros en angeo en las ventanas y puertas.

Esta arquitectura usada por la United Fruit Company en Santa Marta muestra claramente un estilo victoriano puro, analizando las casas que actualmente existen en El Prado aún conservan ese aire tipo norteamericano, siendo estás más grandes y amplias por el calor tropical al que fueron adaptadas.

Finalmente, la United Fruit Company salió de la ciudad, pero antes de eso los mandatarios de la época logran ganar terreno para hacer urbanamente compatible El Prado Santa Marta con el resto de la ciudad.

Podría decirse entonces que lo que hoy conocemos como el barrio El Prado y gran parte del centro histórico de Santa Marta es una herencia por parte de los gringos en los años que habitaron la ciudad de Bastidas.

Grandes y cómodas viviendas rodeadas de zonas verdes, áreas administrativas, asistenciales, recreativas y deportivas. Una pequeña villa norteamericana dentro de Santa Marta.

Luego de la partida de los gringos de tierras samarias, los predios poco a poco se fueron cediendo a la administración local, los muros del búnker que protegía a los trabajadores de la UFC fueron cayendo para darle paso al desarrollo de la ciudad.

Con información del libro Santa Marta urbanismo y arquitectura de Álvaro Ospino Valiente.


Era muy común ver en las inmensas quintas de El Prado Santa Marta la bandera estadounidense colgada a las afueras de las viviendas.
Así lucía antes y así ahora la entrada al antiguo hospital de la United Fruit Company, ubicado en lo que hoy conocemos como la clínica Cardiovascular antiguo Seguro Social.
Lo que es ahora el centro comercial Plazuela 23 solía ser el comisariato y bodega donde se vendía toda clase de mercancía que importaba la compañía.
Varias de las casas de este sector han sido adecuadas para el funcionamiento de institutos de formación, sin embargo, aún conservan estructura y materiales originales.
Muchas viviendas en la actualidad se conservan intactas, con los acabados, materiales e incluso hasta los colores originales de la época.
Muchas de las actuales viviendas de El Prado y El Prado Reservado mantienen el mismo estilo de casas-fincas rodeadas de una gran zona verde que le da un aire fresco y natural a las casas.
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