TAGANGA, su historia dividida por una carretera

La Taganga de 1940 en la que sus pobladores solo vivían de la pesca y tenían claro el mar “era su madre y su padre”. Foto: blog: http://tagangadreamland.blogspot.com.co/

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Una comarca de pescadores llena de lugares mágicos y momentos históricos que marcan su pasado y presente, hace de esta ensenada un verdadero tesoro para el Caribe.



Ningún historiador se atrevería a hablar de cómo y cuándo inició la vida en Taganga, todos coinciden en que elegir el día o año en que empezó todo sería entrar en imprecisiones o falsedades, lo único de lo que se tiene claridad es que esta comarca de pescadores siempre ha existido, tal y como lo han contado sus propios habitantes generación tras generación.

Hablar de Taganga es referirse a sus hermosas playas, a su biodiversidad marina y de su gente echada pa’ delante, pero también de innumerables acontecimientos, que la convierten en uno de los puntos referentes en la historia del Caribe, Colombia, América e incluso Europa.

Taganga, además de ser rica por las playas que la rodean, lo es por su nutrida historia, comenzando por su nombre que le fue dado por un cacique a quien llamaban “Taganga”, de allí comenzó este hermoso lugar que hoy es asediado por miles de turistas de distintas partes del mundo.

Apellidos que marcan la historia

En sus inicios solo eran cuatro castas de familias indígenas las que se asentaron en esta zona; se trató de los Maniguas, Vásquez, Perdomos y Mattos, apellidos y descendientes que todavía habitan la población.

Los conocedores de la historia son ellos mismos, quienes han transmitido a su descendencia su complejo desarrollo; Víctor Manuel Mattos Mendoza, hijo de este tierra, relata que su padre le contaba que no había nada, todo lo que tenían para la pesca y para subsistir eran elementos básicos construidos por ellos mismos, como la canoas, los remos, los chinchorros hechos de majagua.

Pero siempre tenían claro el mar “era su madre y su padre” y que si lo tenían a él la vida y la comida no les faltaría jamás, por su diariamente su recorrido por playas como Taganga, Geneguaka, Zisiguaka, Monoguaka, Isla Punta Aguja, Bahía Concha, Chengue, Gairaka, Granate, Neguaje, Playa Cristal,Cinto, Guachaquita y Plamarita eran inmancables.

Otra de las cosas, que caracterizó a los tagangueros como se les conoce a los habitantes de la población, fue casarse entre sí, eso era parte de su cultura arraigada y lo que hizo que fueran una sola familia con las mismas tradiciones y costumbres.

Los tagangas y los españoles

Otro momento importante en la ardua historia de los tagangueros, fue la llegada de los colonizadores españoles, a quienes este pueblo indígena les sirvió y ayudó fielmente, pero no todo podía hacer perfecto, tal y como había sucedió en otras regiones del país la intención de los europeos era apoderarse de las tierras y riquezas de esta zona, para ellos usaban una estrategia de poner a pelear unas tribus con otras algo que con los fuertes, tercos y correctos indígenas de esta población no les funcionó.

La historia cuenta “Taganga, un pueblo de nativos pacíficos y colaboradores con los españoles, hasta que se negaron en ponerse en contra de los bondiguas.

Los españoles querían que los tagangueros acusaran a los bondiguas de revoltosos e incitadores, pero no lo consiguieron, fue por eso que Pedro De Ursua, envió a sus soldados a Taganga, a que robaran la mujer del cacique local, llevándola a la fuerza de Santa Marta, en el camino los indígenas de Taganga atacaron a los españoles, causando la muerte de varios de ellos, Data en el año de 1534”.

La pesca, cultivos y cría de animales base de la economía

“Las personas se morían era por vejes, no por enfermedad, tenían una buena alimentación, sana, a base de pescado y comida natural” resaltan los hijos de Taganga, quienes señalan que la edad promedio para morir era entre los 100 y 120 años y hasta más.

Su economía dependía directamente de la pesca, cría de animales como cerdo y chivos, y también se dedicaban a cultivar la tierra.

Al igual que Mattos Mendoza, Felipe Cantillo Pinto, conocido por todos como ‘El Indio’, recuerda que la pesca siempre ha sido la esencia de su pueblo y se remonta a la otrora contando la venta a de la pesca a Santa Marta, llegó porque un día una señora se dio cuenta que podía vender sus pescados frescos allá y es entonces donde nace el barrio pescadito, “porque ellas decían vamos a vender nuestros pescaditos” y lo hacían llevándolos en canoas con remos hasta la playa que también se conoce con el mismo nombre (pescadito), haciendo un recorrido por la carrera 9 y allí salían al banco de Bogotá en la plaza San Francisco que era antes el mercado dela ciudad, había que pasar la calle 8 zona de tolerancia, de ahí para ataras eran lodazales no habían casas.

“Ellas vendían todo el pescado fresco y regresaban, de ahí nace el barrio, y por eso tenemos algunas costumbres iguales, hemos manejado siempre una buena relación con ellos, en el deportes nos hemos entendido muy bien y tenemos talentos parecidos, y existe un respeto único” dijo con orgullo ‘El Indio’.

La Diversión de la época

En medio del trabajo diario y el afán por traer el pan a sus hogares, los tagangas, tenían sus espacios de entretenimiento y diversión, los cuales se efectuaban en épocas precisas del año, como la celebración de San Francisco de Asís, el patrón del pueblo, también eran devotos de la virgen del rosario y para esas festividades organizaban jornadas deportivas, el mico que se asemeja el tejo, el botellón, la vara de premio y otros juegos que aún se ven.

Es de anotar, que la fortaleza de estas tribus eran los deportes como el fútbol, así que como los deportes acuáticos ya que el mar siempre era su guía y como permanecía en el buscando su alimento diario, eso los hacia más fuertes.

Taganga antes y después del 1958

Con la construcción de las vías de acceso la historia de Taganga, aseguran sus pobladores, se partió en dos, desde ese momento inició un desarrollo acelerado que acabo con gran parte de las tradiciones y cultura de esta tierra.

“Nosotros decimos Taganga tiene dos vidas antes del 58 y después, ya que la llegada de la carretera trajo cosas malas y cosas buenas, por ejemplo llego el vicio de la droga, pero también el turismo, ya que jipis empezaron a caminar las playas y darlas a conocer, nosotros comenzamos a ver que habían cosas nuestras que a esos visitantes les gustaban y entonces inició el comercio ya le vendíamos cosas a ellos y empezó a abrirse una nueva forma de subsistir” contó Felipe Cantillo Pinto.

Para los nativos no era importante construir casas, ellos solo se dedicaban a buscar lo del diario vivir, pero todo eso también sufrió cambios y fue cuando se abrió la construcción de viviendas de material y de dos y tres pisos, que desterraron las casitas de bareques.

Entre los años 60 y 70, la comarca ya deja los mechones y la planta eléctrica que solo funcionaba hasta las 10:00 de la noche, llega la energía eléctrica, fue construido el acueducto y los hombres y mujeres de Taganga ya no tenían que arriar los potes o pinas de aguas y muchos ir a Santa Marta a comprar el hielo.

Los remos también pasaron a la historia, con la llegada de los carros mixtos lo que hoy se conoce como chivas, que fueron una de las innovaciones más importante para los pobladores del corregimiento, de ellas son recordadas y hacen parte de la historia elMarugare y el Rosario, después vinieron el Pirata y Topoyiyo.

Día a día el pequeño pueblo de los tagangas se hace más grande y con una gran población, miles de turistas lo visitan a diario y lo han convertido en uno de los principales territorios turísticos visitados por obligación para quienes desean conocer esta zona del país.

Aún quedan algunos hijos de estas tribus que comenzaron la historia, que se sigue escribiendo con el pasar de los años. Taganga es en la actualidad el referente histórico y turístico más asediado por el mundo, sigue ubicado a escasos 10 minutos de Santa Marta, rodeado por montañas de extensa vegetación, sigue siendo popular por sus paisajes y miradores, ya cuenta con más de tres mil habitantes aproximadamente.

Por: Hellen Lara Garizao
Redactora EL INFORMADOR



El mar sigue siendo la principal fuente de economía de los tagangueros y cada día su preocupación aumenta, porque de la abundancia de peces de la que disfrutaron sus ancestros ya no queda nada.











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