Hillary Clinton y Donald Trump intercambiaron insultos desde puntos opuestos del país, llevando su pelea por la Casa Blanca al campo de batalla de estados rivales y retratando contrastantes visiones de Estados Unidos. Una de las campañas estadounidenses más divididas de la historia moderna está entrando en un nuevo capítulo con la proclamación de los candidatos republicano y demócrata, que deja a ambos en una ardua lucha de cara a la elección del 8 de noviembre.
Tras su histórico discurso de aceptación de la investidura el jueves como la primera mujer candidata a la presidencia de uno de los grandes partidos, Clinton sostuvo un acto de campaña en Filadelfia antes de embarcarse en una gira en ómnibus por los estados del cinturón industrial de Pensilvania y Ohio. En Colorado, un estado clave del oeste, su rival republicano prometió “no más Sr. Bueno”, tildando el discurso de Clinton como “mediocre”, llamándola mentirosa y prometiendo poner fin a la migración de refugiados sirios.
“Estoy empezando a estar de acuerdo contigo”, dijo el candidato de 70 años a sus simpatizantes que coreaban “¡enciérrenla, enciérrenla!” en Colorado Sprinngs. “Me estoy sacando los guantes” dijo. “Sólo recuerda que este Trump ya no va a ser más Sr. Bueno”.