Desde el lunes 31 de agosto comenzó el segundo módulo del Diplomado de Danza Terapia Oriental dictado por la bailarina Antonina Canal iniciativa que es liderada por la Agencia Colombiana para la Reintegración (ACR) en convenio con el Ministerio de Cultura; y está dirigido a mujeres excombatientes, esposas de reintegrados y funcionarios de entidades públicas.
"La danza oriental no es solo mover las caderas, sino que va mucho más allá. Es un sistema unido a la sabiduría que habla de sanar a la mujer a través de la danza, donde utilizamos afirmaciones de poder y hacemos un trabajo de chacras y colores; y así vamos sanando los arquetipos enfermos de la mujer en la sociedad", indicó Atonina Canal, quien asegura que una manera de aportar un granito para la paz es mediante la sanación de la mujer y su empoderamiento.
"Una mujer feliz y empo-derada comienza a resolver su vida de otras formas, se relaciona mejor con sus hijos y con su entorno. La mujer es el útero, es el centro del hogar y de la sociedad. Y la danza es un ritual de felicidad", agrega.
Antonina Canal, es una reconocida bailarina colombiana, quien junto a su grupo de 20 bailarinas acaba de ganar el último Mundial de Danza Árabe del Cairo, Egipto. Ella es la creadora del sistema "Prem Shakti: el arte de sanar y de celebrar la energía femenina a través de la danza oriental".
El diplomado de Danza Terapia Oriental organizado por la Agencia Colombiana para la Reintegración se lleva a cabo en la ciudad de Santa Marta, y tiene una duración total de 96 horas, divididas en cuatro módulos. Está dirigido a mujeres excombatientes, esposas de personas en proceso de reintegración y funcionarias de la Agencia Colombiana para la Reintegración (ACR), la Unidad de Atención y Reparación Integral a las Víctimas, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar y la Consejería Departamental de Mujeres.
Como lo dice la misma Antonina Canal la Diplo-mada busca sanar a la mujer a través de la danza: "La idea es que estas mujeres sanen sus heridas, que dejen de cargar con las penas del pasado de la guerra y recuperen su feminidad y fuerza interior, para así lograr esa unión de mujeres trabajando por la paz".
Una de las participantes del diplomado, esposa de uno de los excombatientes en proceso de reintegración con la ACR Magdalena dice: "Durante el taller he aprendido a tener más confianza en mí misma, a salir de los problemas, a expresarme como soy, a conocerme ya relacionarme con otras personas. También me di que antes era muy triste. Uno mismo se cohíbe y se amarra, y esas son ataduras que uno carga".