Localización del Aeropuerto representa un alto costo de oportunidad para el desarrollo turístico

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Santa Marta es una de las ciudades más importantes del Caribe colombiano; su valoración a partir de los significativos atractivos históricos, naturales y paisajísticos que ofrece, le han permitido en años recientes atraer la atención de la inversión privada en consideración a su valioso potencial como destino turístico. Su dinámica económica está basada principalmente en el desarrollo de actividades relacionadas con el sector portuario, comercial y turístico. Esta última pese a ser considerada la principal vocación del territorio, aún no alcanza a consolidarse integral y sistémicamente como una industria formal de la ciudad. En la actualidad los escenarios naturales y paisajísticos que ofrece el territorio samario son más usados que aprovechados.
Lo anterior resulta desafortunado, si se tiene en cuenta que el turismo se ha convertido en una fuente de importantes ingresos. Economías de países como Francia, alcanzan cifras de 83 millones de llegadas de turistas al año y una participación del 7% en el PIB nacional, en España por su parte la actividad representó el 10% del PIB con 60 millones de llegadas reportadas y en México durante el 2013 el turismo se posicionó como la tercera fuente de divisas con una participación del 9% en el PIB; esto solo por mencionar algunos ejemplos destacables a nivel internacional. Es necesario aclarar sin embargo, que los resultados mencionados no se han logrado de un día para otro, pues contrario a ello, se ha requerido del diseño e implementación de políticas públicas integrales y sostenidas en el tiempo por parte de los respectivos Estados.
En lo que respecta a la ciudad de Santa Marta, durante los últimos años la inversión privada ha reaccionado positivamente a los estímulos generados por el mercado del suelo, las ventajas comparativas del territorio y a las escasas políticas encaminadas a la planificación y desarrollo sectorial por parte del gobierno local. Lo anterior se ha materializado a través del emprendi-miento y desarrollo de empresas turísticas y servicios complementarios que han coadyu-vado en el proceso de conglomeración y fortalecimiento de la oferta de atractivos de la ciudad.
Son precisamente la vocación y las nuevas tendencias de desarrollo del territorio las que han permitido evidenciar las ventajas de ciertas áreas de la ciudad frente al proceso de consolidación de su capital turístico; tal es el caso del sector de Pozos Colorados y especialmente su zona sur, la cual es considerada la zona de mayor valorización de Santa Marta; así lo demuestran la importante dinámica del mercado inmobiliario y el desarrollo de significativos proyectos turísticos que hoy promueven a la ciudad con la imagen de un destino emergente y competitivo en la oferta nacional y con altas posibilidades en el mercado internacional. Cabe señalar que el impulso del sector inmobiliario podría generar mayores beneficios desde el punto de vista social, ambiental y económico, si desde el sector estatal se estableciera un marco regulador coherente y consistente con la vocación del suelo y la sostenibilidad integral del territorio.
Pozos Colorados: Esta zona representa para la ciudad oportunidades de inversión, fortalecimiento del sector turístico y ordenamiento del territorio; sin embargo su potencial se encuentra limitado en razón a la localización del Aeropuerto Simón Bolívar, que con una ocupación de 41 hectáreas destinadas para su operación, genera externalidades negativas que condicionan el aprovechamiento de zonas aledañas por efecto de las restricciones que imponen los conos de aproximación y despegue; la degradación de la calidad del entorno debido al ruido de los aviones, así como las perturbaciones que ocasionan las servidumbres aeronáuticas establecidas a fin de proteger la actividad aeroportuaria. Así las cosas, el territorio se fragmenta y se disminuye la capacidad del sector para desarrollar la infraestructura necesaria y estratégicamente localizada para competir en el segmento de turismo de calidad.
Es claro entonces que actualmente se presenta un conflicto por el uso del suelo en el sector de mayor valorización de Santa Marta, pues si bien el aeropuerto es uno de los principales equipamientos de la ciudad, su localización representa un alto costo de oportunidad ante las tendencias y expectativas de desarrollo del territorio. La infraestructura y operación aeroportuaria no tienen el efecto de un equipamiento articulador en la ciudad; contrario a ello, ha generado distorsiones funcionales y de planificación con respecto al suelo, su uso y sus potencialidades, de tal manera que ha limitado el mayor y mejor aprovechamiento de la zona.
Como una propuesta de análisis de costo-beneficio, por parte de gremios y estamentos oficiales se ha planteado la posibilidad de relocalizar el aeropuerto Simón Bolívar y el subsecuente impacto que esto tendría sobre el urbanismo de la ciudad y la competitividad de la misma. Esta propuesta plantea desde el punto de vista urbano la posibilidad deliberar la significativa área de terreno que hoy ocupa el aeropuerto, la cual dispone de las condiciones de localización, ambiente y paisajismo apropiados para convertirse por excelencia en un nuevo y estratégico subcentro de la ciudad. Un nuevo espacio urbano, a través del cual se puedan brindar nuevos y modernos servicios para la colectividad, que además de contribuir en la promoción de una oportuna transformación física, renovación urbana de las zonas aledañas, los cuales necesariamente redefinirán los patrones de desarrollo socioeconómico en beneficio de la articulación espacial ya existente.
En cuanto al impacto sobre la actividad logística y de transporte, esenciales para el sector exportador, la reloca-lización permitirá contar con un área aproximada de 600 has, lo cual generará no solo para el desarrollo de la infraestructura aeropor-tuaria sino para la apuesta por una zona logística y franca con todas las características para competir con las mejores del país y de la zona del Caribe. Todo esto proyecta beneficios para el territorio a partir de su funcionalidad como ciudad-región, ya que esta iniciativa permite generar las condiciones espaciales para construir un aeropuerto con nuevas y modernas instalaciones, diseñadas para mayores capacidades operacionales y la respuesta a una mayor demanda de servicios. Así mismo, a partir del emplazamiento y aglomeración de las actividades logísticas en un área específica, podrán ser aprovechadas las ventajas de la economía de escala en función de la dotación de infraestructura de servicios y de la multimodalidad actualmente disponible en el territorio.
Finalmente resulta oportuno resaltar, la necesidad que tiene la entidad territorial de buscar alternativas de financiación que permitan, paralelo a su desarrollo y satisfacción de la demanda socioeconómica del suelo urbano, generar fuentes de ingresos fiscales que sirvan para apalancar entre otras, la ampliación de infraestructura de servicios públicos y de equipamientos urbanos al servicio de la colectividad.
Al respecto, los impuestos y contribuciones fiscales que se generen a partir de la construcción de nuevos inmuebles y el desarrollo de nuevas actividades socioe-conómicas como consecuencia del cambio de uso del suelo, representarán nuevos ingresos para el ente territorial, los cuales pueden ser dispuestos a fin de generar un desarrollo planificado y estratégico, que le permitan a su vez obtener los recursos suficientes para redistribuir socialmente el producto fiscal derivado.