Salamina sitiada por la erosión fluvial

Desde el 2018, la erosión ha sido una de las principales preocupaciones de los habitantes del municipio.

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Además de la paulatina desaparición de las calles y casas del corregimiento de Guaimaro, en el último año en el municipio ha existido una alerta diaria por las condiciones que, natural y progresivamente, arrecia el fenómeno que lo genera la corriente del río Magdalena. La carretera está desapareciendo a causa de la erosión y, aunque ya están siendo tomadas las medidas para mitigarla, los habitantes siguen en constante preocupación por las afectaciones presentadas en la actividad económica.

Salamina está ubicado al norte del Magdalena, con una población aproximada de 12.500 habitantes es uno de los municipios más antiguos del territorio. Pertenece a la subregión río del departamento y está ubicado a casi 50 kilómetros de la desembocadura del río Magdalena.

Por su cercanía con la desembocadura del afluente, cuenta con una economía próspera que encontró su punto de éxito en el puerto fluvial, el mismo que por muchos años impulsó el comercio de la zona, con actividades como la pesca, la agricultura, con la siembra de maíz, patilla, tomate y la ganadería en general, a pesar de esto cuentan con una baja demanda en la oferta de empleo, lo que los ha sumido en un proceso de desarrollo que, en ocasiones, puede parecer rezagado.

Erosión del río Magdalena

A lo mencionado anteriormente, se suma el hecho de que, desde el 2018, se empezó a agravar una problemática que he despertado mucha preocupación entre los habitantes: la erosión fluvial, un fenómeno que ha estado quebrantando la infraestructura del kilómetro 2.4 en la carretera que conecta al municipio con El Piñón, así como la presentada en el corregimiento de Guáimaro. Por esto fueron iniciados una serie de procesos dirigidos únicamente a controlar el problema, sin embargo, hasta el momento los resultados no han sido eficientes para detener el desgaste que poco a poco ha ido avanzando sin verse cerca un punto final.

En consecuencia, Cormagdalena, bajo la dirección de Alfredo Varela en aquel entonces, solicitó al Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastre, apoyo para poder ejecutar un proyecto que, a largo plazo, contuviera las consecuencias de la erosión.
Salamina está ubicada a 50 kilómetros de la desembocadura del río Magdalena.
Salamina está ubicada a 50 kilómetros de la desembocadura del río Magdalena.

Con la alerta establecida, la Administración Departamental manifestó también la urgencia de darle inicio a los estudios necesario para generar una respuesta a la población del municipio ribereño y de los demás que están siendo afectados, como Pivijay, El Piñón y Cerro de San Antonio.

A pesar de los llamados realizados durante el 2018, muy pocas fueron las acciones eficientes en contra de esta situación que mantiene en alarma a los habitantes.

Apoyo de instituciones nacionales

Ante el avance de la problemática, el alcalde de Salamina, José Nicolás Díaz Marchena decidió gestionar recursos para desarrollar un proyecto efectivo que contrarrestara uno de las principales dificultades del municipio, que amenaza con quedar incomunicado por vía terrestre.

Tras varias reuniones que resultaron fructíferas con el Instituto Nacional de Vías, Invías y la Unidad Nacional de Gestión de Riesgo de Desastres, Ungrd, se logró concretar estrategias de mitigación, por valor de 34 mil millones de pesos.

El proyecto, dividido en dos fases, la primera con una inversión de $23 mil millones y la segunda, con $11 mil millones, promete intervenir de forma rápida los puntos más críticos del municipio: Guáimaro y el sector La Bonga, a través de un sistema de costales que reduciría la fuerza del río en las orillas afectadas y la utilización del banco de maquinaria de la Gobernación del Magdalena, mientras se construye una solución duradera.

Sensibilización a la comunidad

Según lo explicado por el director de la Defensa Civil seccional Magdalena, Karlotz Omaña, es de vital importancia sensibilizar a la comunidad en torno a lo que está sucediendo para que tomen las medidas inmediatamente necesarias, así como mantener vigilado los sitios con mayor nivel de socavamiento para entender el comportamiento de la erosión y poder brindar la atención necesaria.

“Nosotros como organismo de socorro siempre hemos estado acompañando a la Alcaldía haciendo monitoreo en el punto y vigilancia permanente en el caudal del río. Además, la Defensa Civil ha hablado con la población, les ha explicado lo que se está presentando y cuáles son los otros municipios afectados, entonces la idea es seguir explicando a la gente cuál es la situación y las soluciones que las entidades están gestionando”, explicó Omaña.

La erosión ha estado avanzando hasta afectar la carretera que conecta a Salamina con el Piñón.

Aunque actualmente el tramo afectado de la carretera se encuentra cerrado, hay paso paralelo habilitado en una de las fincas cercanas al sector para evitar riesgos, con el fin de evitar un riesgo de mayor proporcionalidad.

Mientras, la comunidad espera poder presenciar una respuesta efectiva ante el riesgo que diariamente afrontan, un problema que está afectado la actividad económica y que mantiene viva la zozobra de no saber cuándo se verá caer otro pedazo de la vía.

Para el plan de mitigación aprobado por Invías y la Ungrd, serán destinados 34 mil millones de pesos. El proyecto estará dividido en dos fases.
Invías y la Unidad Nacional de Gestion del Riesgo aprobó un plan de mitigación en el sector.
Invías y la Unidad Nacional de Gestion del Riesgo aprobó un plan de mitigación en el sector.

La erosión amenaza con dejar incomunicado al Municipio, afectando también a El Piñón, Cerro de San Antonio y Pivijay.




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