Con la mediación de la Oficina de Cultura Departamental, comunidades de seis corregimientos cumplen con la experiencia piloto en el Magdalena.
Las comunidades de los corregimientos de Cauca, en Aracataca; Doña María en Fundación; Carmen del Magdalena, en Plato; Santa Rosa, en Santa Ana; Guáimaro, en Salamina; y San Javier en Ciénaga, son las localidades del departamento en las que comenzó a implementarse la Estrategia Bibliotecas Rurales Itinerantes, BRI, bajo la responsabilidad de la Biblioteca Nacional a través de la estrategia de tutores y promotores de lectura, los respectivos bibliotecarios públicos y la mediación de la Oficina de Cultura por medio de la Red de Bibliotecas del Magdalena.
Para la implementación, la Biblioteca Nacional hizo a finales del año anterior una evaluación de 266 Bibliotecas Públicas que se postularon a la convocatoria de las BRI del Ministerio de Cultura, donde se seleccionaron las primeras 150 en la primera fase, de las cuales seis están ubicadas en el Magdalena.
El proyecto
Con la puesta en marcha de este proyecto, se busca garantizar el derecho a la lectura, a la expresión tomando como base la oralidad y la producción de contenidos locales, en territorios donde los niños y jóvenes no han estado cerca de los libros, por medio de la circulación de servicios bibliotecarios en zonas rurales que requieren con urgencia fortalecer la actividad de leer, como eje del desarrollo integral.
Según Andrés Felipe Valencia Pérez, tutor de esta estrategia para Aracataca, Fundación, Plato y Santa Ana, el Ministerio de Cultura y la Biblioteca Nacional de Colombia realizan un acompañamiento técnico y formativo, orientando sobre nuevas colecciones bibliográficas y herramientas metodológicas y tecnológicas, para extender los servicios a las comunidades rurales en distintas zonas locales. Para Valencia, el impacto en la comunidad facilita la integración de la misma y busca la forma de crear una biblioteca comunitaria.
Dentro de la experiencia, considera el tutor Valencia Pérez, las comunidades una vez ilustradas del proyecto entienden la seriedad del asunto y comprenden que son privilegiadas por tener un programa de esta magnitud en favorecimiento de su territorio.
Por su parte, la promotora de lectura Raíza de Jesús Zabala, quien hace las veces de tutora y lidera el tema de las Bibliotecas Rurales Itinerantes para los municipios de Salamina y Ciénaga, considera que lo importante es llevar la lectura y escritura a comunidades lejanas e interactuar con ellas, porque la magnitud de esta iniciativa así lo indica, y apunta a romper la brecha que existe en el campo colombiano a nivel de analfabetismo, escritura, oralidad, información, espacios de esparcimiento y conocimiento.
Lo vivido con esta experiencia, para Margarita Rosa Bonnet Locarno, bibliotecaria en la Institución Educativa de San Javier del corregimiento que lleva el mismo nombre en el municipio de Ciénaga, es emocionante ver al rector del colegio, Jairo Bolaño Echeverría, docentes y alumnos motivados por la dinamización de actividades, que sin proponérselo se vienen realizando desde el año 2013.
Entre tanto, la bibliotecaria de Plato, Carmen Edith Ospino Martínez, afirma que los habitantes de la población ribereña del Carmen del Magdalena, se han apropiado de esta estrategia y que desde ya se declararon veedores de la misma, además, están luchando desde ya para obtener su propia sede donde tendrán cabida todos los habitantes.
De acuerdo con la información suministrada por la jefe de la Oficina de Cultura, Matilde Ester Maestre Rivera, las bibliotecas y comunidades rurales seleccionadas recibirán por parte del Ministerio de Cultura los insumos necesarios para los que conformen la Biblioteca Rural Itinerante. Recibirán también acompañamiento técnico y formativo, una colección bibliográfica con contenidos impresos, digitales y didácticos para la comunidad rural, una maleta de herramientas, kit de producción de contenidos, material promocional, entre otros.
