La palma le gana la guerra a la ‘coca’

Ninfa Guerrero, Tivisai Torradio, Jens Mesa Dishington y Elide Jáuregui.

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Anualmente en el Congreso Nacional de Cultivadores de Palma, se premia a una mujer campesina que por sus cualidades y oficio transforme su entorno. En esta edición, las tres mujeres finalistas del evento tienen algo en común: le dieron la espalda a lo ilícito, consiguiendo en la palma un camino digno.

Por Wendy López Picón
Redacción EL INFORMADOR

En el 2009 la Federación Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite, Fedepalma, creó el ‘Premio a la Mujer Palmera Campesina’ con el objetivo de hacer un reconocimiento al trabajo de la mujer campesina del sector palmero, resaltar sus cualidades de liderazgo y superación, así como la transformación de su entorno a través de su trabajo como mujer agricultora.

Cada año en el marco del Congreso Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite se hace entrega de este reconocimiento. Para elegir a la ganadora, se reúne a un jurado conformado por importantes líderes que encarnan los valores más significativos de los colombianos y que, desde luego, inspiran con su ejemplo el progreso en las zonas rurales del país, al reconocer a la mujer como propiciadora de estas transformaciones.

Este año fueron tres mujeres finalistas, que han sido reconocidas por su labor en el campo, pero sobre todo, por ser mujeres que le han dado la espalda a los cultivos ilícitos y han querido vivir una vida digna de ser contada.

Finalistas

Ninfa Guerrero de Tumaco, Nariño; Elide Jáuregui de Tibú, Norte de Santander; y Tivisai Torrado de Tibú, Norte de Santander, fueron las tres finalistas del concurso. El miércoles 5 de junio, en el marco del 47º Congreso Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite 2019, se llevó a cabo la premiación.

En una noche amena le mostraron a los presentes videos de la vida de cada una de estas mujeres y por qué fueron seleccionadas. Al final, se conoció que Tivisai Torrado de Tibú, Norte de Santander era la ganadora del ‘Premio a la Mujer Palmera Campesina’.

De lo ilícito a lo lícito

Directa o indirectamente los residentes del Catatumbo se han visto involucrados en los cultivos ilícitos, y estas mujeres no han sido la excepción, puesto que su territorio se ha visto marcado por la violencia, la alteración del orden público y los cultivos de coca.

Estas tres mujeres finalistas, manifiestan que el cultivo de palma le ha ganado la batalla a la coca en su región, debido a que la población ha visto en este cultivo rentabilidad, dignificación del trabajo, y sobre todo han podido tener una vida tranquila lejos de los miedos de estar desarrollando una actividad ilegal.

Historias de una vida nueva



Tivisai Torrado, Tibú- Norte de Santander

Tivisai Torrado fue la feliz ganadora del ‘Premio a la Mujer Palmera Campesina’, tiene una finca de 32 hectáreas, 20 hectáreas con cultivo de palma y en lo que queda de hectáreas tiene una granja integral, donde se encuentran frutales, y cosechas de pollo, pescado y cerdo. Es una granja complemente orgánica y ecológica.

Tivisai se levanta a las 5 de la mañana a mirar la granja, la finca es totalmente familiar, de las labores se encargan ella, su esposo y sus tres hijos; para las labores de guadaña y de limpieza se encargan unos obreros para que lo hagan, pero los días de corte y recogida lo hacen ellos mismos.

“Yo siempre he trabajo en la legalidad, pero en la región hay mucha ilegalidad; la palma dio mucha sostenibilidad, usted tiene su economía directamente, no tiene que estar bregando, ni es contrabando, de su finca  va a la planta, y la planta directamente le consigna a su cuenta, entonces no tiene ningún problema, eso ha gustado mucho, el poder tener ese sustento diario y legal.”, aseguró Torrado.

Para la siembra de palma un pequeño agricultor requiere ayuda de los bancos, para poder invertir lo que requiere el cultivo, teniendo en cuenta que deben esperar un tiempo para que la palma empiece a producir y puedan obtener ganancias.

“Hay mucha gente que ha dejado los ilícitos para sembrar palma, a pesar de que hay que esperar un tiempo para poder empezar a recoger ingresos, pero uno lo va sobrellevando. La palma desde que empieza a producir ya no para, cada 15 días va uno a recoger su platica, no es como una cosecha que sembró, cosecho y recogió, la palma todo el tiempo está cosechando, eso motivo a la gente.”, afirmó la ganadora

Tivisai contó lo que hará con el premio, “el premio es de todos, no es mío, porque aunque me estén premiando a mí, es el premio de mi esposo, de mis hijos, de toda mi familia, es una cadena de gente para este premio; arreglaremos la finca ya que estamos en época de fertilización.”



Elide Jáuregui, Tibú, Norte de Santander

Elide Jáuregui es de Tibú Norte de Santander; fue víctima del desplazamiento forzado a causa de que los paramilitares arribaron a la zona donde vivía con su familia.

“Conocí la coca en el 2002, pero con la llegada de los paramilitares se tiene que desplazar uno por el tema de tanta violencia; luego viví alrededor de tres años en la cabecera municipal, donde llegó el tema de los cultivos de palma, entonces ensayamos a ver si iniciábamos con los cultivos pero me dio miedo, y decidí seguir con los cultivos de pancoger. Como al año decidí iniciar con el banco directamente, lo hicimos como familia, sacamos un crédito para la siembra de cinco hectáreas y así empezamos el proceso.”, expresó Jáuregui.

Asimismo manifiesta que en la región del Catatumbo no se veía el cultivo de palma, y la llegada de las palmas cambió la vida de la muchos residentes de la región, “en la zona de Catatumbo hay muchos cultivos ilícitos y de cierta manera uno también se beneficia de ellos, ya sea cocinando la coca, o los hijos trabajando en raspado, siempre se está algo vinculado. Con la llegada del cultivo de palma eso nos cambió, tenemos una unidad familiar de cultivo de palma y mis hijos a pesar de tanta violencia que se ha visto en la zona pudimos salir adelante.”

 Elida tiene una finca de 15 hectáreas de las cuales 10 son cultivos de palma, con lo que se ha superado ella y su familia. Actualmente, tiene tres hijos estudiando un tecnólogo en el Sena y su hija menor acaba de terminar el bachillerato, incluso, ella pudo terminar el bachillerato por ciclos.

“Da satisfacción poder salir a la calle y vender una tonelada de palma con esa tranquilidad, a no estar de pronto uno en medio de una selva raspando que en cualquier momento llegue y se lo lleven porque es algo ilícito. Le hago la invitación al estado a que invierta en el Catatumbo, que nos de apoyo para poder cambiar los cultivos de coca por cultivos lícitos.”, agregó Jáuregui.

En la zona de Catatumbo hay alrededor de 20 mil hectáreas sembradas de cultivos de palma, hay mucha gente nativa de la región que se atrevió al cambio de coca por palma.



Ninfa Guerrero de Tumaco, Nariño

Una de las finalistas fue Ninfa Guerrero, quien labora en una procesadora en Tumaco y es la encargada de recoger el tallo de la palma cuando la cortan y montarlo un búfalo para su transporte.

Su jornada laboral empieza a las 4:00 am, cuando prepara la comida de ella y sus tres hijos; luego, a las 5:30 am sale de su casa camino a iniciar su jornada laboral.

Hace 25 años Ninfa inició su labor con la palma, es madre soltera de tres hijos, y por ello empezó su búsqueda por un trabajo digno donde recibiera un sustento para sacar adelante a su familia.

En la empresa donde trabaja es la única mujer que hace ese oficio, pero manifiesta no sentirse intimidada, asegura que los deja regados con su fuerza.

 “El trabajo es duro y toda mujer no lo hace, en la empresa donde trabajo soy la única mujer ejerciendo esta labor, toca alzar unos tallos bien pesados y tirarlos arriba del búfalo, y cualquier mujer no hace eso. A lo primero me perdía, no sabía para donde era, pero ya después fui aprendiendo como era el trabajo; el trabajo de la cosecha es el más duro.”, afirmó Guerrero.

Con respecto al tema de los cultivos ilícitos y si vale la pena trabajar en legalidad contestó, “vale la pena porque uno recibe su pago sin ningún compromiso, sin miedo de nada, con mi trabajo legal puedo estar con la cabeza arriba y no agachada con miedo.”

Tivisai tiene una granja complemente orgánica y ecológica.
Tivisai Torrado fue la feliz ganadora del ‘Premio a la Mujer Palmera Campesina’, tiene una finca de 32 hectáreas, 20 hectáreas con cultivo de palma y en lo que queda de hectáreas tiene una granja integral.
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